Farah Hallal

Farah Hallal

Escritora

Farah Hallal (1975, Salcedo, República Dominicana).  Narradora, poeta, editora y animadora a la lectura y la escritura. Premio Nacional de Literatura Infanto-Juvenil Aurora Tavares Belliard 2013. Premio dominicano El Barco de Vapor 2014. Dentro de sus publicaciones infantiles destacan: Sábado de ranas (Alfaguara Infantil, 2013) y (Loqueleo 2018). Un adiós para mamá (SM, 2014). Las gallinas son eléctricas (Editora Nacional, 2015). La caja de la esperanza (SM, 2016). El ave perdida (Fundación Propa-gas, 2017). Mi mariposa quiere volar (Fundación SM, 2017). Número Ocho (SM, 2019). Dentro de los proyectos de animación a la lectura y escritura destacan «Cordón Umbilical» (Rep. Dom. 2014) con internas de Centros de Rehabilitación y Corrección auspiciado por el Centro Cultural de España en Santo Domingo y «Cordón Umbilical» (Valencia, 2019) a un grupo de madres, hijas e hijos víctimas de violencia en el hogar dentro de los programas de Federación de Mujeres Progresistas y Fundación Alanna. Así mismo, el proyecto con jóvenes nacidos en bateyes de Rep. Dom. despojados ilegalmente de su nacionalidad dominicana: «Nos cambió la vida. Memorias personales de jóvenes de ascendencia haitiana afectados por la Sentencia 168-13», proyecto auspiciado por el Centro Bonó (2017). Actualmente vive en Valencia, España. Punto 38 La hora tiene la boca de acero y el alma de punto 38. Lo vi claro en la sagacidad del buitre mientras limaba su pico sobre la piedra. Parecía medir en silencio el lado más extenso de sus alas. Preparaba su arma para punzar el tiempo hundido en mi costado. La hora tiene la boca de acero y el alma vacila en su gatillo. Lo supe antes de secarme la savia que me corría por los huesos. Para los fines espanto la neblina con mantilla de mujer de poca fe. La misma que usé para rezar que el mundo no es redondo y la sangre es blanco hueso. De hojalata se cubre esta hora y su piel desollada. A mordiscos la lustró el grito, un grito hueco y agonizante un grito ahogado en acuarela, en su andar de aleteo mecánico, en su lengua que sueña un beso de pólvora. (Borrándome, 2011) Lengua Frankenstein Batir el miedo hasta el cansancio
es el acierto de las cigarras.
Aun así, a un beso por segundo, 
llega la boca que me salva 
de una estocada en los ojos, 
y del dolor saltando 
por los charcos de la memoria 
y del sabor a sangre en esta lengua 
recién cosida por todas partes.
¡Ay mi lengua Frankenstein 
cómo sabe que el día alcanza el fin 
antes de asomarse al veinticuatro! El canto de las cigarras 
es ficticio. Aun así, ha muerto. 
El fastidio es el nuevo formato:
doce horas limpiando mi espejo.
Allí piden auxilio otros pájaros 
que se expresan con un instante 
parecido al pío-pío de los polluelos 
del backstage de mi infancia. Él me besa.
Saltando de cicatriz en cicatriz 
mi lengua inmóvil lo dice todo.  Coser el agua, inédito

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