Amigo Lector: Los entramados fiscales SIEMPRE han sido objeto de rechazos, impugnaciones, diatribas y otras indelicadezas.
En esta entrega, tratare de presentar un breve marco de referencia para que Usted pueda comprender los intríngulis de este entramado tan impopular.
I-PREÁMBULO
El meollo del dilema: ¿Cuál es el nivel adecuado de impuestos?
1-La derecha dice que siempre que el gobierno pueda financiar sus funciones principales, los impuestos son necesarios.
2-La Zurdocracia dice que a veces, pero solo si se dirigen a las personas de ingresos bajos y medios. Dicen que las rebajas de impuestos para los "ricos" siempre son malas.
3-Si se grava muy poco, no habrá suficiente dinero para lo básico, como el ejército, la policía, los bomberos, los tribunales y las carreteras, escuelas, hospitales, nomina parasitaria, etc.
4-Si se grava demasiado, nadie se motiva a trabajar. Si nadie trabaja, no hay nada que gravar.
5-Estas disyuntivas nos conducen a las reflexiones siguientes:
a)-Si eres asalariado, favoreces una reducción de impuestos.
b)- Si eres propietario de una pequeña empresa, favoreces una reducción de impuestos.
6-Los críticos de las adecuaciones impositivas afirman que solo ayudan a los ricos. De ahí que, debemos aplicar el sentido común: cuando se reducen las tasas impositivas, aunque sea un poco, para alguien que ya paga muchos impuestos, esta persona verá grandes ahorros.
NOTA 1.: Por ejemplo, si un empresario obtiene una reducción de impuestos del 1%, esa cifra será enorme. Sin embargo, para una familia con ingresos de clase media, la cifra claramente será mucho menor. De ahí que, las personas con ingresos medios pagan la mayor parte de nuestros impuestos, y con creces. En 2024, el 76% de los impuestos cobrados provino de Quintiles de Ingreso 3, 4 y 5; el 1% más rico pagó solo el 24%! Quizás, en lugar de denigrar a la Clase Media, deberíamos agradecerles.
6-Ahora bien, ¿qué pasa con esas corporaciones codiciosas que se embolsaron las reducciones de impuestos y no las trasladaron a sus empleados?
a)-Primero, deben saber que las corporaciones en realidad no pagan estos impuestos. Nosotros, los consumidores, sí. Las corporaciones los incluyen en el precio de los bienes y servicios que compramos.
II-ESCENARIOS IMPOSITIVOS VIABLES
Amigo Lector, hoy día se está gestando entramados fiscales basados en impuestos más bajos, más dinero en el bolsillo y, por lo tanto, más dinero en las arcas Nnacionales. La consigna podría ser la de ganar y ganar. Ahora bien; ¿las rebajas de impuestos funcionan?
Esto nos conduce a plantearnos lo siguiente: Si unos impuestos más bajos se traducen en mayores ingresos, salarios más altos y mayores ingresos públicos, ¿por qué alguien querría impuestos más altos?
III-Analicemos un concepto importante de la economía: la Curva de Laffer.
Este concepto recibe su nombre de quien lo desarrolló, Arthur Laffer, un destacado economista estadounidense que ha impartido clases en la Universidad de Chicago, la Universidad del Sur de California y otros lugares.
La Curva de Laffer ilustra los dos aspectos más importantes que debemos saber sobre los impuestos: cuánto dinero puede recaudar el gobierno mediante impuestos y, a partir de qué nivel de impuestos, el gobierno podría empezar a recibir menos, no más, ingresos. Veamos.
1-En primer lugar, dado que cero multiplicado por cualquier número es cero, si la tasa impositiva es cero, el gobierno recibe cero ingresos. Por consiguiente, cero-cero es nuestro primer punto en la curva.
2- Ahora supongamos que el gobierno elige una tasa impositiva muy baja, digamos del 1%. El gobierno entonces comenzará a recibir algunos ingresos de los ciudadanos.
3-Ahora supongamos que el gobierno cobra una tasa impositiva del 2%; si el gobierno sigue subiendo la tasa, los ingresos seguirán aumentando.
4-Ahora supongamos que el gobierno cobra una tasa impositiva del 100%. Si esto ocurre, nadie trabajaría. Es decir, ¿por qué trabajaría alguien si el gobierno se va a quedar con todo el dinero que gana? Y si nadie trabaja, la renta nacional sería cero. Esto significa que los ingresos del gobierno serían el 100% de cero, o cero.
5-En otras palabras, Amigo Lector, la trayectoria de los de ingresos debe ascender pari-pasu con la tasa impositiva baja y debe comenzar a descender para llegar al punto que trazamos en la tasa impositiva del 100%.
6-Ahora bien, si la trayectoria tiene pendiente descendente, implica algo notable, algo que pocos de quienes abogan por impuestos cada vez más altos quieren admitir. Significa que cuando las tasas impositivas son altas, si se aumentan, en realidad se generarán menos ingresos para el gobierno.
NOTA2.: Durante la Gran Depresión, cuando el Congreso norteamericano aprobó la ley arancelaria Hawley-Smoot, aunque esta aumentó los impuestos a los bienes importados, los ingresos provenientes de esos impuestos en realidad disminuyeron. Un ejemplo más reciente ocurrió a principios de la década de 1980. Después de que el presidente Reagan y el Congreso redujeran drásticamente las tasas impositivas para los ricos, los ingresos fiscales provenientes de ellos en realidad aumentaron.
NOTA 3.: Estudios realizados en la década de los ochenta, reflejan que el punto de inflexión, en la Curva de Laffer, se produce cuando la tasa impositiva ronda el 33%, mucho más baja de lo que los economistas creían anteriormente; cuando los impuestos superan esa cifra, el gobierno en realidad recibe menos dinero.
III-Parece que todo lo que hacemos está sujeto a impuestos.
El sistema detrás de los impuestos es una monstruosidad burocrática; un lastre para la economía. Tanto así, que erosiona nuestra confianza en el gobierno que nos grava. Si se tienen suficientes abogados, cabilderos y lagunas legales a la disposición, tal vez se pueda manipular el entramado fiscal.
Eso está bien para las grandes corporaciones y los ricos, pero ¿qué pasa con el pequeño empresario o el contribuyente de clase media?
Simplemente tiene que callarse y pagar. Nada ilustra mejor el desastre en el que se ha convertido nuestro sistema tributario que la complejidad, a veces contradictoria, de los procesos de cálculo y justificaciones que este entramado exige hoy día.
Por razones obvias, no incursionare en los detalles, ya que la prensa radial, escrita y digital ha tratado este tema holgadamente.
Claramente, ha llegado el momento de clavar una estaca en el corazón de este monstruo fiscal. Entonces, ¿qué se debe hacer? Como casi todo, la mejor solución es la más simple: un impuesto fijo único sin deducciones, excepto una por cada adulto y por cada hijo.
Completar una hoja de papel o introduzca algunos números en su computadora, y listo. Este cambio no solo facilitaría la vida de todos los dominicanos, sino que también transformaría el gobierno, nuestra economía y nuestra sociedad al acabar con la complejidad que otorga tanto poder a burócratas y políticos. Tienen poder porque son quienes reparten los favores fiscales.
Esta búsqueda de favores se centra en obtener un trato especial y exenciones fiscales. Un impuesto de tasa fija nos ayudará a empezar a reducir ese gobierno abusivo y clientelista del que todos nos quejamos. Todos pagaríamos menos, no solo en impuestos, sino también en cumplimiento. La inversión y la creación de empleo se dispararían. Experimentaríamos una recuperación que aumentaría la base impositiva y, paradójicamente, generaría más ingresos para el gobierno.
IV-POST DATA
Bueno, se podría argumentar que esto suena genial para los ricos, e incluso para la clase media, pero ¿qué pasa con los pobres? Los impuestos al consumo son una gran carga. De ahí que, con un impuesto único, una familia de cuatro personas que genere ingresos menores de RD$67,000.00 no pagaría impuesto sobre la renta
Además, al eliminar lagunas fiscales y exigir que todos paguen lo que les corresponde, el impuesto de tasa única ofrece un modelo de equidad fiscal. Más de 40 países y jurisdicciones lo han promulgado. ¿qué estamos esperando? ¡Es hora de otra revolución fiscal!
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