República Dominicana quiere dejar claro que su propuesta turística va mucho más allá del tradicional sol y playa. Así lo afirmó Juan Bancalari, presidente de la Asociación Nacional de Hoteles y Turismo (Asonahores), al destacar que el país está enfocando sus esfuerzos en diversificar su oferta para atraer a viajeros con intereses más específicos y exigentes.
Bancalari señaló que disciplinas como la equitación, el golf, tenis y la náutica se están consolidando como nuevos atractivos capaces de captar a visitantes motivados por el deporte.
“Somos una sumatoria de condiciones para crear un turismo. Queremos contar a cada turista y la sumatoria final es el total de todo”, dijo, al resaltar que el país cuenta con ventajas competitivas, entre ellas la conectividad aérea, unas 87,000 habitaciones hoteleras y una oferta que sigue ampliándose.
El dirigente empresarial afirmó que la diversificación es un componente esencial para fortalecer cualquier destino turístico. En ese sentido, recordó que República Dominicana atraviesa un crecimiento sostenible del sector que la ha convertido en uno de los principales motores de la economía nacional.
Sin embargo, para mantener el liderazgo regional, insistió en la necesidad de ofrecer un catálogo de experiencias cada vez más amplio. Este cambio en las motivaciones del turista, viajar con propósito y vivir experiencias memorables vinculadas al deporte, que, de acuerdo con ONU Turismo, es la principal motivación para el 10 % de los viajeros globales.
Bancalari también destacó el rol del golf, una actividad que cuenta con campos de clase mundial en el país y que aporta US$ 400 millones al producto interno bruto (PIB) cada año gracias a la llegada de golfistas internacionales.
La visión de diversificación fue respaldada por el tenista José Hernández, quien resaltó el potencial del país para seguir acogiendo eventos de alto nivel. Recordó que en la última edición del Cap Cana Open participaron atletas ubicados entre los 100 mejores del mundo.
“La consistencia nos seguirá abriendo puertas y demostrando que podemos hacer eventos de mayor calidad”, afirmó.
Sin embargo, Hernández subrayó que los destinos deben apostar a crear experiencias integrales alrededor de las canchas deportivas. Explicó que el viajero deportivo busca facilidades de alto nivel, entrenamiento personalizado y servicios premium.
Además, es un segmento de larga estadía, con alto poder adquisitivo y que suele viajar acompañado de al menos dos personas.
Tanto Bancalari como Hernández coincidieron en que el creciente interés por el deporte como motivador de viaje refuerza la necesidad de que República Dominicana continúe innovando. “Hoy, el viajero busca experiencias auténticas y conexión emocional. Queremos que República Dominicana no solo sea un destino turístico, sino el destino donde se vive el deporte con pasión”, concluyó Bancalari.
Entre los ejemplos del potencial del turismo deportivo, mencionaron la competencia de nado abierto Oceanman, celebrada en Bayahíbe, La Romana, que reunió a 1,450 personas, de las cuales el 82 % fueron extranjeros no residentes, y tuvo un impacto económico estimado en US$ 3 millones.
Cabarete
El viento y las olas han sido determinantes para la consolidación de Cabarete, en Puerto Plata, como uno de los principales destinos de deportes acuáticos del Caribe. Su clima permite a los atletas entrenar y competir de forma sostenida en las aguas del Atlántico.
Jack Astacio, experto en turismo deportivo, comparó el posicionamiento de Cabarete con destinos como Hawái, pero subrayó que la localidad dominicana ofrece una ventaja clave: la posibilidad de que los atletas viajen con amigos o familiares, combinando la práctica deportiva con actividades recreativas.
Según precisó, el 70 % de los visitantes llega motivado por el deporte, lo que además ha atraído nuevas inversiones orientadas a un turista que busca experiencias diferenciadas.
“Ellos no buscan un turismo todo incluido. En el día practican deporte y en la noche realizan compras y están en contacto con el pueblo”, agregó.
El pádel, una apuesta emergente
La tenista Joelle Schad resaltó el crecimiento del pádel como una de las oportunidades estratégicas para el país. Aunque es una disciplina con más de tres décadas de práctica en destinos como España y México, su expansión reciente es significativa, con más de 30 millones de jugadores en 70,000 canchas y 30,000 clubes en el mundo.
En República Dominicana ya existen 300 canchas en localidades como Jarabacoa, La Romana, San Francisco de Macorís y Santo Domingo, además de 25 clubes. Schad adelantó que en 2026 abrirán ocho nuevos clubes, aunque reconoció que aún no se manejan cifras concretas del impacto económico.
“Más allá de hacer torneos cada fin de semana, la idea es que muchos clubes apuesten a traer profesionales para enseñar y realizar clínicas de aprendizaje”, indicó.
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