Una escuela es una institución sumamente compleja para dirigirla con el éxito que requiere la sociedad y el mundo de hoy. El centro educativo se asume como el espacio sobre el cual deben converger todos los planes y programas tanto del Ministerio de Educación como de otras instituciones ligadas a la educación, es la dirección quien se convierte el mediador entre las políticas de estado y las comunidades.
La dirección de escuela tiene que trabajar en tres dimensiones, una dimensión institucional, que incluye los reglamentos y disposiciones de órganos superiores y la administración, así como una dimensión curricular o pedagógica centrada en el propósito fundamental de la escuela: la enseñanza y la formación integral del ciudadano; y una dimensión comunitaria, que promueve un liderazgo integrador articulado con diversos sectores sociopolíticos.
En el manual de funciones del centro educativo, estas responsabilidades, se expresan de la siguiente manera:
“En coordinación con el Distrito Educativo, conduce el proceso de implementación y desarrollo de los planes y programas curriculares y del Proyecto de Centro, los aspectos administrativos del centro y las relaciones socio-comunitarias, en apego a la normativa establecida”[1].
Para que la escuela pueda ofrecer un servicio educativo de calidad, la dirección escolar —y en particular el director— debe contar con una serie de competencias en liderazgo:
LIDERAZGO COMUNITARIO:
- El director o directora fomenta la cultura en la escuela al facilitar el desarrollo, la articulación e implementación de una visión del aprendizaje compartida por todos los miembros de la comunidad escolar,
- El director o directora mantiene una comunicación y colaboración con la comunidad escolar, responde a los diversos intereses y las necesidades de esa misma comunidad. Moviliza los recursos para el éxito estudiantil.
- El director o directora actúa con integridad, justicia y ética.
LIDERAZGO PEDAGÓGICO:
- El director o directora facilita el desarrollo de estrategias curriculares que mejoran los procesos de enseñanza y aprendizaje, se asegura de la alineación del currículo, la instrucción, los recursos y la evaluación, promueve el uso de diferentes métodos para medir el desempeño estudiantil, y no necesariamente debido a las pruebas nacionales.
- El director o directora, nutre y sostiene un sistema o modelo pedagógico que respeta la cultura interna del centro y a la vez, fomenta el desarrollo académico de los estudiantes, profesores y demás miembros de la comunidad educativa.
- El directora o directora implementa procesos de evaluación y desarrollo docente a fin de mejorar el desempeño, selecciona e implementa modelos apropiados para la supervisión del trabajo docente y aplicar los requerimientos legales para la administración del personal.
- El director aplica los principios de organización, toma de decisiones y habilidades de solución de problemas para asegurarse un ambiente efectivo de aprendizaje.
LIDERAZGO INSTITUCIONAL Y/O ADMINISTRATIVO:
- El director o directora aplica los principios del liderazgo de servicio y de la administración del presupuesto del establecimiento, la administración del capital humano, la utilización de los recursos tangibles e intangibles, de las finanzas del centro educativo y del uso de la tecnología.
- El director aplica los principios de liderazgo de servicio y administración para utilizar el espacio físico del campus y todos aquellos sistemas que aseguren un ambiente seguro y efectivo de aprendizaje.
He elegido estas 9 competencias porque siguen la línea de organización del centro educativo pero no son las únicas hay otros tipos de competencias (como las competencias blandas) que no están expresamente recogidas aquí.
Para el desarrollo de estas competencias el director o directora del centro deberá desarrollar una ética de la confianza y un liderazgo compartido (que muchas veces no se da, incluso por los mismos patrones culturales del dominicano de considerarse el primer jefe) dado la composición social del centro educativo.
Hay que acotar que en la universidad no forman al maestro en esas competencias, sino que muchas veces el director es un buen maestro que se ganó un concurso o que llegó por méritos o militancia a ese puesto. En muchos casos desconoce su rol de director y en sus prácticas diarias se comporta como un docente.
De aquí que es necesario un proceso de capacitación para que este docente adquiera esas competencias. En la República Dominicana se le imparte el programa nacional de inducción que toca a profesores y directores con temáticas relacionadas a sus funciones en un curso que se administra por un año; sin embargo (Gabarro,1987), identificó cinco etapas para directivos noveles que suplanten otros en sus funciones:
1) Tomar las riendas (primeros seis meses): periodo de orientación y aprendizaje evaluativo y acciones correctivas.
2) Inmersión (6–12 meses): un periodo de cambios pequeños.
3) Rediseño (12–21 meses): periodo de cambios importantes donde el ejecutivo actúa con un conocimiento más profundo, producto de las etapas anteriores;
4) Consolidación (21–27 meses): el líder o administrador intenta consolidar los cambios realizados en el periodo de rediseño.
5) Refinamiento (27–36 meses): periodo de aprendizaje adicional derivado de la experiencia de enfrentar los problemas cotidianos.
Como se puede observar en el planteamiento anterior, según este autor se debe hacer un seguimiento de tres años para que el directivo madure y desarrolle de manera plena sus competencias.
La dirección de la escuela es uno de los pilares fundamentales en que descansa la educación dominicana y en el mundo de hoy todas las miradas se dirigen al centro educativo por lo que tiene grandes retos que cumplir, ya que es donde se forma al ciudadano.
Se han hecho grandes esfuerzos por la formación de directores; sin embargo, es necesario seguir en ese proceso de capacitación y formación tanto en el grado, la educación continua y el postgrado.
[1] Ministerio de Educación de la República Dominicana, Manual Operativo de Centros Educativos, p.142.
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