En República Dominicana, ir al cine no es solo una actividad recreativa: es también un indicador del desarrollo económico. Aunque en promedio una persona asiste al cine tres veces al año, según el Ministerio de Cultura, esa experiencia está marcada por el lugar donde vive. 

El acceso a las salas de cine está lejos de ser uniforme: se concentra mayormente en las regiones con más dinamismo económico y aporte al producto interno bruto (PIB) dominicano.

La región Ozama, compuesta por el Gran Santo Domingo, encabeza tanto la generación del PIB (40.5 % en 2023) como la oferta cinematográfica, conforme la Dirección General de Cine (DGCine) y el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD).

Solo en la capital se encuentran más de 80 salas distribuidas entre nueve complejos de Caribbean Cinemas y dos salas adicionales en la Zona Colonial, en el Colonial Gate. Esta presencia no es casual: responde a una demanda constante en la región más urbanizada y económicamente activa del país, que también presenta una de las mayores producciones promedio per cápita: RD$ 486,047 entre 2015 y 2023.

Si se divide la población (2,769,589) del Gran Santo Domingo entre las salas cinematográficas (80), se evidencia que por cada 34,619.8 habitantes existe una sala.

Más al norte, Santiago, en el Cibao Central, cuenta con 15 salas de cine repartidas en dos complejos. La ciudad no solo es la segunda en importancia económica y poblacional, sino que forma parte de una región que generó el 15.9 % del PIB nacional en 2023. Monseñor Nouel, también en el Cibao Central, alberga Cinema Oasis con dos salas. 

San Francisco de Macorís, en el Cibao Nordeste, reinauguró siete salas en 2024, una muestra del crecimiento reciente de esta región que aporta el 5.6 % al PIB nacional. La producción promedio per cápita es de RD$ 349,846, de acuerdo con el MEPyD.

Puerto Plata, cuna del cine dominicano en el siglo XX, vive una paradoja: su pasado cinematográfico contrasta con el presente, donde sólo Cinema POP con tres salas independientes sigue operando. La región, Cibao Norte, tiene un peso económico del 5.6 % al PIB lo que evidencia que la historia cultural no siempre garantiza continuidad en la infraestructura cinematográfica.

En el este, las provincias turísticas también ven crecer su infraestructura cinematográfica. La Altagracia, con Bávaro e Higüey, y La Romana, ambas en la región Yuma, suman 21 salas. Esta región representa el 7.2 % del PIB.

Sin embargo, no todas las regiones comparten ese privilegio. En el sur, San Juan es la única provincia con salas de cine, cinco en total. El Valle, su región, apenas contribuyó con un 3.6 % al PIB nacional. Con una producción promedio per cápita de unos RD$ 300,000, se encuentra entre las zonas de menor dinamismo económico.

En el caso del suroeste (Enriquillo) representó el 2.6 % del PIB nacional y sus provincias carecen de complejos cinematográficos.

Karla Alcántara

Periodista. Abanderada por los viajes, postres y animales. Ha escrito sobre economía, turismo y cine. Ha cursado diplomados sobre periodismo económico impartido por el Banco Central, periodismo de investigación por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, finanzas por el Ministerio de Hacienda y turismo gastronómico por la Organización Internacional Italo-Dominicano.

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