Desde hace un tiempo, los neotrujillistas, liderados por un nieto del dictador, han intensificado una campaña para exaltar la figura de Rafael Leónidas Trujillo, el hombre que sometió a la República Dominicana bajo un régimen de terror durante 31 años. En paralelo, han tratado de descalificar y manchar la memoria de los valientes hombres que arriesgaron sus vidas para librar al país de su tiranía.

Más recientemente, con la publicación de documentos desclasificados del gobierno de los Estados Unidos, estas mentes distorsionadas han añadido versiones falaces y carentes de toda lógica y verdad. Sin embargo, es fundamental diferenciar entre lo que realmente dicen esos documentos y las distorsiones añadidas por estos manipuladores de la historia.
Las mentiras sobre Antonio de la Maza
Uno de los intentos más burdos de esta campaña ha sido la acusación de que Antonio de la Maza violó a la esposa del Dr. Robert Reid Cabral en presencia de todos. Este relato, atribuido a un informe del tristemente célebre Servicio de Inteligencia Militar (SIM), es insostenible desde cualquier punto de vista. ¿Puede alguien en una situación extrema de persecución, con el peligro de muerte acechándolo en cada esquina, cometer un acto de tal naturaleza contra la familia que lo protegía?
La acusación proviene de un supuesto testimonio de un “teniente Ortiz”, quien podría haber sido Clodoveo Ortiz, uno de los torturadores más despiadados de la ergástula de la 40. Pero, ¿qué credibilidad puede tener la palabra de un agente del SIM, un aparato represivo conocido por fabricar falsedades para justificar sus atrocidades?
El testimonio del doctor Marcelino Vélez Santana, quien llevó a los héroes a la casa del Dr. Reid Cabral, desmiente tajantemente esta calumnia. Tras la caída de la tiranía, Vélez Santana confirmó que tanto el doctor Reid Cabral como su esposa, la pediatra Ligia Fernández, recibieron con hospitalidad a los hombres que luchaban por la libertad del país.
La infamia sobre el asesinato de las hermanas Mirabal
Otra de las infamias promovidas por estos grupos es la absurda afirmación de que el asesinato de las hermanas Mirabal el 25 de noviembre de 1960 no fue ordenado por Trujillo, sino orquestado por Antonio Imbert Barrera, su hermano Segundo Imbert Barrera y Luis Amiama Tió.
Los neotrujillistas han intentado sostener esta mentira afirmando que Antonio Imbert Barrera, para ese entonces gobernador de Puerto Plata, y su hermano Segundo, comandante del Ejército en la misma ciudad, estuvieron involucrados en el crimen. Pero los hechos históricos desmienten esto con absoluta claridad.
Antonio Imbert Barrera había sido gobernador de Puerto Plata entre 1956 y 1958, pero fue destituido por diferencias políticas con el régimen. Para 1960, vivía marginado de la vida pública y bajo constante vigilancia del régimen.
En cuanto a Segundo Imbert Barrera, testigos de la época confirman que nunca salió de la cárcel de La Victoria desde que fue apresado. Personas que compartieron prisión con él, a quienes conocí en mis visitas a mi padre, Rafael Augusto Sánchez Sanlley, aseguraron que Segundo jamás fue liberado en ningún momento. Su ejecución, junto con la de mi padre, ocurrió bajo las órdenes impartidas por el entonces Secretario de las Fuerzas Armadas, general José Rene (Pupo) Román Fernández al capitán José Altagracia García, y sus cuerpos fueron arrojados al mar en el kilómetro 9 de la Autopista de Las Américas donde está ubicada actualmente el cuartel de DIGESETT

El ingeniero Oscar Grullón me relató una anécdota que confirma el temple de Segundo Imbert: durante una visita del general Bonetti Burgos a La Victoria, este le ofreció llevarle una carta a Trujillo para pedir su libertad. La respuesta de Segundo fue escupirle en la cara, lo que casi le cuesta una paliza de los guardias presentes. Sin embargo, Bonetti Burgos detuvo la agresión diciendo: “No le hagan nada, que está loco”.
La satanización de los héroes
Otro de los ataques de esta campaña es contra Gianni Vicini y Donald Reid, por sus contactos con la CIA en la lucha contra la dictadura. Ciertamente, como todo ser humano, tuvieron luces y sombras, pero en este caso, sus acciones contribuyeron a la caída de un régimen que mantenía a todo un país en el atraso y el miedo.
Por último, hay una pregunta que los neotrujillistas deberían responder: si estaban tan convencidos de estas calumnias, ¿por qué no se atrevieron a difundirlas cuando Antonio Imbert y Luis Amiama Tió estaban vivos?
Un llamado a la juventud y al pueblo dominicano
La historia de la dictadura trujillista está manchada con la sangre de miles de dominicanos que fueron perseguidos, torturados y asesinados. Hoy, en pleno siglo XXI, resulta inconcebible que haya quienes intenten reescribir la historia para blanquear a un régimen criminal y atacar la memoria de los héroes que nos liberaron de la tiranía.
Hitler decía que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. No podemos permitir que la mentira se imponga en la historia de nuestra nación.
A la juventud dominicana y a todo el pueblo: no se dejen engañar. No caigan en la trampa de quienes intentan glorificar a un dictador que desangró el país y sometió a su pueblo a una de las etapas más oscuras de nuestra historia.
Hoy más que nunca, debemos rechazar cualquier intento de resucitar las ideas de opresión y dictadura. La democracia y la libertad que disfrutamos fueron conquistadas con la vida de muchos patriotas. No permitamos que el sacrificio de esos hombres y mujeres sea en vano.
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