¿Cómo salvarse entre flores marchitas?. Víctor Bidó

Aferrarse a lo normal, a lo céntrico, a la rutina de girar dentro de la misma circunferencia donde rodamos como un círculo más, no es opción para el destacado poeta dominicano, Víctor Bidó. Este insigne intelectual, representante de la generación literaria de los años 80 y autor de, entre otros, de "Suma Presencia", "Cuando mis manos me despiertan" y de "Sin tuerca la vuelta", Colección Siervo Herido, impreso por Editora búho en el año 2020 y el cual nos ocupa. Bidó rearma el alma desarmada por los quehaceres cotidianos y coloca al hombre (y cuando digo hombre me refiero también a la mujer) en centro de los márgenes, entre los límites de lo posible y lo imposible, como una nota aclaratoria de lo que es, en realidad, la creación:

"Basta sostener la lanza

Para advertir las sombras al otro lado.

Nunca como ahora

He corrido la ausencia con pantalones ajenos. Solitaria y absorta.

Migajas de un mundo en ruina

Como sortijas en un tablero.

El arma es un artilugio retórico

Una manera de fingir lo heroico.

Las glosas aparecen en los márgenes de la cuenta.

Has ganado el olvido sosteniendo una esperanza". Abrevando en el horizonte. (Pág 7)

Nos enreda entre mascaradas, entre comparsas que dibujan los principios de la crisis. ¿Somos humanos? Se pregunta. Y responde el polvo y la divinidad de la palabra "Hágase":

"¿Cuánto madura el viento?

Digno y ligero, añoraremos el polvo.

Los transeúntes persisten ante la profunda falencia.

Que del emblema álfico.

¿Cuál es el rostro que nos deja máscara alguna? Vuestro rostro como ofrenda.

Ella toca la postrera música de la resurrección. Dijo "Hágase", y fue".  Polvo en el viento. (Pág. 56)

El también filosofo, se adentra en lo más profundo de las formas; bordeando de forma elíptica, la órbita de lo invisible:

"Luces en unos ojos

Que no han de parar hasta la infusión.

Id blasfemando sin que se acerquen.

No pienses, más bien recorta crucigramas.

Sed una tirada de naipes.

Vivir tiene sus preludios

Como una espada encendida en el costado. Cuando estés ausente

Podrás parecer un círculo navegando en otro". Preludios. (Pág. 42)

Y el hombre. El hombre descubriendo los aciertos de la vida. Deambulado las dudas.

Aprehendiendo la experiencia. Regurgitando las ideas:

"El hombre carga su rumiante falsedad.

Sale tras su desconsuelo

Ocultando a gusto la verdad.

Dice no soportar los sueños

Invocando la suerte de bucear en el abismo"El hombre. (Pág. 52)

'Sin tuerca la vuelta': El hombre como centro de lo excéntrico

El poeta, reconocido por la Cámara de Diputados en el año 2005, por sus valiosos aportes a la literatura del país, explora las preguntas, lo existencial, el oprobio del destino. Lo insurgente de la palabra:

"He pasado por donde las esfinges.

Ninguna duda que pusiera en riesgo la vida.

Las preguntas fueron insuficientes.

Ellas desaparecieron en una fuente cristalina". Epifanía (Pág.16).

Pero hasta dónde es falso la farsa. ¿Somos nosotros mismos? ¿Somos luz, contienda, circunstancia, ausencia? Bidó, convive con esos indicios, con la irrealidad que quizás confundimos con lo real:

"Cualquier indicio es falso

Al punto de coincidir con la ausencia

Haciendo ininteligible lo imaginado.

La luz asoma vivaz el hueco de las circunstancias En pasiva doblez lo añadido y

Se aventura, entre paredes, su armadura irreal Mientras ofrece sus labios como fruto de la contienda". Cualquier indicio es falso. (Pág..25).

Contemplar lo absurdo. Sentarse a la orilla de las orillas y respirar lo que creemos que es aire. La ausencia está presente en cada verso que se hace presente. Don Víctor, es un poeta, que indudablemente, como dice don Amable Mejía: "prolonga transformar al hombre, en este caso, al lector":

"Forro de hombre dijiste aquel día.

Nadie rastreó tu nombre.

Cuando la profundidad fue evidente.

Pensamos en un dislate para humillarnos.

Tu encuentro era otro: un hallazgo

Que contemplamos en tu ausencia”. Hallazgo. (Pág.37).

"Te amé

Sin percatarme de las olas enfurecidas. Ensañadas criaturas asolaron el jardín Hundiéndome en el limo.

De algún modo sobreviví.

Si me encuentras en un parque

No dudes en despertarme".  Sueño. (Pág. 47).

Despertar hacia qué. ¿Cómo sabemos que no estamos despiertos? La poesía de Bidó, nos empuja a esos espacios excéntricos, donde estamos más inclinados a lo no obvio. ¿Qué tan muerte es la vida? ¿Qué tan vida es la muerte?:

"Hay un corazón desangrándose

En tu risa y en tu impulso desordenado.

En la debilidad nadie supo qué espantabas

Y fuiste convidado por los ángeles.

Eras un Infante invadiendo una estrella.

Ahora, quién sabe, andarás entre espíritus chocarreros.

Tu libertad fue un aljibe insondable de alcohol. Allí contemplaste el sendero extraviado del peregrino"(…) Elegía. (Pág. 43).

El pintor (artista plástico reconocido), hace de lo traslúcido, lúcido y enumera lo que somos con retazos de colores que pintan nuestros ojos de expectación, de transparencia, de liberación:

(…)
"1
Del gozo

Cediendo probar el grosor del inventario:

El fósil abatido por el impulso

La voz desfallecida y la mano ascendida por la espesura

Así el milagro del amor.


2
Del brebaje

Incendios como catedrales.

Bebed


3
Cantad

En el lomo de un cometa

Con tu báculo diamantino

Donde el agua palpó su transparencia.


4
La duración se corona de ceniza

Mientras ostenta una dulzura:

Albor en los huesos, liberación

Expectación y preámbulo".  Elegía (Pág. 44)

Víctor Bidó, "Sin tuerca la vuelta", una reflexión poética, pictórica y filosófica, de que podemos vivir sin obstáculos, siempre y cuando, nosotros mismos, no lo seamos.

Juan Carlos Báez Moreta

Poeta

El autor, Juan Carlos Báez Moreta, es un poeta dominicano, que ha publicado 13 libros de poesías. Es miembro de la Unión De Escritores Dominicanos (UED) y del Centro PEN de República Dominicana. Juancbaez25@gmail.com

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