La coproducción cinematográfica enriquece el proceso de creación de un largometraje, al aportar diversidad en su escritura, producción y distribución. Además, permite a los productores acceder a incentivos fiscales contemplados en las leyes de cine de distintos países. 

Esta colaboración internacional en el financiamiento de películas, conocida como coproducción, ha ganado terreno recientemente en República Dominicana ya que permite la posibilidad de exportar contenido local y disminuye la carga presupuestaria local que se ampara bajo el Artículo 34 de la Ley de Cine 108-10.

Un ejemplo de esto es el largometraje dominicano La estrategia del mero, una coproducción entre Colombia, República Dominicana, Brasil y Puerto Rico, y ejemplifica el poder del cine para estrechar lazos de cooperación internacional que fortalecen los vínculos culturales y creativos en la región. 

Y no es para menos. Esta acción posiciona el séptimo arte dominicano en los mercados de los grandes jugadores de América Latina. Los ingresos del sector en Colombia, Brasil y Argentina fueron de aproximadamente de US$ 3,000 millones en 2021, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Si se traduce en términos de audiencia, Egeda Dominicana destaca que solo en 2023, Brasil contó 116,320,016 espectadores y tuvo ingresos de US$ 453.5 millones, mientras que en Colombia fueron 53.8 millones de espectadores al cine y movilizaron US$ 148 millones.

Marianna Vargas, titular de la Dirección General de Cine (Dgcine), explicó que la producción dominicana es fruto de una coproducción internacional que permite enriquecer la industria cinematográfica nacional y al público.

Acotó que estas colaboraciones internacionales reafirman los lazos de hermandad entre los pueblos, y “evidencia cómo el cine trasciende fronteras al unir culturas y expandir audiencias”.

Los espectadores fueron 664.8 millones en la región de Iberoamérica, de esta cantidad, 38.6 millones fueron a ver una película nacional. En total generaron US$ 2,857.2 millones por 6,474 estrenos en 2023, conforme datos de Egeda Dominicana.

Capital humano

República Dominicana ha tenido un objetivo, y es posicionarse como destino fílmico en el panorama global de las grabaciones internacionales. Hasta el 2025, la industria cinematográfica dominicana acapara el 0.25 % de las producciones y el 0.56 % del total de inversión de películas internacionales, de acuerdo con la Asociación Dominicana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales (Aprodomcine).

Si bien la Ley de Cine ha sido un punto de partida para atraer inversiones extranjeras, el capital humano es fundamental. Desde enero hasta junio del 2025, el Consejo Intersectorial para la Promoción de la Actividad Cinematográfica (Cipac) registró 1,621 puestos laborales creados para el rodaje de largometrajes.

De hecho, el director Edgar de Luque Jácome afirmó que las grabaciones funcionaron debido al personal capacitado en Quisqueya para filmar bajo agua.

“Sobre todo me impresionó el nivel de producción que tienen en el país. El equipo superó mis expectativas y el proyecto salió tal cual me lo imaginé”, afirmó.

Durante el 2024, el Sistema de Registro Cinematográfico (Sirecine) de la Dgcine contabilizó 1,367 personas registradas, de las cuales, 874 eran dominicanos y 493 extranjeros. Para ese período, se registraron 433 actores, 58 directores, 102 productores, 93 guionistas y un equipo técnico de 681 personas.

Un destino que se adapta a cada historia

La tierra ubicada en el Caribe cuenta desde el 2010 con la Ley 108-10 que fomenta el desarrollo e inversión a través de incentivos fiscales a la industria cinematográfica. Además, permite el estreno del largometraje en dos mercados diferentes. 

La productora Elsa Turull de Alma resaltó que, aunque se trata de una historia 100 % colombiana, República Dominicana aportó escenarios únicos gracias a sus aguas cristalinas, arrecifes y cuevas submarinas.

En República Dominicana, la producción de Larimar Films, tuvo un presupuesto aprobado de RD$ 24.6 millones, de acuerdo con la Dirección General de Cine (Dgcine).

Explicó que filmar en entornos naturales reales favorece la veracidad de la historia, potencia su impacto visual y amplifica la experiencia de inmersión del público en las salas de cine.

Esto se basa en que la sinopsis indica que sigue la historia de Samuel, un pescador solitario que se reencuentra con su hija Priscila, a quien no veía desde que era un niño llamado Samuelito. 

“Ese reencuentro los lleva a enfrentar heridas del pasado y a construir una relación marcada por la aceptación y la reconciliación. Como trasfondo, la metáfora del mero refuerza el mensaje de transformación y amor incondicional”.

Darío Villamizar Herrera, embajador de Colombia en República Dominicana, destacó el mar Caribe como elemento común que une a ambas naciones, junto con la vida cotidiana de los habitantes y pescadores de estos pueblos, marcada por un pasado, una historia y una riqueza cultural compartida.

“El poder del cine es una herramienta de diplomacia cultural y agradezco al director, los productores y los actores por apoyar iniciativas que fortalezcan la amistad entre Colombia y República Dominicana”, expresó el diplomático.

Esta visión coincide con la Ley 1-12 de Estrategia Nacional de Desarrollo, que destaca la importancia de proteger y proyectar el patrimonio cultural tangible e intangible como parte del potencial productivo del país.

Asimismo, este arte avalado en la economía naranja aporta el 1.5 % del producto interno bruto (PIB).

Karla Alcántara

Periodista. Abanderada por los viajes, postres y animales. Ha escrito sobre economía, turismo y cine. Ha cursado diplomados sobre periodismo económico impartido por el Banco Central, periodismo de investigación por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, finanzas por el Ministerio de Hacienda y turismo gastronómico por la Organización Internacional Italo-Dominicano.

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