Si bien la industria cinematográfica dominicana acapara apenas el 0.25 % de las producciones y el 0.56 % del total de inversión de películas internacionales, la Asociación Dominicana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales (Aprodomcine) asegura que con políticas fiscales correctas el panorama cambiaría para la década del 2030.
“Con adecuadas políticas sectoriales, en el 2030 el país pudiera atraer más de US$ 1,600 millones en producciones extranjeras”, señala, al resaltar que la mayoría de los países cuentan con esquemas de apoyo fiscal “generoso”, como el 100 % de exención del impuesto sobre la renta (ISR), el impuesto de valor agregado (IVA) y aranceles.
Aún así, 12 películas extranjeras se acogieron en 2023 al Artículo 39 de la legislación promulgada en 2010, lo que requirió un presupuesto de RD$ 5,937.9 millones. Esto representa el 88.2 % del presupuesto validado por la Dirección General de Cine (DGCine) de RD$ 6,725.2 millones en el rodaje de 45 largometrajes.
Sin embargo, Aprodomcine indica que “según la estrategia” que ejecute República Dominicana durante los próximos años y el esquema de incentivos, el país registraría inversiones que variarán entre US$ 358 millones y US$ 1,600 millones.
La empresa de consultoría Apricus es más específica. En un escenario pesimista generaría US$ 358 millones, US$ 105 millones más sería el escenario inercial (US$ 463 millones), mientras que en la categoría conservador la cantidad se fija en US$ 654 millones por concepto de inversiones.
En el caso de un escenario optimista, el monto se cuadruplicará frente al escenario pesimista, al proyectar US$ 1,612 millones, coincidiendo con Aprodomcine.
Además, ambas organizaciones afirman que los gobiernos globales combinan el crédito fiscal, los fondos cinematográficos nacionales y los reembolsos en efectivo, catalogándolos como mixto.
Por ejemplo, México, Colombia, Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda, India, España, Canadá, Panamá y Argentina cuentan con el incentivo del crédito fiscal, que varía entre 100 % y 20 % en devolución.
En tanto, Brasil, Alemania y Francia cuentan con incentivos mixtos de un 20 %, 25 % y 30 %, respectivamente. No obstante, Japón subvenciona el 50 %.
“República Dominicana tiene un esquema de incentivos inferior al de muchos países como Alemania, Costa Rica y México”.
Aquí, la Ley de Cine 108-10 estable el crédito fiscal transferible del 25 % de todos los gastos realizados en territorio nacional, pero con un presupuesto mínimo de US$ 500,000, o RD$ 30,125,000, según la tasa cambiaria del dólar que establece el Banco Central (RD$ 60.25 por US$ 1).
En el caso de México, que movilizó US$ 880 millones por la venta de 233 millones de boletos de cine en 494 estrenos, se establece hasta el 40 % dependiendo del tipo del proyecto.
En tanto, Costa Rica establece en efectivo un 90 % de los tributos pagados, con un retorno de un 11 % en promedio, según la Comisión Fílmica de Costa Rica. En el país centroamericano, se reportaron ingresos de US$ 34.4 millones y una asistencia de 5,446,571 espectadores en 2023.
El Fondo Federal de Cine alemán fija entre 20 y 25 % para los presupuestos mayores de 8 millones de euros en deducciones.
Efectos indirectos
La filmación de un audiovisual atraviesa diferentes etapas. Desde la elaboración de un guion hasta su comercialización en festivales internacionales o la puesta en plataformas de videos por suscripción. Durante ese proceso, se adquieren bienes y servicios que tributan en el Estado dominicano.
Aprodomcine destaca que el valor agregado del cine “terminó devolviendo” cerca de RD$ 1,900 millones en ingresos fiscales durante el año pasado. Aprodomcine y Apricus indican que en 2023, el cine aportó RD$ 1,886.4 millones a las arcas estatales, de los cuales, RD$ 650 millones fue por el ISR, RD$ 1,236.4 millones por Itbis.
El Consejo Intersectorial para la Promoción de la Actividad Cinematográfica (Cipac) registraron que nueve audiovisuales validados a noviembre de este año pagarán RD$ 2.3 millones por ISR y RD$ 8.2 millones de Itbis. Su inversión, en comparación, ascendió a RD$ 114 millones.
Esto es posible según tres pilares como la fuerza laboral especializada, la estrategia en el ratio de producciones nacionales e internacionales y la fuente de conocimiento, ya que el 70 % de los técnicos consiguen su trabajo en producciones nacionales.