El ser humano como la vida en sentido general es un eterno devenir.  Ya lo dijo hace siglos el filósofo griego de Éfeso. Todo cambia, desde lo más profundo, hasta el modo de pensar, lo expresa la folclorista argentina, Mercedes Sosa. Así, lo que hoy asumo como verdad incontrovertible, mañana pudiera desestimar.

En el arte, como en muchos otros ámbitos de la vida, una cosa es lo que se dice o hace y otra, la que los demás interpretan. Ése es otro tema. El mural de Picasso La Guernica tiene su historia, la que su autor quiso ofrecernos, pero su interpretación ha sido objeto de muchas controversias.

Tuve la oportunidad, hace algunos años, de disfrutar de dicho mural en el Museo Del Prado expuesto en una sala bastante grande, sin asientos y muchas personas tiradas en el piso como en éxtasis. Lo controvertido del mural lo expresaban los cristales antibalas que lo protegían.

La Gioconda o Monna Lisa, es la obra pictórica de Leonardo da Vinci que ha originado un apasionado debate entre estudiosos del arte y que aún perdura. Mucho se ha especulado acerca del origen de la modelo, la expresión de su rostro, y otras tantas conjeturas que mantienen en enigma la realidad de la obra.

La Pasión según San Juan, pieza musical de J. S. Bach compuesta en 1724, no ha dejado de ser una obra polémica. En el 1995 los miembros del coro en el Swarthomore College de Philadelphia se negaron interpretarla por su fuerte contenido antisemita. Otro tanto ocurrió en el 2000, aniversario de la muerte del compositor, en el Festival de Bach de Oregon.

Muy a pesar de ello Robert L. Marshall, un apreciado académico y experto en el estudio de la música clásica señala que “la Pasión de San Juan "da voz a algunos de los sentimientos más nobles del espíritu humano, y ni la pieza suprema ni su incomparable autor necesitan ningún perdón".

En el cine, la película La naranja mecánica (1971), dirigida por Stanley Kubrick fue objeto de muchos calificativos “por su violencia extrema y sus prolongadas escenas de agresión sexual”, fue calificada de fascista, misógina, nihilista, entre otros. Su director prohibió su exhibición por las amenazas recibidas a él y su familia. No fue hasta el año 2000 en que su prohibición fue levantada en Inglaterra.

Una bellísima canción de Pablo Milanés, de su álbum Vengo Naciendo de 1998 y que sirvió de tema de una telenovela cargada de infidelidades con el mismo nombre, El amor de mi vida, ha sido objeto de variadas interpretaciones. Ahí les dejo la canción y los animo a darle su propia interpretación. Puedes escucharla en YouTube: El Amor De Mi Vida/Pablo Milanes

“Te negaré tres veces

antes de que llegue al alba.

Me fundiré en la noche

donde me aguarda la nada.

Me perderé en la angustia

de buscarme y no encontrarme.

Te encontraré en la luz

que se me esconde tras el alma.

Desandaré caminos

sin salidas como muros.

Recorreré los cuerpos

desolados sin futuro.

Destruiré los mitos

que he formado uno a uno,

y pensaré en tu amor,

este amor nuestro vivo y puro.

Te veo sonreír

sin lamentarte de una herida.

Cuando me vi partir

pensé que no tendrías vida.

Qué gloria te tocó,

qué ángel te amo que has renacido.

Qué milagro se dio

cuando el amor volvió a tu nido.

Qué puedo hacer,

quiero saber,

que me atormenta en mi interior.

Si es el dolor

que empieza a hacer

miedo a perder lo que se amó.

Te veo sonreír

sin lamentarte de una herida.

Cuando me vi partir

pensé que no tendrías vida.

Qué gloria me tocó,

qué ángel te amó

que has renacido.

Qué milagro se dio

cuando el amor volvió a tu nido.

Qué puedo hacer

quiero saber

que me atormenta en mi interior

Si es el dolor

que empieza a hacer

miedo a perder lo que se amó.

Será que eres

el amor de mi vida.”

Julio Leonardo Valeirón Ureña

Psicólogo y educador

Psicólogo-educador y maestro de generaciones en psicología. Comprometido con el desarrollo de una educación de Calidad en el país y la Región.

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