En Mata los Indios, una antigua comunidad de Villa Mella, Carmen del Rosario, Rosanna Ferrand y Eusebia Ferrand del Rosario, del colectivo Yaguaxa, conservan, junto a otras mujeres, la salve dominicana.
Su acto de resistencia cultural se hace presente con sus voces, pero también con la solidaridad y los cuidados que permiten que este ritmo todavía se cante en los espacios comunitarios que le dan sentido: las novenas, las horas santas, las fiestas entre familiares y vecinos en las que la espiritualidad no está en el cielo, sino encarnada en los encuentros, los abrazos y los bailes compartidos.
Preservar la salve implica respetar a las comunidades que la conservan, evitar intervenciones que dañen su tejido social e impulsar el bienestar de acuerdo con sus propios términos, respetando sus voces y sus derechos culturales.
Los derechos culturales son derechos humanos, y se aplican a personas y comunidades. El artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que: “Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten”.
En Libertarias, entrevistamos a las integrantes del Colectivo Yaguaxa, a propósito del lanzamiento de su disco Morena Eh, producido por Boynayel Mota. Y junto a ellas, a Katherina Cabrera, dirigente de la Confederación de Mujeres del Campo (CONAMUCA), para conversar sobre vida rural y derechos humanos de las mujeres, a propósito de la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Los derechos son interdependientes. No es posible preservar los derechos culturales de un grupo o una comunidad si no se respetan, a la vez, sus derechos sociales. Y el artículo 22 de la Declaración indica que: “Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad”.
Libertarias. ¿Doña Eusebia, cómo nació la idea del disco Morena Eh?
Eusebia. Lo habíamos pensado hace mucho, pero nació de una hora a otra (se hizo con rapidez). Es algo muy especial para nosotras, lo llevamos en la sangre desde muy pequeñas.
Nuestro mánager Boynayel Mota nos inspiró para que grabáramos el disco y nosotras queríamos que alguien nos ayudara a grabar.
Libertarias. Doña Rosanna ¿y desde cuándo ustedes cantan salve, cómo aprendieron?
Rosanna. Vi a mi madre, hacían actividades y ella iba siempre. Yo, al estar pequeñita, siempre me le escapaba, me le iba calladita por atrás. Ella no sabía nada, y yo la veía siempre cantando en grupo y siempre me quedaba mirándola… ¿Y qué es lo que hacen? Entonces cuando ellos se paraban un ratito, que tenían un receso, yo cogía el pandero y comenzaba a darle los toques también. Cuando me iba para la casa, a escondidas pasaba a tocar con jarritos y cantinas porque me encantaba.
Libertarias. ¿En qué tipo de actividades se cantaban esas salves?
Rosanna. En la comunidad se hacían actividades anuales, y nos juntábamos. Eran grupos de mujeres y los vecinos del mismo barrio siempre iban.
Eusebia. En mi casa se hace una a la Virgen de la Altagracia, otra al patrón San Miguel, y así la gente de otras comunidades siempre vienen y nos juntamos todos, lo disfrutamos, es algo como quien dice familiar.
Libertarias. Doña Carmen, ¿cómo es la vida allá en la comunidad, con la familia y los vecinos?
Carmen. Nos llevamos bien, dialogamos bien, nos reunimos bien. Somos villamelleras. Se dice que de Villa Mella salen raíces de la cultura dominicana.
Libertarias. ¿De qué vive la gente en Mata los Indios, a qué se dedican?
Carmen. A vivir de lo que sabe, de lo que el señor le abra las puetas
Libertarias. ¿Queda agricultura o ya todo el mundo trabaja en la capital?
Carmen. Hay gente que tiene su solar, lo siembra. Siembran plátano, yuca, lo que puedan.
Libertarias. ¿Su familia ha sembrado?
Carmen. Ha sembrado, pero ahora mismo el terreno está carísimo, el que lo tiene no lo quiere soltar.
Libertarias. Katherina, ¿cómo encuentra este 25 de noviembre a las mujeres del campo, sobre todo a aquellas que participan en la producción agropecuaria?
Katherina. Quisiera decirte que nos encuentra bien, pero lastimosamente es como reproducir lo que todos los años se vive. Te puedo decir que en estos últimos años ha habido retroceso en materia de derechos. Desde niña he escuchado que la plata se pone donde está el interés. El Estado dominicano en los últimos años ha demostrado que el interés no es la comunidad, no es el campo, el interés es el turismo, entonces ahí se invierte, en las grandes infraestructuras, mientras en las comunidades tenemos niñas que todavía no pueden ir a un nivel secundario porque se les hace difícil. Tenemos a una República Dominicana que se vende a nivel internacional como un país con lujos, con avances, y yo me pregunto, yo que vivo en mi campo todavía, si eso que habla el Presidente, esas estadísticas son la realidad.
Libertarias. ¿Y cuál es la realidad?
Katherina. En República Dominicana tenemos más títulos que tierra, creo que ese es el principal desafío del Estado.
Libertarias. ¿Cómo así?
Katherina. Una tierra puede tener hasta cuatro dueños, cuatro títulos diferentes. A la hora de un desalojo quien tiene el derecho es el que más puede. Las comunidades, principalmente las mujeres que somos las más vulnerables en ese sentido, somos las que estamos expuestas a ser desalojadas, porque aquí hay más títulos que tierra, y el Estado no ha podido controlar eso. Para nadie es un secreto el acaparamiento grandísimo que hay de tierra.
Aquí estamos hablando de que podemos mencionar cuatro familias… No hay una reforma agraria integral. ¿Cómo vas a diversificar la producción si las tierras aptas para producir están sin uso, porque están ocupadas por las grandes transnacionales, por esas concesiones mineras, pero también por esas grandes empresas y poderes que han predominado desde la época de Trujillo?
Libertarias. Cuéntanos sobre tu campo
Katherina. Soy de Semana Santa, que pertenece a Yaguate, con una historia enorme de lucha y resistencia, eso me permite hablar desde esa resistencia que mis ancestras me han dejado como legado.
Libertarias. Retomando el tema de las salves, ¿quién organiza las fiestas?
Carmen. La misma comunidad cuando tiene una actividad. En mi casa yo hago una serenata al Santo Cristo de Bayaguana, hago una velación a la Virgen, y gente de toda la comunidad me ayuda a acotejar, a cocinar arroz con coco.
Libertarias. ¿Las letras de estas salves son nuevas o se han cantado de generación en generación?
Rosanna. Esas salves las hemos escuchamos de generación en generación. Uno las escucha, se las aprende, muy bonitas son.
Eusebia. También somos compositoras de salve desde muy pequeñitas. Le voy a explicar algo, las salves no son de nadie y son de todos. En mi niñez, en la fiesta que hacen allá del 21, hacíamos novenas, y participábamos desde pequeña. En momentos en que estábamos cantando una salve, nos llegaba otra a la mente y empezábamos a entonar.
Libertarias. ¿Cuáles dificultades o problemas ustedes enfrentan en la comunidad?
Eusebia. La mayoría de las calles no están asfaltadas y no tenemos mucho terreno donde sembrar, se han hecho construcciones.
Libertarias. ¿Y a usted le gustaría cultivar?
Eusebia. Claro que sí. Tener tu propio cultivo, donde puedas cosechar tus propios frutos y sostener tu familia es muy bueno y es parte de la tradición de la comunidad.
Libertarias. ¿Y su familia cultivaba la tierra?
Eusebia. Claro, cuando Mata los indios no era tan poblado, podíamos sembrar muchos guandules, plátanos, guineos, yuca. Eran cosas que no teníamos que comprar porque nos sosteníamos con eso y sosteníamos a la familia.
Libertarias. ¿Era para el consumo o para la venta?
Eusebia. Para la venta y para el consumo, pero más para el consumo.
Libertarias. ¿Qué pasa en el país cuando se da ese proceso en el que las familias rurales pierden terreno, van a otras actividades, o sus comunidades cambian, son semi rurales? Se puede pensar que hay una compensación, pasan a otros trabajos…
Katherina. Quisiera decirte que es para mejoría, pero no. Antes de la década de los 80, la mayor parte de la población estaba en la zona rural. Se habla de migración, pero es una expulsión. Vas a las comunidades no encuentras hospitales, las UNAP (Unidades de Atención Primaria) no tiene nada, las escuelas son de baja calidad, los caminos vecinales en mala condición… Producir en este tiempo es resistencia, y te lo digo por experiencia. Tienes unos intermediarios que se quedan con la mitad de tu fuerza.
Es imposible no mencionar el impacto que tiene en la vida de los productores el cambio climático, nos da durísimo. Aquí producimos con resistencia, porque no hay un seguro. Si llueve se te va la producción, se te va todo, pero tampoco tienes un estado que responda. Hubo un fenómeno. Como mismo dejó la lluvia a las comunidades así están. Antes había asistencia técnica para la producción, ya no ves un técnico.
Y están los intermediarios. Tengo unos mangos sembrados y fueron a mi casa y me dicen: “te los vamos a comprar a seis pesos uno”. Son de los injertos, los grandecitos. Y yo me pregunté si voy a dar mis mangos en seis pesos y en el mercado los voy a comprar a 50 pesos.
Por otro lado, o solamente es el cambio climático, son nuestros ríos… las concesiones mineras se dan en las comunidades, y hay un deterioro enorme. Nosotros somos los que pagamos las consecuencias de quienes tomaron esas decisiones y no nos involucraron, estamos dando la cuerpa y haciendo resistencia con lo que podemos.
Estamos tratando de producir más orgánicamente, agroecológicamente, para poder reducir un poco el impacto medioambiental, pero no es fácil. Cuando tienes un estado que está de espaldas se hace difícil. Todavía hay comunidades donde no hay energía. ¿Quiénes son las más perjudicadas? Las mujeres.
Libertarias. ¿En Elías Piña hay comunidades sin energía?
Sí. Hay una que le llaman Matadero, me gustaría que fueran. Hablar de Punta Cana se ve hermoso, pero miren, hay situaciones en las comunidades difíciles de contar, que si traen a alguien dice que esto no es República Dominicana, no es lo que se vende. Hay personas que sobreviven con menos de un dólar (por día), eso está aquí en República Dominicana, donde hay gente que come al mediodía de lo poco que produce y ya, y quienes más sufrimos este embate somos nosotras las mujeres.
En una comunidad de Elías Piña estábamos una vez en un proceso, y encontramos a una compañera haciendo una sopa de pan. Y usted se pregunta, ¿quién come sopa de pan en estos tiempos? Hay comunidades que comen sopa de pan: un chin de pan y un chin de ajo, con eso se sostienen.
No estamos pidiendo migajas, sino que el Estado responda, asuma su rol.
Libertarias. Volviendo a la salve, ¿va gente joven a las fiestas cuando ustedes cantan?
Eusebia. Tenemos muchos grupos musicales y culturales. Hay unas niñas que se están preparando desde pequeñitas, que son bailarinas, que son cantantes, tenemos muchas cosas en la comunidad que son buenas. Necesitamos ayuda, que nos den un empujoncito para salir al medio, que nos vean, que nos contraten para hacer fiestas.
Katherina. Lo más lindo es la salve. A través de la salve expresamos esa resistencia y nuestras demandas y reivindicaciones y articulamos lo cultural con lo que hacemos. No hay revolución sin canto. Para nosotras las campesinas no hay un proceso revolucionario sin la salve.
Hablar de salve es sinónimo de mujeres, retomar ese liderazgo a través de la salve ha ayudado mucho a exponer las demandas y reivindicaciones que se viven en las comunidades.
Libertarias. ¿En síntesis, cuáles son las principales necesidades?
Agua, tierra, título definitivo, crédito, pero un crédito flexible, necesitamos un seguro agrícola y una reforma agraria integral.
En el Congreso duerme un proyecto de reforma agraria integral que se depositó hace muchísimos años. Pero ustedes saben lo que pasa en el Congreso, lo que les interesa lo aprueban rápido y lo que no, lo dejan engavetado.
Libertarias. ¿Hay algunas actividades para conmemorar el 25 de noviembre?
El 30 de noviembre a partir de las 9:00 de la mañana estaremos en el parque Miguel de Cervantes, frente al Obelisco hembra haciendo exigencias de la eliminación de todo tipo de violencia contra nosotras las mujeres. Hacemos un llamado a participar. Es un momento clave para decir el Código Penal que se aprobó no nos representa, estaremos con esa energía.
Libertarias. Para concluir, ¿cómo se organiza la fiesta que se hace en Mata los indios en diciembre?
Carmen. Eso es de una familia, somos 10 hermanos, con 70 nietos (entre todos), sobrinos y otros familiares. Todo el mundo va y da su mano amiga porque se cocina mucho. Es en honor a la Virgen de la Altagracia y al Santo Cristo de Bayaguana. Eso lo hacían mi papá y mi mamá, ellos fallecieron y nosotros los hijos seguimos la tradición para no dejarla terminar. Esa tradición va a cumplir 58 años.
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Canoa Púrpura es la columna de Libertarias, espacio sobre mujeres, derechos, feminismos y nuevas masculinidades que se transmite en La República Radio, por La Nota.
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