La revisión de las estadísticas sobre el trabajo humano, focalizado en sus características básicas por sexo y ciclo de vida laboral, será abordado en tres partes: 1) El mercado laboral nacional. 2) El mercado de trabajo público y 3) El trabajo no remunerado en el hogar.
- CARACTERÍSTICAS DEL TRABAJO EN EL MERCADO LABORAL NACIONAL POR SEXO Y CICLO DE VIDA LABORAL, 2016 – 2023
El resultado de la comparación de las estadísticas laborales por sexo, muestran notables diferencias evidenciadoras de un trato desigual, a través de la segregación de hombres y mujeres en ramas, ocupaciones y categorías ocupacionales y de la discriminación en la remuneración de las mujeres de la fuerza laboral del país, que ni siquiera su mayor nivel educativo y su mayor inserción en el trabajo formal lo evitan, según muestran las estadísticas del Sistema de Indicadore Dominicanos del MEPYD.
a) Población en edad de trabajar, NPEA y PEA: Mas mujeres pero menos activas económicamente
La población en edad de trabajar presenta un aumento notable entre el 2016 y el 2023, pues paso de unos 7.3 a 7.9 millones de personas, aumento mayor en las mujeres (4.1 millones) que en los hombres (3.8 millones).
La población no económicamente activa, tambien es de predominio femenino y ha aumentado: 2.7 millones a 2.8 millones y es mucho más numerosa en las mujeres (1.9 millones, que en los hombres (cerca de 900 mil). El índice de feminidad permite medir las diferencias por sexo y cuantifica que para el 223 por cada 100 hombres inactivos hay 220 mujeres inactivas.
La población económicamente activa, tambien en aumento de cerca de 4.5 a 5.1 millones entre el 2016 y el 2023. Aquí por el contrario, el predominio es masculino, pues las mujeres están mucho menos integradas a la fuerza de trabajo. Empero, se observa un importante aumento de su participación, que ha pasado de 1.9 millones en el 2016 a 2.2 millones en el 2023. Su índice de feminidad se cifra en 75 mujeres activas por cada cien hombres activos en el 2023.

¿A que dedican su tiempo libre aquellas personas que se declaran económicamente inactivas? Lo primero a destacar es la necesidad de mejorar esta medición, pues muestra un subregistro importante: más del 40 % de los hombres y más del 20% de las mujeres que se declararon inactivos no lo especificaron.

La diferencia fundamental por sexo es que mientras más 40% de las mujeres inactivas se ocupa de las labores del hogar -entiéndase trabajo doméstico y cuidado de sus integrantes – los hombres sólo le dedican menos de un 3% de su tiempo libre. Para el 2023, la principal actividad no remunerado de los hombres son los estudios en más de un 30%, mientras que en las mujeres es menor de un 20% y ha descendido para ambos sexos durante el periodo.
b) Nivel educativo de la población ocupada: las mujeres estan más educadas
Se observa una mejoría del nivel educativo de la población ocupada por sexo entre el 2016 y el 2023 en ambos sexos, pero deja inalterable la estructura educativa que es diferencial por sexo y continúa favoreciendo la contratación de las más educadas, sobre todo a las mujeres de nivel superior, que está facilitando su acceso.
Si bien el nivel educativo más elevado de la población ocupada es el secundario/técnico vocacional en ambos sexos, empero la situación cambia a favor de las mujeres ocupadas, quienes predominan a nivel universitario y post-universitario. Por el contrario, los hombres ocupados tienen un mayor peso porcentual a nivel primario-preescolar y entre aquellos sin ningún nivel educativo.

c) El ciclo de vida en el empleo y desempleo por sexo
La tasa de participación en la actividad económica, analizada según su ciclo de vida laboral, entre 15 años y s 65 y más años entre el 2016 y 2023, muestra el comportamiento clásico en forma de U invertida: la participación aumenta con la edad, hasta alcanzar sus cimas en los años centrales y luego empieza a descender. La principal diferencia por sexo es que los niveles de participación femenina es que es siempre inferiores a la participación masculina en todos los grupos de edad y solo la muerte los nivela a partir de los 65 años, pero no por razones laborales sino por la mayor longevidad femenina.

El desempleo es otro factor diferencial por sexo y descendente con la edad y es de relevancia para el análisis del acceso a la actividad económica, pues presenta diferencias notables entre hombres y mujeres a cualquier edad, en desfavor de la actividad femenina. Es a partir de 60 años, cuando las diferencias se igualan o desaparecen.

d) Tipo de inserción laboral: asalariados y por cuenta propia predominan en ambos sexos
El tipo de inserción laboral de hombres y mujeres -denominado también categoría ocupacional- se clasifica en asalariado del sector público, asalariado del sector privado, patrón o socio activo, cuenta propia y trabajador no remunerado. Se observa que su evolución presenta pocas variaciones en su estructura porcentual entre el 2016 y el 2023, siendo el asalariamiento y el trabajo por cuenta propia los dos tipos de inserción laboral más importantes en ambos sexos, con un predominio femenino y masculino invertido.

En efecto, la mayoría de los hombres y mujeres ocupados son asalariados sobre todo del sector privado y, en menor medida, del sector público. En ambos sectores -que suelen tener un mayor peso en el trabajo formal- las mujeres son más contratadas que los hombres, hecho que estaría relacionado con la mayor escolaridad femenina.
Le siguen en orden de importancia aquellas personas ocupadas de manera independiente, ya sea como patrón o socio activo o por cuenta propia. A la inversa de los asalariados, los hombres tienen un mayor peso porcentual que las mujeres. Por último, y en muchos menores porcentajes están los trabajadores no remunerados, un poco más elevado entre las mujeres, aunque con porcentajes en disminución en ambos sexos.
a) Tipo de ocupación laboral: Predominan trabajadores en los servicios y no calificados en ambos sexos
La categoría de ocupación se clasifica en nueve tipos de grupo de ocupaciones: gerentes y administradores, profesionales e intelectuales, técnicos del nivel medio, empleados de oficina, trabajadores de los servicios, agricultores/ganaderos calificados, operarios y artesanos, operarios y conductores y trabajadores no calificados.

Pocos cambios se observan en la estructura del tipo de ocupación por sexo entre el 2016 y el 2023. Salvo en el aumento que se observa en el peso de las mujeres en los servicios y en el trabajo no calificado, ambos predominantes en la estructura de la ocupación masculina y femenina, aunque en el 2023 se observa un mayor aumento de las mujeres en ambos grupos de ocupaciones. Otra diferencia destacable por sexo es el mayor porcentaje de hombres que de mujeres artesanos y operarios y en particular en operarios y conductores, mientras que en las ocupaciones de técnicos de nivel medio y profesionales e intelectuales los porcentajes de mujeres son más elevados.
b) Los sectores de actividad económica por sexo: concentración en servicios
La actividad económica puede diferenciarse tres grandes sectores de actividad: agrícola, industrias y servicios. Durante el periodo se constata que las mujeres estan siendo expulsadas del sector agrícola. Si bien los hombres son más numerosos que las mujeres, también muestran una tendencia al descenso de su peso en un sector tan relevante para garantizar la seguridad alimentaria nacional.
En el sector industrial las mujeres se estancan y los hombres tambien pierden peso y ambos sexos aumentan su participación en los servicios, concentrando aún más a la población ocupada, que para el 2023 representan alrededor del 90% de los ocupados totales.

Estos servicios son de diferentes tipos y muestran aumentos superiores al 10% en el comercio, hoteles bares y restaurantes y en la enseñanza, con diferencias notables por sexo: los hombres han aumentado sobre todo en el comercio y las mujeres en la enseñanza, bares y restaurantes y en, en menor medida, también el comercio.
c) Influyen estos comportamientos laborales en el Ingreso laboral de hombres y mujeres, a nivel mensual y por hora?
Puede constatarse que la evolución ingreso promedio mensual y por hora ha ido en aumento a nivel nacional entre 2016 y 2023, aunque manteniendo diferencias importantes por sexo en desfavor de las mujeres ocupadas.

El indicador razón del ingreso laboral, muestra la relación entre el ingreso laboral que perciben en promedio las mujeres con relación al que perciben los hombre. Mide el efecto de las desigualdades de género en los ingresos por trabajo y muestra un deterioro del ingreso femenino promedio mensual: en el 2016 representaba el 79.0% del salario masculino y desciende a un 77.8% en el 2023. Este hecho es revelador de las dificultades que confrontan las mujeres en la generación de ingresos, que las colocan en desventaja frente a los hombres, por el hecho de ser mujer. Lo mismo sucede también por hora, que pasa de 91.9% a 78.7%. Además, esta situación tiene el agravante de ocurrir en un contexto, donde la tasa de formalidad en el empleo femenina es superior a la tasa masculina.
Profundizando en este análisis, comparamos la razón del ingreso laboral por nivel educativo de las personas ocupadas por sexo y se constata que el salario mensual y por hora en vez de aumentar desciende en desfavor de las mujeres en el nivel superior de estudio: pasa de representar el 76.6% del salario masculino en el 2016, a sólo el 55.9% en el 2023. Tambien disminuye en la remuneración por hora tanto entre aquellas ocupadas con nivel primario y con nivel superior.

Estudios sobre esta temática han acuñado el concepto de brechas de autoridad para dar cuenta de lo que se ha calificado como una discriminación que limita el acceso de las mujeres a los puestos de autoridad, precisamente los de mayor remuneración y responsabilidades en las decisiones de políticas institucionales del mercado y/o del Estado. En otras palabras, se privilegia el acceso de los hombres a los cargos de responsabilidad política, pública y privada, como si el ejercicio de la autoridad laboral fuera una atribución de la masculinidad.
En síntesis, estas estadísticas laborales muestran avances en la remuneración del trabajo de las personas ocupadas en el mercado laboral nacional entre el 2016 y el 2023, a la par que ha aumentado la formalidad laboral y el nivel educativo técnico/profesional -mayor en los hombres- y profesional -mayor en las mujeres.
Empero, se constata la persistencia de una organización del mercado segregado y con discriminación salarial por sexo, a pesar de la existencia de una política de Estado que norma la igualdad y la equidad laboral entre hombres y mujeres. En este sentido, se evidencia que el factor género constituye uno de los factores estructurante de las características del mercado de trabajo, que limita el acceso a oportunidades y derechos en igualdad de condiciones entre hombres y mujeres, al igual que la clase social y la nacionalidad entre otros factores de jerarquización social.
Esta división sexual del trabajo opera, también, mediante la desvalorización del trabajo femenino en el mercado y en el hogar, desde una concepción que atribuye valor solo al trabajo productivo. El resultado ha sido un descuido del trabajo de la reproducción biológica y el cuidado de la población no autónoma de los hogares, cuya responsabilidad requiere compartirse entre padres, madres, el Estado, las empresas y las comunidades para poder garantizar el bienestar de la reproducción de las sociedades humanas, que incluye un conjunto de procesos biológicos, demográficos, sociales, económicos y culturales.
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