“La poesía es un arma fundamental en la vida, para lograr así el equilibrio de muchas cosas”.
En el vasto universo de la poesía, hay voces que nacen del dolor, de la introspección y del amor profundo por la palabra. Tal es el caso de José Rayano un poeta argentino que encontró en la escritura una forma de canalizar la pérdida, la sensibilidad y la observación del mundo. Desde muy joven, la poesía se convirtió en su refugio, su forma de diálogo con la vida y el arte.
En esta entrevista, conversamos con él sobre sus inicios, influencias, proceso creativo y visión sobre la literatura actual. Con sinceridad y una humildad que atraviesa cada respuesta, Rayano, nos invita a conocer el alma detrás de sus versos y el compromiso que sostiene con su entorno, su historia y sus lectores. Una charla íntima que revela no solo al poeta, sino también al ser humano que escribe desde lo más profundo del corazón.
José Rayano (Santiago del Estero, Argentina) Comenzó a escribir desde temprana edad. Hoy forma parte del grupo literario Nuevos Caminos. Ha participado en diversas revistas, tanto a nivel nacional como internacional, y en múltiples eventos culturales virtuales, incluso en el extranjero.
Hasta la fecha, ha publicado dos libros, y un tercero —dedicado completamente a la narrativa— se encuentra en proceso. También ha formado parte de varias antologías, como la de Úbeda y la de la Asociación CREA, en Madrid, España.
Sobre todo, se muestra profundamente agradecido con Dios, a quien reconoce como la luz que guía el camino del artista y lo hace brillar.
Gerson Adrián Cordero: Para iniciar esta conversación, nos gustaría conocer el origen de su vínculo con la escritura.
¿Cuándo comenzó a escribir poesía y cómo fue ese primer acercamiento al mundo literario?
José Rayano: Yo empecé a escribir a la edad de los 13 años. Desde la escuela ya era adicto a las poesías… Perdí a mi madre a los 12 años, y ese fue el impulso para meterme más en ese silencio escrito, casi introvertidamente.
G.C: ¿Qué autores o lecturas tempranas fueron clave para despertar su interés por la literatura?
J.R: Desde el colegio, mis más favoritos fueron: Pablo Neruda, Borges y Bécquer. Cada vez que los leo, me identifico.
Pero también leo la literatura de mis contemporáneos, y por cierto, hoy hay muy buenos autores que se dejan leer y apreciar.
G.C: Sabemos que toda obra se construye sobre influencias y referencias culturales.
¿Qué poetas —argentinos o internacionales— considera que han influido más en su estilo o visión poética?
J.R: Bueno, tengo que decir que los primeros en abrirme una puerta, cuando yo era muy joven, fueron Juan Manuel Aragón, escritor de mi provincia Santiago del Estero.
Y luego apareció esta mujer, que es como un ángel de amor, Mari Callealta Torres (Málaga – España).
En cuanto al estilo y la visión poética, eso ya salió de dentro del poeta, de aquel que escribe o comenta. O sea, cada uno tiene su propio estilo, su propia certeza de las cosas.
G.C: La poesía suele ser un medio para expresar inquietudes personales y sociales.
¿Cuáles son los temas que predominan en su obra poética y por qué ha decidido explorarlos?
J.R: El tema principal de mis obras es el amor y el compromiso del hombre con el mundo, el prójimo, para hacer de ellos un lugar más propicio, más habitable, donde vuestras raíces encuentren su adecuada tierra.
Mis escritos siempre han vivido guardados en un ropero, y fue hace poco que decidí explorarlos y llevarlos a la editorial.
G.C: En la trayectoria de todo autor, hay obras que marcan un antes y un después.
¿Cuál de sus libros considera más representativo de su voz como poeta? ¿Qué lo hace especial?
J.R: Y creo que, como todo autor, es el primero. Ahí quedan vuestras mejores huellas, vuestras primeras voces… “Cuando calla el corazón”.
G.C: Los procesos creativos varían mucho de un autor a otro.
¿Cómo describe su rutina de escritura? ¿Sigue una disciplina diaria o escribe cuando surge la inspiración?
J.R: Yo creo, Gerson, que uno al escribir en versos mantiene un solo enfoque, lo que conlleva la inspiración esa del momento al salir el escrito.
Pero en la narrativa no sucede lo mismo; ahí hay que plantarse con dos palos, uno real y otro imaginario.
Porque ya no sos tú mismo, sino que confieren varios modelos de personajes, a los cuales tenés que aproximarlos a tu vida, creando así una disciplina diaria.
G.C: Argentina cuenta con una rica tradición poética, pero los contextos siempre cambian.
¿Cuál es su percepción sobre el estado actual de la poesía en Argentina? ¿Considera que hay un movimiento activo?
J.R: Yo creo que el estado actual de la poesía va en crecimiento. Día por día se ven muchos más jóvenes ligados a esta tarea.
Algo que me enorgullece personalmente, porque cuando yo empecé no tenía a nadie, solo una vela prendida y una pluma.
Y movimientos activos hay, siempre ha habido, solo que hay quienes impiden el crecimiento de estos. Pero las semillas de los jóvenes nunca dejarán de crecer.
G.C: La literatura suele ocupar distintos espacios dentro de una sociedad, dependiendo de muchos factores.
¿Qué lugar cree usted que tiene la literatura en la vida cultural argentina en estos momentos?
J.R: Yo creo que tiene un lugar privilegiado, más que nada en las instituciones, escuelas, colegios, universidades.
Porque ahí es donde nacen los grandes escritores, los grandes genios, o sea, desde la tarea del educando y del educador.
Uno porque necesita del consejo y otro porque tiene que aconsejarlo. Aquí los libros han abierto puertas, y mucha juventud hoy está próxima a la lectura, como así también a la cultura escrita.
G.C: El rol del Estado en el fomento de la cultura ha sido tema de debate en muchos países.
¿Cómo evalúa usted el apoyo del actual gobierno argentino hacia la cultura y los escritores?
J.R: Amigo Gerson, esa es difícil. Porque el Estado —y no es por hablar mal— pero aquí también no está presente.
Cada artista es un modelo de su propia visión, de su propia patria… Como lo he dicho en algún poema.
Aquí, si tenés que viajar por alguna presentación, preparás tu bolsillo.
G.C: Publicar y difundir poesía puede ser un reto en cualquier parte del mundo.
¿Qué desafíos enfrentan hoy los poetas argentinos para dar a conocer su obra dentro y fuera del país?
J.R: Yo, por el momento, no tengo muchos desafíos, a pesar de que mi poesía ya ha cruzado las fronteras.
Y a veces, en el exterior te quieren más que en tu propia tierra. Ya tú sabes.
G.C: La curiosidad por lo nuevo siempre está presente entre los lectores y seguidores de un autor.
¿Se encuentra actualmente trabajando en un nuevo libro o proyecto literario? ¿Podría compartirnos algún adelanto?
J.R: Sí, estoy preparando dos libros a publicarse muy pronto. Uno es “Vestigios”, y otro es “El silencio de los mares”.
Vestigios es todo narrativa, historias de la vida real, y algunas leyendas que yo les puse un título muy común para acercarlas más a lo cotidiano, sin palabras difíciles.
El otro es ya todo poemas, versos y más versos. Para los amantes de la poesía.
G.C: Vivimos en un mundo cada vez más marcado por lo digital y lo inmediato.
¿Qué papel cree que desempeña hoy la poesía en una sociedad tan acelerada como la actual?
J.R: Y esa pregunta es importante, porque cada artista sabe que un día se apagará el libro, el papel, la imprenta.
La poesía es un arma fundamental en la vida, para lograr así el equilibrio de muchas cosas, como vuestra propia paz mental, y mantener así una comunicación asidua, discreta con la naturaleza.
Amando todo lo que Dios nos dio.
G.C: La poesía tiene la capacidad de tocar emociones profundas en quienes la leen.
¿Qué espera usted que los lectores encuentren o experimenten al leer su obra poética?
J.R: Esa pregunta yo también me la hago a veces, y caen mil dudas y mil respuestas.
Tan solo quiero que el lector encuentre lo que yo encuentro en cada escrito, que es la humildad y el amor que me dieron cuando nací, tanto mi Creador como mis propios padres.
Yo creo que mi propia vida está en cada poema, y es así que el poeta tiene que impeler en su propia existencia. No para creerse más que otro, sino para acercarse más a él.
Si duermes
Poema
Arándano, cascabel erizo
Son tus dulces ojos que se mecen
En el cálido naufragio de otro día.
Allí, se duermen, cuál una estrella
Sedentaria y vacía, arcaica
Esperando el paso de su amado sol
Que ya viene por el carril, con sus caricias.
Así eres … Así estás hecha.
Y en ese cálido salpique de mis lágrimas
Mis ojos lloran de asombro y descontento
Cómo llora un niño de las altas ideas
Y no sabes si está feliz
O si tristemente. Te extraña dentro
Agradecemos profundamente a José Rayano por abrirnos las puertas de su mundo interior y compartir con nosotros no solo su experiencia como escritor, sino también la pasión, los valores y las emociones que dan vida a su obra poética. Su testimonio nos recuerda que la poesía sigue siendo un acto de resistencia, de amor y de búsqueda sincera.
También extendemos nuestro agradecimiento a todos los lectores que nos acompañaron en este recorrido. Que cada palabra aquí compartida sirva como inspiración para valorar la literatura, seguir creyendo en la fuerza transformadora del arte.
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