En la obra Canto general (1982), el chileno Pablo Neruda realizó una crítica social al proceso de la colonización del continente americano. Con la ayuda de sus poemas, no solo trató de exponer cómo diferentes países fueron víctimas de imposiciones, exterminios y destrucciones por parte de los europeos en este acontecimiento histórico, sino también mostrar las penurias vividas por las poblaciones subyugadas en el desarrollo de la colonización.
El Canto general está dividido en quince secciones. En estas se pueden presenciar doscientos treinta y un poemas. Con esta obra, Neruda buscaba presentar los problemas históricos que han traído consigo la conformación de las poblaciones hispanoamericanas, tal como lo expone Raúl Zurita en su intervención en el Centro de Estudios Públicos (2011): “Canto general plantea problemas de tal dimensión o envergadura respecto a lo que somos, nuestra constitución. Como seres humanos, como países, como hispanoamericanos. Problemas absolutamente colosales”. Tratando así de mostrar una prosopografía de la manera atroz en la que se realizó la conformación de estas poblaciones, donde se incurrió en la imposición de formas de vida y de culturas, que, de acuerdo con Raymond Williams (1988) “la cultura es el proceso general especializado con sus presuntas configuraciones en todos los estilos de vida” (p. 28).
En el Canto general, se menciona diferentes países, islas y ciudades del continente americano afectadas por la colonización. No solo con la finalidad de resaltar las zonas geográficas del continente colonizado, sino para denunciar las crueldades que se perpetraron en ese proceso. Que, de acuerdo con José Oviedo (2001) “América no era solo un territorio físico por explorar, ocupar y dominar, sino un vasto espacio en el que vivían millones de seres humanos desconocidos y en diversos estados de evolución histórica” (p. 72). Realizando de esta forma una crítica social hacia la colonización del nuevo mundo por medio de la poesía.
Entre las islas mencionadas se encuentra Guanahaní, que en el poema “Vienen por las islas”, Neruda escenifica el exterminio al que fueron sometidos los indígenas desde la llegada de los europeos al nuevo continente. Pues, de acuerdo con Cristóbal Colón (1982), Guanahaní fue la primera isla donde arribaron los españoles, tal como se refleja en el siguiente fragmento: “que llegaron a una isleta de los Lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahaní” (p. 8). Neruda, en su obra, describe las acciones atroces realizadas por los españoles al llegar allí en los siguientes versos:
Guanahaní fue la primera / en esta historia de martirios. / Los hijos de la arcilla vieron rota / su sonrisa, golpeada / su frágil estatura de venados, / y aún en la muerte no entendían. / Fueron amarrados y heridos, / fueron quemados y abrasados, / fueron mordidos y enterrados (Neruda, 1982, pp. 21 – 22).
Entre los países que se mencionan en Canto general están: Cuba, México, Guatemala, Panamá, Perú, etc. Cuba es un caso muy particular, ya que Gonzalo Fernández de Oviedo (1950) la describe como: “una isla de abundantes minas de oro y bronce, ganados, árboles, plantas, pescados (p. 101). En el mismo orden, Neruda, con su poema “Ahora es Cuba”, se muestra afligido por las inhumanidades realizadas allí en el proceso de la colonización. Donde los españoles acudieron a asesinar a los pobladores, dividir y quemar la tierra, entre otras barbaridades, tal como lo expone en los siguientes versos: “Cuba, mi amor, te amarraron al potro, / te cortaron la cara, / te apartaron las piernas de oro pálido, / te rompieron el sexo de granada, / te atravesaron con cuchillos, / te dividieron, te quemaron (Neruda, 1982, p. 22 – 23). En el caso de México, en el poema “Llegan al mar de México”, Neruda anuncia el despliegue de los colonizadores a esas tierras, tomando a Veracruz como punto de invasión inicial, tal como se puede ver en los siguientes versos: “A Veracruz va el viento asesino. / En Veracruz desembarcaron los caballos. / Las barcas van apretadas de garras / y barbas rojas de Castilla” (Neruda, 1982, p. 23). En Guatemala, con el poema “Guatemala”, Neruda se muestra desolado por la aniquilación de los habitantes de este país, donde identifica a Pedro de Alvarado como su verdugo y perpetrador, tal como se expone en los siguientes versos: “Guatemala la dulce, cada losa / de tu mansión lleva una gota / de sangre antigua devorada / por el hocico de los tigres. / Alvarado machacó tu estirpe, / quebró las estelas astrales, / se revolcó en tus martirios (Neruda, 1982, p. 28).
En cuanto a Panamá, en el poema “Citas de cuervos”, Neruda escenifica cómo este país sirvió como punto de encuentro para Diego de Almagro, Francisco Pizarro y el fraile Hernando de Luque, con el fin de ampliar la colonización, tal como se expone en los siguientes versos:
En Panamá se unieron los demonios. / Allí fue el pacto de los hurones. / Una bujía apenas alumbraba, / cuando los tres llegaron uno a uno. / Primero llegó Almagro antiguo y tuerto, / Pizarro, el mayoral porcino / y el fraile Luque, canónigo entendido / en tinieblas. (Neruda, 1982, p. 36).
Respecto a Perú, Neruda realiza una inferencia más amplia, debido a que primero enfatiza en sus cualidades como nación antes y después de la colonización por medio de los poemas: “Los hombres” y “Alturas de Machu Picchu”, tal como se puede ver en los siguientes versos: “Era el sur un asombro dorado. / Las altas soledades / de Machu Picchu en la puerta del cielo / estaban llenas de aceites y cantos” (Neruda, 1982, p. 19). Aquí Neruda resalta la belleza de Perú y expone la obra arquitectónica Machu Picchu con rasgos de divinidad, para luego en el poema que lleva este nombre resaltar sus vivencias en este lugar en los siguientes versos: “No pude amar en cada ser un árbol / con su pequeño otoño a cuestas (Neruda, 1982, p. 26). Cuando Neruda se refiere al árbol, utiliza un símbolo que se relaciona con las poblaciones, según lo expuesto por Gastón Carrillo (2016), en el siguiente fragmento: “En toda la poesía de Neruda, pero especialmente a partir de Canto general, el árbol tiene un fuerte valor simbólico: personifica al pueblo; lo contiene en su esencia” (p. 296). Luego expone los primeros pasos de la invasión colonizadora en este país por la ciudad de Cajamarca en “Las agonías”: “En Cajamarca empezó la agonía. / El joven Atahualpa, estambre azul, / árbol insigne, escuchó al viento / traer rumor de acero” (Neruda, 1982, p. 38).
Tras el avasallamiento perpetrado por los colonizadores en estos lugares, Neruda los expone como individuos carentes de empatía y solidaridad, y colmados de soberbia y poder. Demostrando así que estos tenían una actitud que se podía considerar enfermiza, tal como lo expone Beatrice Ménard (2010) en el siguiente fragmento: “Los poemas de Neruda dibujan un universo enfermizo, carente de energía vital” (p. 2).
A través del Canto general, se pudo reflejar cómo Neruda ofrece una profunda crítica social sobre el proceso de colonización del continente americano. Con la ayuda de sus versos, este autor pudo explorar la violencia, explotación y opresión a las que fueron sometidos los pueblos originarios de América, para que se llevara a cabo este acontecimiento histórico. Con esta obra, Neruda incita a los lectores a solidarizarse con la dignidad de las poblaciones subyugadas en ese trayecto, y a tener una visión más panorámica sobre el descubrimiento del nuevo mundo.
Bibliografía
Carrillo, G. (2016). Tradición, popularismo e innovación lingüística en la poesía de Neruda y en la lírica hispanoamericana. Alicante: Biblioteca Virtual de Cervantes.
Centro de estudios públicos. (20 de junio del 2011). Zurita: Neruda, "Canto General" [Archivo de Vídeo]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=5j5_W2kyIJ4
Colón, C. (1982). Diario de a bordo. Madrid: Espasa-Calpe.
Fernández, G. (1950). Sumario de la natural historia de las Indias. México: FCE.
Ménard, B. (2010). La angustia del ser-para-la-muerte en Residencia en la tierra de Pablo Neruda. Alicante: Biblioteca Virtual de Cervantes.
Neruda, P. (1982). Canto general. Barcelona: Seix Barral.
Oviedo, J. (2001). Historia de la literatura hispanoamericana. Madrid: Alianza Editorial.
Williams, R. (1988). Marxismo y literatura. Barcelona: Península.
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