Un importante miembro de la familia Matos, un hijo distinguido del municipio de Tamayo.

El reporte de César Medina acerca del apresamiento de Plinio se tiñe de ficción, de poesía, al describirlo con palabras que revelan al periodista como un excelente cultor de la prosa :

“Plinio Matos Moquete, sobre cuya existencia se tejió una fantástica leyenda que culminó ayer con su apresamiento, fue delatado por una joven de unos 15 años con afro, que condujo a los policías al lugar donde se encontraba oculto.”

“Matos Mosquete, el hombre más buscado por la policía en los últimos cuatro años, se escondió en el interior de un ropero (closet) de una de las habitaciones del departamento cuando notó que la policía había dado con su paradero” (Última Hora, 3 de noviembre de 1973).

Mas el asunto que aquí quiero traer a cuento es cuáles eran las condiciones personales y familiares que ayudaron a que, aquel que “tejió una fantástica leyenda”, “el hombre más buscado”, por años pudiera burlar la persecución de la policía, hasta su apresamiento el 2 de noviembre de 1973.

Hablar de una persona es hablar de un grupo, de una región, de un país. Y tratar de entender a esa persona es indagar los vínculos primarios (la familia, los amigos, los compañeros, los coterráneos) que en la vida cotidiana y en situaciones excepcionales son responsables de su supervivencia y salvación.

Eso se puso de manifiesto durante la persecución de Plinio. Pero ¿Quién es Plinio?

Eso nos lleva a contar la historia de un apellido y de una comunidad: Plinio es un importante miembro de la familia Matos y un hijo querido y distinguido del municipio de Tamayo.

Plinio Leonardo Matos Moquete nació el 7 de noviembre de 1941 en el municipio de Tamayo, un pueblito del suroeste de la República Dominicana perteneciente a la provincia Bahoruco.

Sus padres fueron don Fabián Matos de la Paz ( 1899-1992), oriundo de Galván, Neiba, y doña Rita Emilia Moquete Calderón (1917-2004), nativa de Jínova, San Juan de la Maguana.

Don Fabián y doña Rita eran personas muy conocidas, honorables y respetadas en Tamayo. Tenían una educación rustica y tradicional, pero llena de ética y civismo.

Ambos eran alfabetizados. No conocían ni respetaban las normas ortográficas ni sintácticas formales. Su caligrafía era legible, aunque irregular y enrevesada.

Firmaban con sus nombres, leían cartas, notas, papelitos. También escribían textos sencillos, tal como hablaban, con expresiones arcaicas e imágenes campesinas plagadas de localismos, siembras y cosechas.

Don Fabián tuvo una numerosa descendencia: treinta hijos y cientos y cientos de nietos, biznietos y tataranietos.

El apellido Matos se combina con diez apellidos más, pertenecientes a las mujeres con las que don Fabián procreó sus numerosos hijos. En esa red familiar las combinaciones de apellidos más conocidas son : Matos Moquete, Matos Ogando ,Matos Cordero, Matos Figuereo, Matos Hernández, Matos Reyes.

Los hermanos de Plinio eran no solo cuantiosos sino también muy unidos entre sí, tanto los de padre y madre como los de padre solamente. Aunque provenientes de distintas madres y con diferencias notables de edad, todos los hermanos fueron criados juntos, alrededor del tronco común y bajo la batuta del padre, don Fabian.

Don Fabián dio a su familia, a los Matos, un acendrado sentido de clan, entendido este concepto en las acepciones propuesta por el DRAE:“personas unidas por un vínculo familiar”.

En ese sentido, don Fabián imprimió a los vínculos familiares tres rasgos de pertenencia, inculcados, exclusivamente, a la relación con sus hijos:

1.A todos reconoció como hijos y a todos reunía en torno a él, independientemente de la casa en donde vivieran con las respectivas madres.

2.Todos los hijos trabajan con él en la finca y en los negocios y eran obligados a asistir a la escuela alternando los estudios con el trabajo familiar.

3.Nunca dio las espaldas a un hijo. Decía que no tenía hijos grandes ni chiquitos; hijos de tal o cual mujer, todos eran hijos de su sangre.

Aun después de que emigraran de Tamayo y realizaran su propia vida, si retornaban al lar los recibía con los brazos abiertos.

Fue siempre solidario con ellos y, cuando por alguna razón les iba mal y volvían,  siempre podían contar con su ayuda.

Sin embargo, los Matos no eran el único clan familiar en Tamayo . Había otros.  Entre esos clanes se distinguían el clan de los Reyes, de los Gómez, de los Feliz, de los Beltré, de los Arias, de los Oviedo, de lo Nin, de los Olivero.

Esos y otros clanes de notables y prestigiosos apellidos se agrupaban en torno a los hombres y las mujeres fundadores del pueblo o que, con el tiempo, por sus grandes contribuciones se constituyeron en los pilares de la comunidad.

Así fueron los Matos en Tamayo, un verdadero clan. Ese clan consistió en el parentesco sanguíneo de los Matos, en la pertenencia familiar y, en una época, en vida de don Fabián, quien murió a los 93 años, en el poder económico y social.

Ese clan, del que Plinio forma parte, fue asumido por sus cuantiosos integrantes de generación en generación en Tamayo y fuera de Tamayo con orgullo y prestigio social.

En los pueblos, se sabe, unas familias se entrelazan maritalmente con otras; y así en Tamayo hay una red de clanes que se fue formando por vínculos sanguíneos entre importantes clanes: Feliz-Gómez, Oviedo- Beltré, Arias- Beltré, Matos-Arias, Matos-Olivero, etc.

En un sentido más, además de pertenecer, específicamente,  al clan de los Matos, Plinio es parte de la red mayor de clanes que es todo Tamayo.  Él es un tamayero de pura cepa y con gran apego a la gente de Tamayo, a las costumbres de la comunidad, a la comida, en particular al plátano, que, como cualquier tamyero,lo come tres veces al día.

Entre Plinio y Tamayo el apego es reciproco y eso se vio reflejado ejemplarmente e l 30 de marzo de 2019 Plinio cuando fue declarado Hijo Distinguido de Tamayo por resolución de la Sala Capitular del Ayuntamiento,  cuyos considerandos presentan los argumentos para esa distinción:

“su lucha contra gobiernos totalitarios y dictadores y su aporte a la democracia dominicana,  poniendo en alto el nombre del Municipio de Tamayo”:

«Considerando: Que en la sesión ordinaria del viernes primero (01) de marzo del año dos mil diecinueve (2019), el Concejo de Regidores aprobó la propuesta del acalde municipal Dr. Huraldo Mesa Velázquez, quien solicitó la declaración de Hijo Distinguido del Municipio de Tamayo al Dr. Plinio  Leonardo Matos Moquete por su lucha contra gobiernos totalitarios y dictadores y su aporte a la democracia dominicana,  poniendo en alto el nombre del Municipio de Tamayo, se le  reconoce el sábado treinta (30) de marzo de 2019 en acto organizado por el alcalde municipal y el Concejo de Regidores.

Considerando: Que el Municipio de Tamayo está más que regocijado por sus aportes a la democracia dominicana le damos buenas nuevas al Dr. Plinio Leonardo Matos Moquete».

Y luego, la Resolución declara:

«…en uso de sus facultades legales, el Concejo Municipal de este Honorable Ayuntamiento.

RESUELVE:

Primero: Declarar como en efecto declara al Dr. Plinio Leonardo Matos Moquete como Hijo Distinguido del Municipio de Tamayo.

Segundo: Hacer entrega de un PERGAMINO contentivo de la presente resolución en un acto preparado al efecto.

Ese reconocimiento se otorga el sábado treinta (30) del mes de marzo del año 2019, a las nueve de la mañana (9:00 AM)

Dada por el Concejo de Regidores y el alcalde de este Honorable Ayuntamiento del Municipio de Tamayo Prov.  Bahoruco, Rep. Dom., en la sesión ordinaria de fecha miércoles Seis (06) de Marzo del Dos Mil Diecinueve (2019), año 175 de la Independencia Nacional, año 155 de la Restauración y 76 de la vida Municipal.”

Firman la resolución los funcionarios municipales de entonces :

Lda. Fredesvinda Ferrera Medina , presidenta del Concejo Municipal. Dr. Huraldo Mesa Velásquez, alcalde municipal y Sr. Miguel Novas Polanco, secretario del Concejo.

Plinio se salvó de la persecución durante tanto tiempo por sus relaciones primarias. Porque es miembro de una importante familia de Tamayo, la Matos y Matos Moquete, y, porque fue un hijo querido y distinguido de su pueblo.

Además, porque es una persona carismática. Plinio sabe cultivar los vínculos con personas no necesariamente políticamente afines él. Nunca he conocido a nadie tan humano y solidario.

Le gusta y, atrae, la hermandad, la amistad y el compañerismo. Durante su persecución Plinio contó con la colaboración y el apoyo de una inmensidad de amigos y relacionados de la región sur y todo el país.