El próximo 13 de agosto las juezas del Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional emitirán el fallo contra los implicados en caso Antipulpo. Este es uno de los casos judiciales por corrupción administrativa más grande de la historia nacional, en el que están involucrados funcionarios del pasado gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Las expectativas crecen en si habrá condena o no en este proceso judicial en el que el Ministerio Público pide hasta 20 años de prisión y decomiso de bienes contra los imputados.
El caso involucra una cantidad significativa de bienes sujetos a decomiso: en total, 60 inmuebles, 67 vehículos, RD$553,063,784 en efectivo y US$1,495,682 entre entregados e inmovilizados.
Para Cándido Mercedes
Para el sociólogo Cándido Mercedes, este expediente judicial no solo representa uno de los mayores escándalos de corrupción administrativa en la historia reciente de República Dominicana, sino también una expresión clara de lo que se denomina “captura del Estado”: la capacidad de ciertos actores gubernamentales de operar al margen de la ley desde posiciones de poder, violando normas, desfigurando procedimientos e institucionalizando la impunidad.
Mercedes es categórico: “El pulpo no tiene manera de que los acusados no sean condenados. Lo único que puede variar son las penas, porque los delitos son individuales. Pero las pruebas están ahí, y están sobrecargadas”.
Según el sociólogo, si los implicados no reciben condena, más allá de las demoras procesales, la sociedad dominicana asistirá a una regresión de su incipiente institucionalidad judicial.
Corrupción y lentitud judicial: un cóctel de desgaste social
Uno de los principales problemas que señala Mercedes es la lentitud del sistema de justicia. El caso Antipulpo lleva casi cinco años en los tribunales.
"Por suerte no se cayó por extinción del tiempo, gracias a que las juezas entendieron que los aplazamientos en muchos casos se debían a tácticas dilatorias de los propios imputados", explica.
Desde solicitudes por razones médicas, hasta excusas por luto o malestares menores, el proceso ha sido saboteado, sostiene, por prácticas que buscan alargar indefinidamente la espera de justicia.
“Esas excusas no pueden tomarse en cuenta para extinguir procesos tan graves”, señala.
La abundancia de pruebas como necesidad estratégica
Uno de los elementos que, a juicio del sociólogo, fortalece la causa del Ministerio Público es el volumen y solidez de las pruebas presentadas. “Una de las críticas era que los expedientes estaban sobrecargados", apuntó.
Sostuvo que Yeni Berenice Reynoso tenía razón cuando dijo que en estos tipos de casos se trata de megacorrupción y que había que sobrecargar de pruebas, porque los fisclaes "se enfrentan a los mejores abogados del país”.
Agregó que este expediente cuenta con más de 12 mil páginas; contiene pruebas documentales, periciales, testimoniales, transacciones y hasta devoluciones de dinero por parte de algunos implicados.
Para Mercedes, la devolución de fondos por sí sola ya constituye una forma de admisión de culpa.
Entre el juicio legal y el juicio social
Cándido Mercedes no se limita al ámbito judicial. Su análisis es también político, sociológico e histórico.
“Si esos personajes no son condenados -reitera-, los jueces que fallen en ese sentido serán condenados por el juicio de la historia y de la sociedad”.
El pueblo, dice, suele confundir el Ministerio Público con el Poder Judicial. “Pero son distintos. Aquí el Ministerio Público ha avanzado mucho; la justicia está tratando de modernizarse, pero todavía está rezagada”.
El sociólogo recuerda etapas oscuras del sistema de justicia dominicano: “Con Balaguer estábamos en 20, con Leonel llegamos a 60 o 70. Con Mariano Germán retrocedimos. Era un buen abogado, pero no debía dirigir una institución tan compleja. Hubo incluso casos bochornosos que reflejaban la falta de institucionalidad”.
La esperanza está en juego
La conclusión de Mercedes es contundente: “Sociológicamente, si no hay condenas, eso va a generar un terrible daño en la esperanza de una sociedad regenerada”.
El caso Antipulpo se convierte así en un termómetro del verdadero compromiso del país con la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento del Estado de Derecho.
No se trata únicamente de sentencias. Se trata de confianza, de justicia creíble, y de un mensaje claro a las futuras generaciones: el poder no es licencia para delinquir, remarca Mercedes.
Para Participación Ciudadana
El coordinador de la Comisión de Análisis Político de Participación Ciudadana, Francisco Álvarez Valdez (Pancho), también coincide en que existen grandes expectativas con esta sentencia, ya que es el primero de los grandes casos de corrupción que recibirá fallo de fondo.
“Entiendo que el Ministerio Público hizo un buen trabajo en este caso y presentó una acusación robusta, basada en una cantidad impresionante de pruebas”, evaluó.
Recordó que originalmente eran 27 imputados, de los cuales varios llegaron a acuerdos con el Ministerio Público, como Francisco Pagán, Domingo Antonio Santiago Muñoz y Julián Esteban Suriel Suazo.
El que varios implicados admitieran su responsabilidad fortalece el caso contra los que no lo hicieron. Además, la acusación fue sustentada por 169 testigos, 1,946 pruebas documentales, 81 pruebas periciales y 115 pruebas materiales.
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