La capacidad de producir y utilizar las estadísticas oficiales formar parte integral del proceso de desarrollo de los países. En este sentido, es de relevancia destacar una iniciativa gubernamental de más alto nivel, orientada a la institucionalización del uso de las estadísticas oficiales para el monitoreo y evaluación periódica de la situación de las políticas públicas, priorizadas en cada periodo gubernamental.
En efecto, la Presidencia mediante la convocatoria periódica de su Consejo de Ministros, están trillando una práctica de mejora de la gestión pública, a través del uso sistemático de los datos estadísticos nacionales y sectoriales sobre su accionar, mediante el monitoreo y evaluación periódicos de resultados y su difusión pública: fundamentos básicos para la toma de decisiones basada en información y conocimientos sobre avances logrados y nudos confrontados.
Su importancia es capital para poder lograr una mayor eficiencia en la gestión de la Administración Pública y hacer rendición de cuentas a la ciudadanía. A estos efectos positivos, se agrega su impacto en la mejora de la calidad y oportunidad de la produccion estadística nacional y sectorial: es a través de su uso sistémico que las estadísticas que pueden afinarse y diversificarse para dar respuestas, cada vez más adecuadas, a su creciente demanda en la actual sociedad informatizada.
Por otra parte, el cambio social -motor de toda evolución humana- analizado desde la ciencia demográfica, muestra que el comportamiento de hombres y mujeres a través del ciclo de vida, no solo presentan características diferenciados sino que, además, estos comportamientos evolucionan a través del tiempo, a la par que se mejoran o empeoran las condiciones socioeconómicas de las sociedades: por consiguiente, tambien son cambiantes los requerimientos de políticas públicas generales y específicas que deben ser atendidas.
En este contexto, inicio hoy una seria de artículos sobre este importante uso que se está dando a los datos estadísticos oficiales, destacando que esta práctica requiere incorporar una premisa básica de la ciencia demográfica: la produccion, análisis y difusión de las estadísticas referidas a población deben desagregarse por sexo y ciclo de vida, como un requisito básico de la planificación y la evaluación de resultados.
Si bien esto parece evidente, es necesario destacarlo, porque no suele ser un procedimiento sistemático en el proceso de monitoreo y evaluación de las políticas públicas del país. Esto sucede a pesar de que las variables sexo y edad suelen ser levantadas por todos los instrumentos de recopilación de información del Sistema Estadístico Nacional, sean estos censos, encuestas o registros administrativos.
Asimismo, son levantados otras variables sociales y económicas, también básicas, cuya desagregación permite conocer las características de los perfiles poblaciones y sus requerimientos de políticas públicas, diferenciados no solo en función del sexo y la edad, sino tambien según territorio, nivel de ingresos, nacionalidad entre otras variables relevantes. En realidad, la Demografía ha constituido y constituye el mejor instrumento científico para medir las desigualdades poblacionales en cualquiera de sus dimensiones de relevancia, de ahí su gran utilidad como herramienta básica de apoyo para el conjunto de las ciencias sociales.
En efecto, las variables medidas a través de todos los instrumentos utilizados por la demografía, permiten identificar las características generales y específicas de los grupos humanos y, por esta vía, permiten determinar cuáles son los factores que explican las diferencias y similitudes observadas en sus comportamientos y las necesidades de políticas que se derivan de los mismos. Esta constituye una premisa fundamental de la gestión publica, siempre que el Estado quiera dar respuestas más eficaces de políticas dirigidas a la población en un marco de equidad social y mejorar la focalización de sus intervenciones.
Utilizando los datos estadísticos más recientes, vamos a presentar el comportamiento de hombres y mujeres con relacion a temas escogidos, tales como la seguridad pública, la educación, la pobreza, la participación laboral y la participación política entre otras.
Al respecto, remito a la compilación de series históricas de datos por sexo -provenientes de la ONE y del SISDOM- que estan siendo sistematizados y socializados por el Centro de Investigación Femenina (CIPAF) y están facilitado el trabajo de investigación.
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