La embajada de Estados Unidos en París envió una carta a las empresas que tienen contratos con el Gobierno norteamericano en la que exigen que se comprometan a suprimir los programas de “diversidad e inclusión”. Airadas protestas de Francia.
“Le informamos que la Orden Ejecutiva 14173, relativa a poner fin a la discriminación ilegal y restaurar las oportunidades profesionales basadas en el mérito, firmada por el presidente Trump, también se aplica obligatoriamente a todos los proveedores y contratistas del Gobierno de Estados Unidos, independientemente de su nacionalidad o del país en el que operen”, dice la carta enviada en los últimos días a empresas francesas.
El documento, firmado por Stanislas Parmentier, un misterioso ‘agente contratante’ que trabajaba para el Departamento de Estado de Estados Unidos en la embajada estadounidense de París, escribió la carta en francés e inglés.
El decreto al que alude se firmó el 21 de enero, al día siguiente de la toma de posesión de Donald Trump. El texto denuncia las políticas de “discriminación positiva”” que “violan el texto y el espíritu de nuestras leyes federales de derechos civiles de larga data” y “también socavan nuestra unidad nacional al negar, desacreditar y socavar los valores tradicionales estadounidenses de trabajo duro, excelencia y logros individuales en favor de un sistema de botín ilegal, corrosivo y pernicioso basado en la identidad”. Para la administración Trump, este texto se aplica también a los socios del gobierno, entre ellos Francia.
La carta, enviada un número no divulgado de empresas francesas, las invita a devolver firmado en un plazo de cinco días un documento comprometiéndose a respetar las normas “antidiscriminación estadounidense” y a no desarrollar programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), denunciados como discriminatorios por el trumpismo. En la carta se advertía de que, de lo contrario, ello podría impedirles hacer negocios con el gobierno estadounidense.
“Injerencias estadounidenses inaceptables”
Francia reaccionó oficialmente el lunes a través del ministro de Comercio Exterior, Laurent Saint-Martin, quien se dijo “profundamente shockeado” por la carta enviada por la embajada estadounidense a las empresas francesas y pidió que “no transijan” con la legislación y los “valores” franceses.
Saint-Martin declaró en la emisora RTL que el Gobierno mantendría “una discusión con la embajada de Estados Unidos” y pidió “entender cuál es la verdadera intención” de esta iniciativa.
Para Saint-Martin, esta carta equivale a pedir a las empresas “que renuncien a las políticas de inclusión que son simplemente derecho francés y a veces derecho europeo, en particular sobre la igualdad entre hombres y mujeres en la lucha contra la discriminación, contra el racismo, la promoción de la diversidad para ayudar a las personas con discapacidad”.
“Todo esto son avances que corresponden ante todo a nuestros valores franceses. Estamos orgullosos de ellos y no queremos transigir con ellos”, insistió el ministro, para quien esta petición de Estados Unidos “sería un paso más en la extraterritorialidad estadounidense, pero esta vez en el terreno de los valores”.
El sábado, su ministerio ya reaccionó con dureza, denunciando “injerencias estadounidenses inaceptables”.
El domingo, el jefe de la patronal francesa Medef, Patrick Martin, declaró que estaba “fuera de discusión” “abandonar” las normas de inclusión en las empresas francesas.
Desde su regreso a la Casa Blanca, el presidente Trump ha emprendido una vasta reforma del Gobierno federal, rastreando el gasto público considerado un derroche o contrario a sus políticas, como los programas de apoyo a la diversidad o la inclusión, a las que acusa de alimentar discriminaciones que atentan contra el mérito y el esfuerzo.
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