(José Rafael Sosa/Angela Hernández)
Lo peor de la masacre que produce Israel en Gaza, no son los asesinatos de 58 mil 418 palestinos, incluyendo mil 600 trabajadores de la salud (médicos, paramédicos, enfermeras), 17 mil niños y niñas, 10 mil mujeres, 14.400 desaparecidos entre los escombros, 120 académicos, los 220 periodistas de 13 nacionalidades, los 310 agentes y trabajadores de la Agencia de Naciones Unidas para los Palestinos (UNRWA), ni la reducción a escombros a pico de bombazos de una ciudad, con una cantidad de asesinatos que llega al 8 % total de la población de esta región. (1)
No.
Eso no es lo peor.
Ni siquiera la similitud en barbarie que tiene esta masacre con el holocausto nazi contra el pueblo judío en la II Guerra Mundial, que alcanzó la cifra récord para la humanidad de 17 millones de personas, desglosados: 6 millones de judíos y otros 11 millones incluidos civiles soviéticos, polacos, prisioneros de guerra, discapacitados (2).
No.
Lo peor de la masacre que perpetra Israel cada día en Gaza, ante los ojos del mundo, es el acostumbramiento de la sociedad mundial toda, que ha comenzado a percibir estos hechos como parte de una normalidad internacional y, en el más frecuente de los casos, como material de morboso consumo de contenido informativo, servido diariamente a color, actualizado casi al instante y con el fardo que sin darnos cuenta cargamos, de nuestra tolerancia cómplice por inacción.
Israel está perpetrando un genocidio tan injustificable y atroz como el Holocausto de la II Guerra Mundial, con la diferencia en la cantidad de víctimas. (3)
Nadie. Ni nada justifica el genocidio atroz del 07 de octubre del 2024, cuando terroristas de Hamas ingresaron a territorio israelí y mataron 1.200 personas y 250 fueron secuestradas, de las cuales aún 127 siguen como rehenes, generando una cruel incertidumbre en sus familias y manteniendo un peligro de muerte sobre cada uno de ellos. Igualmente, injustificable.
Para expresar esta indignación y este llamado, nada más adecuado que el poema de Ángela Hernández, cuyo texto debía ser la plegaria con la cual iniciar cada uno de estos días.
Gaza Marina
1
Qué ala alucina la brisa
Qué mangos exudan deseos
Qué diana esquiva el balazo
Qué torbellino encoge la primavera
Qué finura alimenta al fiel espíritu
Qué girasol prospera en grietas de espanto
Qué lágrima resplandece su absoluto en la piel
¿Qué mano se extiende en el abismo?
¿Qué otro es salvado a riesgo propio?
2
El joven soldado recoge una gota de sudor.
Ve en ella el manantial de adentro.
La floración de la mostaza
Unos labios azules
Al borde de las hojas
Al pie de las hormigas
Al canto de los mares perforados
Avista un esplendor de sangre fresca.
La oscilación de un bosque al tornarse invisible
Mueren diez millones de rosas en el grito de un niño prematuro
Se rinde infierno al agua enamorada
Betelgeuse
Se ha puesto el sol en el grano de ajonjolí
La enciclopedia en la pata de una abeja
Antes de que amanezca
se habrá agotado el verano
Los nísperos se esfuman de la fuente
El vino de las copas es ya vacío
Los líderes discuten de inteligencia artificial
Mientras se acorta el mundo en Palestina
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