Con respecto a las bebidas alcohólicas son muchas las consideraciones que pueden hacerse. En este estudio nos ceñiremos al estudio de un recipiente muy bien conocido en el país de los dominicanos y cada vez más conocido en el ambiente internacional. Antes de comenzar el estudio propio de las bebidas alcohólicas se analizará aquí el origen del vocablo de la vasija objeto de este estudio, así como su evolución.

Antes de entrar en el meollo del objeto real de esta intervención, hay que resaltar hasta qué punto ha llegado el alcance del vocablo bebida que se ha convertido en “bebida alcohólica” por antonomasia. Es bueno que se sepa que no es una fabulación personal, sino que la corporación madrileña de la lengua así lo afirma en el diccionario que se publica bajo su patrocinio. En realidad, lo preocupante no es la empresa que cobra el vocablo bebida, sino la relevancia del alcohol en la vida.

El consumo de bebidas alcohólicas es tolerado por los cánones legales; esto a pesar de que en ciencias médicas se considera este tipo de bebida como droga. Debo confesar que no fue sino hasta una fecha no muy lejana del presente cuando me enteré de que la cerveza era una droga, en consecuencia, las demás bebidas alcohólicas sin importar su contenido alcohólico también lo son.

¿Cómo se produjo esa toma de conciencia? Servía yo de intérprete médico cuando un profesional de la salud preguntó a un paciente si usaba droga. El paciente contestó que no. A seguidas el diligente médico preguntó si bebía bebidas alcohólicas y el paciente contestó que sí. De ahí inferí que sí, que era y es una droga. Mi conclusión resultó confirmada muchas veces más. Más adelante referiré otras anécdotas más relacionadas con este tema.

Algo que puede deducirse de la forma en cómo se trata este tipo de tema en estos escritos es que el énfasis se coloca con su acento invisible sobre el aspecto de la lengua, la secuencia de estos y la evolución en el tiempo. Algunos de los nombres de las bebidas pertenecen a una región, como sucede con los vinos, por ejemplo. Otros a la influencia del uso de la lengua.

Vendedores de mamajuana en la Zona Colonial, Santo Domingo. Foto: © Juan Antonio Guio. ACENTO Fecha: 12/04/2024

Damajuana

¿Por qué meto la mamajuana en este tema? Muchos lectores se sorprenderán de leer el subtítulo usado para esta parte de la exposición. La damajuana no es un tipo de licor acreditado internacionalmente. Hay que aceptarlo como un recipiente en el que se altera el sabor de bebidas espirituosas. Se ha elegido este tipo de recipiente porque los dominicanos cada vez más se dan a la tarea de usar las damajuanas para uso personal. Hay quienes llevan la suya a las reuniones para brindar y saborear el gusto del licor logrado con su damajuana.

Los turistas se han integrado a este uso y regresan con mamajuanas a sus países de origen. No solo los turistas; los nacionales dominicanos también cuando vuelven a su punto de partida lo hacen imitando al extranjero. Comparto con los lectores otra anécdota personal. A mi regreso a los Estados Unidos, proveniente de Santo Domingo, venía lastrado por una incipiente gripe que me traía aletargado. Al llegar frente al funcionario de inmigración este me preguntó si traía conmigo una mamajuana. Yo cansado, no entendí bien por su pronunciación, hablábamos inglés, o tal vez por la congestión nasal que tenía que me dificultaba la audición y le contesté. -No traigo marihuana. Entonces él reiteró la pregunta. Los dos reímos de la respuesta. Me sirvió esto para confirmar la percepción que me había formado de que las mamajuanas están de moda; presumen los funcionarios de inmigración que los pasajeros procedentes de Santo Domingo traen mamajuanas con ellos a su regreso.

En varios países europeos me enteré de que en las zonas rurales los lugareños elaboran licores en sus domicilios por maceración de frutas de diferentes tipos. Es parte de una tradición y cuando sirven de anfitriones ofrecen estos licores. Casi siempre son licores con alto contenido de azúcares, sin control del grado alcohólico de estos. Esto se trae a colación porque en República Dominicana no tengo noticias de que esto se haga con el propósito de brindar. El uso de las mamajuanas podría considerarse un reemplazo de esa costumbre que no se adoptó inmediatamente después de la invasión europea de hace siglos.

¿Por qué consta damajuana en el subtítulo de esta sección?

En el subtítulo que figura en cabeza de esta sección escribí damajuana de propósito; aquí va la explicación. Los dominicanos llaman mamajuana este recipiente porque para el hablante de esta variante de español así tiene mayor sentido. El hablante no encuentra la razón para llamar “dama” a una botella. Pero el cariño que le toma al recipiente es tal que lo expresa llamándole “mama”. Hay razón para ello, pues mamar es tomar y eso hará con el contenido de esa botella. Ese sinónimo aparece en el Diccionario de la lengua española de la corporación madrileña de la lengua.

Además de esas razones existen otras de peso histórico que fuerzan a admitir la entrada de la dama aquí. En francés el recipiente se llamó (y se llama) damejeanne que en español corresponde exactamente a damajuana. ¿Por qué recibió esa denominación en su origen? -Aquí se impone que se entre en materia de la historia del nombre del recipiente.

El primer nombre que tuvo este tipo de botella fue dame-jane que es un vocablo compuesto; al principio fue una broma sobre el nombre femenino de pila Jeanne, que corresponde al nombre español Juana. Escrito de este modo, dame-jane, apareció ya en el año 1694 en el diccionario de Thomas Corneille. Era una bombona resistente, barrigona, de bastante capacidad para transportar líquido. Era una botella “rechoncha”, de allí el nombre femenino jocoso. En el año 1701 ya comenzó a aparecer escrito dame-jeanne.

Por las semejanzas que existen en los nombres para este recipiente de líquidos en las lenguas mediterráneas, hay quienes sostienen que fue creado por los marineros de ese mar, Mediterráneo, y propagado durante sus viajes. En esas lenguas apareció con las siguientes grafías. En provenzal damajan, damajana en catalán y damigiana en italiano. En inglés es demijohn; llegando en árabe a damagana, de incorporación relativamente reciente en esa lengua. Dictionnaire historique de la langue française (2012-I-946). En español dominicano, mamajuana.

Venta de mamajuana en la Zona Colonial, Santo Domingo. Foto: © Juan Antonio Guio. ACENTO Fecha: 12/04/2024

Como puede deducirse del nombre dado a la botella en inglés de Inglaterra, demijohn, es una voz compuesta de demi y John. Este prefijo demi- expresa medio, mitad de tamaño o parcial. En esa lengua vale para una botella envuelta en mimbre; es pues parcialmente una traducción con ayuda de un préstamo del francés. Demi lo tomó el inglés del francés medieval, procedente del francés antiguo, que a su vez viene del latín tardío demidius, que servía para expresar medio. Al inglés la voz llegó en 1769. Chambers Dictionary of Etymology (2015:263). No se piense que esta botella era pequeña. En realidad, la bombona francesa en su origen era grandísima, por eso los ingleses llamaron demijohn la de ellos que era de menor tamaño que la conocida en el continente europeo.

Como consta escrito en el párrafo que precede inmediatamente a este, la damajuana era protegida por mimbre. Eso así porque se usaba para transportar líquidos y era fabricada en cristal que es un producto frágil. Esto es, la protegían para que no se rompiera. Más tarde a través de la historia, el material para proteger esos botellones varió dependiendo de la disponibilidad de material. De acuerdo con las descripciones más viejas el fondo de estas era más pequeño que las barrigas, lo que no ofrecía gran estabilidad al recipiente.

¿Cuál es la historia en español?

Venta de mamajuana en la Zona Colonial, Santo Domingo. Foto: © Juan Antonio Guio. ACENTO Fecha: 12/04/2024

La denominación damajuana entró en el español en el año 1822 con la acepción ya anotada. Joan Corominas entendió que el nombre francés correspondía propiamente a “señora dama”, llamada así por une comparación humorística de marineros. Breve diccionario de la lengua castellana (1967:200). Cuando la Academia la admitió en 1822 fue como voz de Andalucía. Los marineros que hicieron suya la voz, se encargaron de llevarla a América donde está muy extendida; hasta los judíos de Marruecos la conocen, demijana. Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1980-II-422). Es una voz que cabalga sobre la inglesa y la española, añado yo (RG). La voz ha viajado tanto que en Nuevo Mexico EE. UU. la conocen, dobasana en tanto procedente del español americano con la acepción mencionada en párrafos anteriores. A Dictionary of New Mexico and Southern Colorado Spanish (1983:55).

Una vez que la voz damajuana y damesana entraron en el español peninsular los autores de diccionarios diferenciales cesaron de incluirlas en esos inventarios. Los que sí la incluyeron fueron quienes publicaron esos mencionados lexicones con anterioridad al 1822. El Diccionario cubano de Macías del 1882 impreso en Veracruz México sí trae noticias que incluso denotan una puesta al día posterior a la inclusión de la voz en el DRAE. En la página 451 en damajuana expresa: “Nombre que dan en la parte oriental de la isla a lo que en la occidental denominan garrafon. Con suma impropiedad dicen algunos damasana. “Creemos… que el término lo introdujeron los marinos andaluces”. La primera acepción de la Academia fue “vasija o vaso grande”. Luego la Academia modificó su acepción “vasija ó vaso grande de vidrio ó de barro, que tiene la figura de castaña, y sirve para echar en ella algun licor”. Se respetó la redacción original. Luego agrega, “Sin embargo, esto no es la damajuana del país, que llama así a una especie de garrafa corchera y grande. En esos años la Academia pensaba que procedía del árabe ya citado.

El Diccionario de mexicanismos de Ramos de 1895, pág. 182 recoge la voz damasana. Con esta definición, “Damajuana, botellón de vidrio ó barro, en que se echa algún licor o agua para la mesa”. Este autor entiende que es de origen persa, de Damaghan, ciudad persa, famosa por sus vidrierías. Estos objetos pasaron por Damasco y terminaron con el nombre damasana y damesana. Este autor cita aranceles de aduanas de España de 1782 donde aparecen estas damasenas, botellones cubiertos con un tejido de mimbre o junco. En 1825 aparece escrito damesanas.

En el año 1899 J. García I. se ocupa de diferenciar a la vasija castaña de la damajuana. La castaña es un barrilito, y la segunda una especie de botella de vidrio, muy grande, de cuerpo abultado y cuello estrecho, cubierta con un tejido de mimbres (…) se usan mucho para transportar aguardiente ó licores”. Ya en ese año damajuana se usaba poco en México. Vocabulario de mexicanismos (1899:161).

En realidad, lo interesante de la mamajuana dominicana no es la forma ni la conveniencia para el transporte del líquido, sino el destino que se le da al recipiente. En el interior de la vasija se colocan variadas cosas, por ejemplo, astillas de maderas, bejuco indio, cortezas, especias, yerbas aromáticas, semillas y más. El propósito de introducir esto es para tratar las bebidas alcohólicas que se añaden a la botella. La bebida resultará del gusto de la persona que prepara la mamajuana. Hay quienes la prefieren con sabor dulzón: otros con gusto picante. Por lo descrito en este párrafo hay quienes aseguran que es una alteración -adulteración- del líquido que se deposita en este botellón.

Generalmente al principio la mamajuana pasa por un período en que madura o cura hasta alcanzar la satisfacción del paladar que se pretende complacer. Al final es un licor sazonado. La maduración se hace con licores muy fuertes para que absorban el sabor de lo que se ha colocado en su interior. Durante el período de elaboración a veces este contenido no se bebe; solo se prueba para aquilatar el sabor hasta que se alcance el sabor y aroma apetecido. Me cuento entre las personas que entienden que el mejor licor para estos fines es el ron blanco y, en su defecto la vodka.

¿Es damesana sinónimo de mamajuana? No lo es. No tiene que sentirse mal si no lo sabía. No está solo en ese equívoco. No sé si la compañía será buena, pero no supe de la diferencia hasta fecha reciente. Una damesana es un “Recipiente de vidrio o barro cocido, de cuello corto, para contener líquidos”. Diccionario del español dominicano (2024:252). Parece que era una botella grande que no se movía con frecuencia -no se usaba para transportar líquidos- y permanecía en el interior de los hogares para conservar el agua potable fresca, sobre todo la de barro. En el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española consta que en Cuba, México y Perú existió una damasana que era un “recipiente de vidrio o barro cocido, de cuello corto, a veces protegido por un revestimiento, que sirve para contener líquidos (damesana)”. En ese lexicón se considera obsoleto ese uso. La definición es la misma que corresponde a la de damajuana. Por tanto, no hay lugar a sentirse mal.

No puede pasarse por alto un dato curioso con respecto a la damajuana y lo que se coloca dentro de ellas. Recuerdo haber oído que la mamajuana era un afrodisíaco cuando se le introducía a todo lo anteriormente descrito un pene de carey. No puedo asegurar que fuera cierto esto, pues pienso que era otra picardía para vender la mamajuana atribuyéndole propiedades afrodisíacas como consecuencia de tener un pene de carey dentro, si es que en realidad lo introducían. Esto debe de servir para añadir argumento a favor de que podía (o puede) incluirse, que es cualquier suerte de cosa dentro del este recipiente.

La aseveración que aparece más arriba con relación al carey y la mamajuana cuenta con el aval del Diccionario de cultura y folklore dominicano (2005:239) donde para mamajuana puede leerse, “Cualquier bebida alcohólica medicinal o afrodisíaca contenida en botella de vidrio en forma de damajuana…” De esta definición puede inferirse que la damajuana es la botella (continente) caracterizada por la forma exterior de esta. En ese diccionario se agrega la información de que hay mamajuanas estrictamente medicinales. En la parte final de la descripción se halla, “Las indicadas con fines afrodisíacas contienen además trozos de mariscos, siendo el más apreciado ´el miembro´ (falo) de carey”.

La damajuana francesa que se encuentra en el origen de la dominicana se usaba para madurar licores y para fabricar licores a partir de frutas. Con respecto al origen del nombre no todas las personas que se ocupan del asunto están de acuerdo en cuanto al origen del nombre. Hay quienes sostienen que proviene del latín, mientras otros lo hacen desprenderse del árabe que mencioné antes, damajan, damagana.

Ha de tenerse en cuenta que, en el Glosario de las palabras españolas de origen oriental, cuya primera edición fue en 1886 puede leerse, “Damajuana. Según Littré procede del árabe demachana, vocablo que significa en Oriente un frasco grande de cristal”. Mediante la lectura de estas representaciones en letras convencionales de la pronunciación árabe no hay gran diferencia entre una y otra, solo que no coinciden con exactitud. El parecido entre ellas mueve a pensar que se trata de la misma voz. Esta hipótesis es atacada por Corominas y Pascual, dice así: “…no hay duda de que la voz arábiga, conocida solamente desde el siglo XVIII, es de origen europeo…”

Mamajuana en la Zona Colonial, Santo Domingo. Foto: © Juan Antonio Guio. ACENTO Fecha: 12/04/2024

Como sucede con muchos de estos asuntos acerca del origen y la historia del nombre de un artículo como este, existe una leyenda con respecto al origen de este. La reina Jeanne de Nápoles en 1347 huyendo bajo una tormenta se refugió en una aldea. Encontró alojamiento en casa de un fabricante de botellas de cristal. Una vez allí pidió visitar el taller del artesano. El anfitrión mostró sus habilidades y sopló tan fuerte que produjo una botella grande y barrigona, a la que más adelante bautizó dame-jeanne en honor de su distinguida visitante. Quiso llamarla Reina Juana pero ella prefirió el nombre que lleva ahora. Tratándose de una mujer, es probable, si la botella era barrigona, ella prefería que no llevara su nombre de modo inequívoco; o tal vez no creía adecuado que una simple botella creada en una aldea remota mereciera llevar su nombre.

Para concluir con este esfuerzo se abundará más sobre el conocimiento y hábitos del caribeño con respecto a las bebidas alcohólicas. Es otra anécdota. Escuché a un médico preguntar a un angloparlante caribeño si consumía bebidas alcohólicas, a lo que este contestó que no. Inmediatamente el médico le preguntó si tomaba cerveza. El individuo respondió afirmativamente. Ni tardo ni perezoso el médico le explicó que esa también era una bebida alcohólica. Conclusión personal, los caribeños, sin importar la lengua materna, tenemos mucho en común.

En un párrafo anterior se mencionó que hay mamajuanas que con preparadas por curanderos en los campos dominicanos. No hay que extrañarse por ello. Algo que me ha llamado la atención, casi todas las informaciones sobre remedios caseros que se transmiten por vía oral para la gripe, la tos, la congestión nasal y demás dolencias de las vías respiratorias superiores llevan ron, miel y limón. A este remedio añado yo, “si no sana, por lo menos se disfruta de la bebida”.

Roberto Guzmán en Acento.com.do

Roberto Guzmán

Lingüista

Lingüista. Miembro correspondiente De la Academia Dominicana de la Lengua. Miembro del Instituto Guzmán Ariza de Lexicografía.

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