No se escribe la historia de un individuo al margen de la historia familiar y de la comunidad a la que pertenece. De igual modo, el eslabón histórico representado por hechos y personajes es inseparable de la cadena hilvanada por épocas y generaciones.

Así ha de entenderse la incursión de Plinio en el ámbito capitalino a partir de 1961 con apenas 19 años. Llegado a Santo Domingo en pleno apogeo de la lucha postrujillista, así deben situarse los acontecimientos que entonces le sucedieron.

Plinio era a la imagen de la juventud dominicana de la época, idealista y combativa. Pertenecía a la generación a la que los mayores, quienes le antecedieron, dejaron una república como un cascaron vacío.

Y eso se evidenciaba en los enormes obstáculos que se interponían entre las energías y las metas de la juventud y del pueblo en general.

Era un joven deseoso de aportar y construir. ¿Construir qué? Construir país, construir sociedad, construir paz, democracia y libertad. Construir bienestar y justicia social

Ese Plinio era un provinciano oriundo de un apartado pueblito del suroeste, Tamayo, en búsqueda de aprendizajes y crecimiento. Pero, era también alguien que, por su condición social de clase media rural, tenía algo que aportar.

Joaquín Balaguer

Plinio orientó su iniciación en ese medio extraño hacia dos vías: los estudios universitarios y la actividad política.

Como la mayoría de la pequeña burguesía de entonces, en esos ámbitos se le abrían las posibilidades de plasmar de sus deseos y acceder a los peldaños más elevados de la sociedad.

Pero Plinio era cauteloso. No se lanzó a la hoguera de las luchas como otros lo hicieron en ese período. En ese panorama su vida discurría observando y captando lo mejor desde un ángulo más bien, distante.

Lleno de asombro, buscaba emular los mejores ejemplos. Evaluaba a los protagonistas con la voluntad de aprender. Así fue creciendo la admiración por muchos de ellos.

Los iconos provenían de la intelectualidad. Sus ojos fe fijaban en Juan Bosch, Juan Isidro Jimenes Grullón, Pedro Mir, Dato Pagan Perdomo, Corpito Pérez Cabral y otros.

También llegaban de todos los horizontes de la política. Y, en ese medio, sin distingos partidarios e ideológicos, los aportes provenían de Juan Bosch, Viriato Fiallo, José Francisco Peña Gómez, Manolo Tavárez Justo, Máximo Antonio López Molina y Andrés Ramos Peguero, los hermanos Ducoudray , Juan y Félix Servio.

En el mundo universitario que, en definitiva, era ámbito de su vocación por excelencia, en su deseo de superación Plinio encontró los mejores aliados. Ingresó en el año lectivo 1961-1962 , justo con el nacimiento de la autonomía de la universidad mediante ley del 26 de octubre de 1961.

Plinio tiene ese acontecimiento como uno de los más señeros y memorables de los inicios de su carrera universitaria. También son inolvidables los ejemplares profesores de derecho, entre ellos Froilán Tavares, luego expulsado de la UASD.Captura-de-Pantalla-2024-03-08-a-las-11.04.10-a.-m.-728x365

Pero, sobre todo, eran sus mejores estímulos algunos luchadores y sobresalientes estudiantes como Asdrúbal Domínguez, Cayetano Rodríguez del Prado, Amin Abel.

En la UASD de aquellos años Plinio hizo amigos y colegas para toda la vida, como estos de su promoción : Manuel Medrano Vázquez, Fabián Cabrera Febrillet y Emilio Herasme Peña, Emelin.

Plinio era asiduo a los mítines del PRD y el 14 de junio; sobre todo para escuchar y aprender de Bosch, Peña Gómez y Manolo. También a las actividades culturales e intelectuales de corte político.

En el plano político, las acciones de Plinio siguen el cronograma de las fuerzas democráticas en la sociedad dominicana de aquel momento :

– 1961-1962: acciones de repudio a los planes de la derecha trujillista atrincherada en el gobierno de Balaguer y de los designios antidemocráticos del Consejo de Estado presidido por Rafael F. Bonnelly

-1962-1963: campana electoral

-20 de diciembre de 1962: elecciones presidenciales , triunfo y gobierno de Juan Bosch y Constitución de 1963

-25 de septiembre de 1963: golpe de Estado contra el gobierno de Juan Bosch

                       – represiones, prisiones y deportaciones generalizadas en todo el territorio nacional

-noviembre -diciembre de 1963: levantamiento guerrillero de 1963 y asesinato de Manolo Tavárez Justo

-1963 -1964: acciones de resistencia y lucha contra el triunvirato: huelgas, acciones en el frente cultural, etc.

Plinio era particularmente amante de las actividades realizadas por Máximo López Molina, fundador y máximo dirigente del MPD, con quien tuvo gran afinidad, así como con toda la familia López Molina, residente en Ciudad Nueva.

Justamente, la primera acción pública que se registra de Plinio en la capital es el rechazo de la deportación de Máximo López Molina, como se expresa en un telegrama del 15 de noviembre de 1961 dirigido al director de información del Palacio Nacional con anexo a Joaquín Balaguer, presidente de la República, en el cual aparece su nombre entre otros firmantes :

15 de noviembre de 1961

-protesta por la deportaciones Máximo López Molina

Plinio Matos Moquete

Ver: Telegrama 5620-CP Ciudad Trujillo

Al director de la Agencia central de información, Palacio Nacional

Anexo: Joaquín Balaguer, presidente de la República ,  fechado el 15 de noviembre de 1961,recibido el 21 -11-61.

No. recepción 22168

“El pueblo protesta por deportación líder Máximo Molina, considerámosla ilegal, arbitraria y contraria a los derechos humanos.” 

Entre los firmantes: Homero Hernández, Rafaelito Bueno, Ulises Cerón ,Dr. Manuel Camino, Plinio Matos , Julio Cuevas ,Ramon Pina ,Julio Castaño, Iván Tobar ,Aida Cartagena ,Leoncio Ramos.

Fuente AGN

Es importante retener esa acción de apoyo a López Molina, porque, como veremos, ese será un personaje decisivo en las opciones políticas de Plinio posteriores a la guerra de abril de 1965.

En aquellos momentos, otras tareas que Plinio debía encarar con urgencia eran las relacionadas con las necesidades vitales. Él resolvió, provisionalmente, las cuestiones de su subsistencia en el ámbito universitario.

Hizo las gestiones y logró obtener una beca de la UASD de 40 pesos mensuales con lo cual pudo solventar el alquiler de una modesta habitación y los alimentos indispensables.

Compartía sus escasos recursos de la beca de cuarenta pesos con el hermano José Antonio, quien también había arribado a la capital en diciembre de 1961, con quien vivía en oscuros cuartos como en la calle Hermanos Gorjón, detrás del Mercado Modelo y con quien repartía en la cena el jugo de lechosa con leche, solicitando que se lo rindieran y lo sirvieran en dos vasos.

Entre el ir y venir a la universidad y el encontrar la fonda del menú más barato, Plinio reservaba tiempo , aparte de los textos de derecho, de los cuales nunca despegaba la mirada,  para leer obras como la novela La madre, de Máximo Gorki, Las fuerzas morales y El hombre mediocre, de José Ingenieros y otros importantes libros que la juventud de la época leía. .

Y, desde luego, no le faltaba tiempo para asistir, sin aun militar en ningún partido , a los eventos políticos propiciadores de la era de la democracia dominicana.

Así transcurrían los días de Plinio en la capital, consagrado a los estudios de Derecho, en la fragua de la generación de la libertad.

Realcionados:

Plinio, los años terribles (1)

Plinio, los años terribles (2)

Plinio, los años terribles (3)

Plinio, los años terribles (4)

Plinio, los años terribles (5)

Plinio, los años terribles (6)

Plinio, los años terribles (7)

Plinio, los años terribles (8): En la borrasca del 30 de mayo de 1961

Plinio, los años terribles (9): Desplazamientos y apoyos primarios

Plinio, los años terribles(10): Ser colaborador de Plinio representaba un gran riesgo