En la última semana, la gestión pública, la fragilidad ambiental y la falta de cultura ciudadana frente a los riesgos atmosféricos han salido a flote. La tormenta Melissa muestra la fragilidad que aún se experimenta en el país, pese a la emergencia que significa ser uno de los estados insulares que más puede resultar afectado por el cambio climático. 

Las voces expertas de Acento.com.do muestran que no solo trajo lluvias e inundaciones Melissa; también deja grietas estructurales que deben ser cerradas a través de políticas públicas eficaces y efectivas. 

En el artículo “Villas Agrícolas: 25 años de inundaciones”, la activista social Elisabeth de Puig alza la voz ante “el problema esencial —un drenaje colapsado y una planificación ausente— sigue sin resolverse”; la autora recuerda que cada episodio de lluvias intensas repite el mismo patrón: barrios vulnerables, drenajes inservibles y autoridades que reaccionan tarde, como se ha vivido en estos días en la barriada del norte del Distrito Nacional. 

A esta crítica se suma la reflexión de la excandidata vicepresidencial, Zoraima Cuello, quien en “Lo que queda cuando el agua baja”, advierte sobre una gestión pública fragmentada, señalando que “lo que falta no es información, sino cumplimiento y continuidad de las políticas públicas ya diseñadas”. Cuello subraya la necesidad urgente de una mejor articulación entre el gobierno central, las alcaldías y los organismos de socorro para enfrentar estos desafíos con eficacia.

La tormenta Melissa no solo trajo lluvias: dejó al descubierto las grietas estructurales de la gestión pública y la cultura ciudadana.

No obstante, especialistas ven algunos avances en la ciudadanía que, mayormente en la clase media, “ha aprendido a resguardarse en casa y no exponerse innecesariamente, lo que demuestra que la población avanza en la comprensión del peligro”, como señala  Bernardo Rodríguez Vidal  en “Melissa y medidas de alertas”

La tormenta Melissa fue un fenómeno meteorológico extremo que se formó en el mar Caribe y evolucionó rápidamente hasta convertirse en huracán de categoría 5, la más alta en la escala Saffir-Simpson. Con vientos sostenidos de hasta 260 km/h y una presión central mínima de 917 milibares, Melissa se desplazó lentamente hacia el oeste, lo que intensificó su capacidad destructiva. Aunque su centro se alejó de República Dominicana, sus bandas nubosas provocaron lluvias torrenciales, inundaciones y al menos siete muertes en la región.

Pero, otra parte de la población muestra despreocupación ante eventos como Melissa, que serán cada vez más frecuentes. Mayrelin García, asesora empresarial y excandidata a diputada, en “La prevención es un compromiso colectivo”, advierte que “la ciudadanía también falla: fiestas bajo la lluvia, cruces imprudentes de ríos, desobediencia a evacuaciones”. La prevención, insiste, no es solo responsabilidad del Estado, sino también de cada persona que habita el territorio.

La educadora Dinorah García Romero precisa otra deuda pendiente que emerge con claridad: “La educación ambiental y ciudadana es clave para prevenir desastres naturales y sociales (…) El teteo evidencia carencia de educación y, por tanto, ignorancia del alcance y de las implicaciones de este tipo de actividad. El teteo es una deformación del sentido de fiesta y de la fiesta en sí”, en La educación, un proceso clave para la prevención ante fenómenos naturales y sociales 

Mientras, William Galván escribe Prevención y solidaridad por la tormenta Melissa, colocando su mirada en una ínfima parte de la población que se expone para salvaguardar: “Los voluntarios son el rostro humano del Estado, el puente entre la institucionalidad y la esperanza. Sirven sin horarios, sin poner condiciones y, muchas veces, sin los recursos ideales”. 

Un país en la ruta de los huracanes

Dos autores enfatizan y coinciden en las condiciones ambientales como factor clave. Rafael Nino Féliz explica que “el impacto de los fenómenos naturales está directamente relacionado con el nivel de responsabilidad ambiental asumido por la humanidad”, en “La tormenta Melissa y el medio ambiente”

La prevención no puede seguir siendo reactiva ni episódica; debe convertirse en una política sostenida y transversal.

Y, Odonel Gómez Rojas explica que “todos los años tenemos la temporada de huracanes; en ella recibimos muchas lluvias, pero también muchas tormentas eléctricas, de las cuales debemos cuidarnos, pues matan animales, derriban árboles, destruyen estructuras y atentan en contra de las vidas de las personas y su normal diario vivir (…) estamos obligados a asimilar que nuestro país, a diferencia de otras naciones, se encuentra en la ruta de los huracanes, los terremotos y de las tormentas eléctricas”, en “El CRD llama a cuidar la naturaleza y que nos cuidemos de ella”

Los especialistas destacan que Melissa mostró cómo el deterioro ambiental amplifica los efectos de los fenómenos naturales. De manera que la deforestación  el mal manejo de residuos y la ocupación de zonas vulnerables agravan los desastres.

Medidas propuestas por especialistas de Acento.com.do 

Infraestructura y planificación

  • Rediseñar el sistema de drenaje urbano con enfoque resiliente.
  • Prohibir la construcción en zonas inundables y reubicar comunidades en riesgo.

Educación y cultura ciudadana

  • Incluir la educación ambiental y de gestión de riesgos en el currículo escolar.
  • Campañas permanentes sobre reciclaje, limpieza urbana y respuesta ante emergencias.

Gobernanza y políticas públicas

  • Crear un sistema nacional de prevención con presupuesto fijo y evaluación anual.
  • Fortalecer las mesas regionales de gestión de riesgos con participación comunitaria.

Medio ambiente

  • Reforestar cuencas hidrográficas y proteger zonas verdes urbanas.
  • Implementar sanciones por contaminación y ocupación ilegal de espacios naturales.

Salud mental

  • Incorporar atención psicosocial en los planes de emergencia.
  • Capacitar a líderes comunitarios para brindar primeros auxilios emocionales.

 

La salud mental 

En “Cambio climático y su impacto en la salud mental”, se plantea que el estrés climático afecta especialmente a comunidades empobrecidas, generando ansiedad, miedo y desconfianza en las instituciones. La salud emocional, muchas veces ignorada, también se inunda.

El deterioro ambiental amplifica los efectos de los fenómenos naturales y agrava la vulnerabilidad de las comunidades.

Es por esta razón que Telésforo González Mercado enfatiza que la salud mental debe ser parte integral de la estrategia climática del CNCCMC y el Ministerio de Medio Ambiente, puesto que “el futuro dependerá de lo que hagamos los seres humanos en el presente”.

Las voces de expertas que puede encontrar en Acento.com.do revelan que la prevención no puede seguir siendo reactiva ni episódica. Se necesita una transformación cultural, institucional y ambiental que convierta cada fenómeno natural en una oportunidad para fortalecer la resiliencia colectiva.

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