Nos hemos acostumbrado a tener como referencia de nuestro compromiso eclesial un CONCEPTO, porque hemos ideologizado el QUÉ ECLESIAL…, (Ideologización, UCA). Es decir, le damos importancia al QUÉ hacer: Salvar la Humanidad, que hemos yoizado, y nos olvidamos del CÓMO hacer, vivido y enseñado por Jesús: Debilidad Solidaria; porque el Cómo eclesiástico actual es: Iglesia Empoderada y con Relaciones de Poder. El Compromiso lo acomodamos a nuestros intereses personales ideologizados y comunitarizados para mantenernos en la seguridad de vida, que nos da el Poder.
Sin embargo, la enseñanza de Jesús, que aún permanece, la conocemos muy bien, que nuestro Valor Fundante Eclesial, el QUÉ de la Iglesia Católica, es: “Salvar la Humanidad con la Fuerza de Dios”. El Cómo vivido y enseñado por Jesús es: despojarse de los poderes divinos y hacerse solidario “con y como + discerniendo”, con los empobrecidos: Debilidad Solidaria, según la espiritualidad ignaciana.
El tren de Jesús va hacia el Sur y el Emperador Constantino en el 313 d.C., Edicto de Milán, oficializando la libertad religiosa nos monta en el tren del Poder Político que va al Norte, y nosotros “campantes” porque nos da seguridad personal y comunitaria… Asumimos ser Pastores y Dirigentes Políticos, empoderados por el Poder Político, Militar y Económico y con Relaciones de Poder, asumidas y defendidas junto a la élite social; en la Iglesia pasamos de perseguida a Iglesia Empoderada…
La Fidelidad Creativa al valor Originario Eclesial nos lleva a seguir los pasos de Jesús: relaciones Horizontales, de Tú a Tú, “al Otro cómo a mí”.
La ideologización del Valor Originario Eclesial nos desvía a los intereses del Yo. Ya nuestras relaciones no son Horizontales, sino verticales: Yo y Dios, y así las vivimos en la sociedad: “Yo primero y el Otro después”, verticalmente.
Y lo mismo pasa en la Vida Consagrada: nuestro QUÉ: renuncia a los bienes materiales: Voto de pobreza y no carecemos de nada, no somos pobres… Renuncia a la fertilidad biológica: Voto de castidad y vivimos apegados/as a cosas, personas, lugares y mascotas. ¿Solterones?… Renuncia a la autonomía personal: Voto de obediencia, y, ¡Señor, que tu voluntad sea la mía! Nos mantenemos en la seguridad junto a la élite social que nos privilegia…
Entramos a la Vida Consagrada sin poner condiciones, para vivir la invitación del Ser Trascendente, la Semilla de Dios aceptada libremente; pero después de unos añitos aprendemos a yoizar; es decir, a convertir la debilidad solidaria en seguridad personal y comunitaria, y otro gallo es el que canta…
Si nos fijamos bien, en la motivación personal, el QUÉ, y el CÓMO, la forma de vivir en la actualidad, no corresponden ni al Valor Originario Personal inicial, ni al Valor Originario Fundacional Institucional, ni al carisma Fundacional Eclesial porque hemos pasado del: “Otro como a Mí”, al “yo primero”…; hemos pasado a “YO tengo derecho”. Hemos pasado de la Debilidad Solidaria a la Seguridad Financiada Individual y Comunitaria… > De la radicalidad Evangélica a la Sostenibilidad Financiada; de Espiritualidad Personalizada hemos pasado a Yoicidad; porque no nos apoyamos en el V.O, que le da sentido a mi vida para relacionarnos cotidianamente con Dios, con el Otro y la Naturaleza; sino que la “yoicidad” nos lleva a apoyarnos en la propiedad privada que nos ofrece un estilo de vida en la seguridad económica.
Somos más funcionarios del Estado de Derechos que testigos del Evangelio… Somos fieles al Estado de Derechos más que al Evangelio; porque el servicio que ofrecemos de docencia y administración es Misión de un Estado de Derechos; la Evangelización es Misión de la Iglesia y tiene su Identidad propia; es por eso, que nos afanamos por la subvención del Estado al servicio que ofrecemos a los ancianos, enfermos, niños, niñas, adolescentes y jóvenes vulnerables, hasta llegar al servicio de nivel académico superior, etc.
Todos esos servicios que ofrecemos los Consagrados y las Iglesias son deberes de un Estado de Derechos para los cuales el pueblo ofrece los recursos a dicho Estado. Esos recursos que administra el Estado de Derechos no vienen de los bolsillos y empresas de los políticos, sino de los BIENES propiedad de la Nación e impuestos pagados por la población. El agradecimiento a los políticos, elegidos o nombrados, está en lo que se le paga por el servicio que ofrecen, sueldos que ellos mimos se ponen…, mientras son funcionarios del Estado de Derechos. Y para cuando salgan de las funciones públicas han hecho leyes que los pensionan de por vida…
Hace 500 años, exigir educación para el Pueblo, al Estado de Derechos, ni existía, y era impensable; sin embargo, la Iglesia Católica hacía lo que podía ofreciendo el servicio de docencia a la población sobre todo a los empobrecidos, gratuita, y a la élite de la sociedad por financiamiento personal…
A partir del 14 Julio 1789, revolución francesa, toma de la Bastilla, termina el Estado Autoritario y a partir del S. XX , en 1948, con la Declaración Universal de los DD.HH., se inicia el proceso de democratización del Estado asumiendo el lema de la revolución: Libertad, Fraternidad, Igualdad. La docencia pasa a ser un derecho social de la humanidad y las naciones y población local comienzan a exigir al Estado de Derechos, que administra Bienes y riquezas de la nación que le ofrezca servicios de educación porque las personas y comunidades no pueden ofrecerlo… Aquí está la raíz del paso a la Democracia: en un Pueblo sin Educación y sin Información no puede haber democracia…
Cierto, que la base de la democracia es el pueblo; pero un pueblo sin educar y sin información auténtica es fácilmente domesticable por un Estado autoritario que niega la propiedad social de los medios de producción, la planificación económica, la igualdad social y la democracia participativa.
La educación es básica, es necesaria, es un servicio urgente para toda la población; como la administración honesta y transparente; pero también la justicia es necesaria, como la información auténtica, verdadera…, etc.; Esas urgencias, entre otras, las hemos unido a evangelizar, en los servicios Eclesiales y la Vida Consagrada, con los cuales llegamos a hacer “un mejunje” de “docencia-administración-evangelización”, que indigesta la población; ambos componentes conllevan propiedad privada y financiamiento, lo que condiciona la evangelización,… Aquí está la raíz del paso de “Servicio Solidario” a “Servicio Financiado” en la Evangelización.
Tenemos que ajustarnos al perfil de cada componente pastoral: Docente, Administrativo, Evangelizador. La propuesta no es para rechazar, sino para ajustarnos y que seamos coherentes y que seamos los mejores en cada componente pastoral.
Ejemplo: Las Iglesias y/o la Vida Consagrada inician una obra de Servicio Solidario para los empobrecidos y a los 50, 100 años la presencia de los empobrecidos es selectiva, “becados”, porque el proceso de desarrollo se llevó a los empobrecidos donde no “jiedan” y los dueños de la obra nos quedamos y los nuevos beneficiarios pueden pagar el servicio que ofrecemos. Así perdemos el Servicio Solidario y la Flexibilidad Apostólica. Aquí está la raíz de nuestra seguridad… Convertimos un medio de servicio solidario, enseñar, en un fin para nuestra sostenibilidad financiada por el Estado de Derechos o por quien pueda pagar el servicio que ofrecemos…
OJO: A esta situación no se llega de un día para otro, estoy hablando de 50, 100, 500, 1700 años. Por tanto, no es culpa exclusiva de una persona, la crisis que vivimos en la actualidad eclesiástica, y en la sociedad civil, en tal caso, es de varias generaciones…, en ese sentido, todos y todas somos responsables de la incoherencia evangélica y de la incoherencia política. Estamos tranquilos porque todos hacemos lo mismo…; y los Laicos no nos hacen exigencia de “calidad” porque nosotros les hemos evangelizado mediáticamente… Y nosotros eclesiásticos legitimamos el poder corrupto e impune de la élite social política porque nos beneficia en la seguridad económica. ¡Aparéjeme ese cangrejo!!! ¿…?
Esta situación exige de nosotros, Vida Eclesiástica, Consagrada y de toda la sociedad, iniciar un proceso de conversión personal, comunitaria. Y ESTRUCTURAL. Tenemos que recuperar el “Servicio Solidario Original” y salir del Empoderamiento y Relaciones de Poder Eclesiástico”; y a nivel de la Sociedad Civil, Política, Militar y Económica dejar la “Corrupción e Impunidad” y pasar a “Justicia para Todos”.
Este cambio, tampoco se da de un día para otro. Es un proceso. Ahí está el aporte ó desafío de las personas jóvenes en las Iglesias, en la Vida Consagrada de hoy y en la Sociedad Civil, Política, Económica y Militar.
A este proceso de Conversión Estructural se le ha llamado en la Iglesia católica: “AGGIORNAMIENTO” y en la Vida Consagrada “REFUNDACION” y en la Sociedad Civil “CAMBIO”. A mí me gusta llamarle “RECUPERACIÒN” del Valor Originario Personal y del Carisma Institucional de la Congregación u Orden Religiosa, del Valor Fundante Eclesial y de los aportes sociales trascendentes acumulados por la Sociedad Civil: EL BUEN VIVIR. CULTURA DE PAZ será el resultado final, para iniciar una VIDA NUEVA…
Jesús nos enseña que naciendo, viviendo y muriendo pobre se puede transformar la sociedad; para salvar la humanidad Jesús elige ser pobre para cumplir su Misión, no hace voto de pobreza, ni monta un ejército con bombas de kilotones (1 Kt = 1000 toneladas de TNT).
Jesús nos enseña a TODA LA HUMANIDAD un solo mandamiento: “al Otro como a Mí”. Aquí está el Código del Reino de Dios.
Hoy en día un empobrecido/a entra a la Vida Consagrada, Padre o Monja, o se casa por la Iglesia, vive y muere en la seguridad. El P. Peter Kolvenback, sj., nos recuerda: “la obediencia nos envía; pero la pobreza nos hace creíble”.
Oímos: “Es que ahora son otros tiempos“ y “no podemos vivir en el pasado”. Pero… Lo nuevo de hoy es tan viejo como la evangelización: “La Sinodalidad, Olor a Oveja, Acompañar + Discernir” en la época de Jesús y ahora es lo mismo.
El Poder es el mismo, la seguridad vital es la misma, los privilegios son los mismos, las injusticas y violaciones son las mismas, la mendacidad y la discriminación son las mismas, los pre-juicios por igual, lo que cambia es la forma. El dolor, la angustia y las muertes padecidas son las mismas, ayer, hoy y siempre…
El mismo Dios que apoyó a Jesús es el nuestro. Las modalidades, las formas cambian…; pero el camino que nos enseñó Jesús para evangelizar es el mismo porque “la Fuerza de Dios” trasciende cualquier modalidad nueva que pueda aparecer en la historia de la humanidad. Estamos analizando la “evangelización…”, no la docencia y administración.
Fijémonos en Europa, hoy, es tierra de Misión. Fijémonos en América, evangelizada con la “la Cruz y la Espada…”
Lo que nos hace falta es CONVERSIÓN PERSONAL Y ESTRUCTURAL. Calidad en la entrega. La Conversión no es propiedad del pecador empedernido, sino también es propia de la Iglesia y la Vida Consagrada…
Quizás hablamos de tiempos diferentes porque hemos cambiado al Dios de Jesús por el Yo, que es el único competidor de Dios, que genera yoicidad y egoísmo. Ese cambio, sí, es grave; pero es reversible…, si creemos en la “Conversión”, que predicamos…
El V.O de Jesús es: “debilidad solidaria con la fuerza de Dios”. Y el Cómo: darse hasta el extremo…: “yo entrego la vida, no me la quitan” (Jn. 10, 17-18). Jesús nos enseña, “ayer, hoy y siempre”, que siendo solidario con los empobrecidos, “los descartados”, es como se salva la humanidad y se recupera la Fuerza Divina…
¿Cómo identificar mi V.O?: vamos a tratar de identificar el denominador común de mis motivaciones personales comenzando desde mi niñez, adolescencia, juventud, madurez, ¿qué me ha hecho crecer y fructificar, según el código del Reino de los Cielos: “al Otro como a Mí”?
Ese denominador común es mi Valor Originario. La Semilla de Dios. Lo que le da sentido a mi vida. Lo que me sacó de mi casa.
¿Cuáles frutos ha dado esa Semilla de Dios? ¿Qué desafíos me presenta en la actualidad mi Valor Originario? ¿Los asumo? ¿Los rechazo? ¿Porqué? ¿Qué me aleja de mi Valor Originario? ¿Me siento enredado, disimulo mi pecado? ¿O estoy encadenado, mi pecado es público? ¿Estoy instalada/o? ¿Porqué? ¿Me siento libre para ser fiel y creativo/a a mi Valor Originario, mi primer amor? ¿Al carisma de mi Institución? ¿Al valor Fundante de la Iglesia?
Nos puede ayudar echar una mirada a este texto del evangelio Mc.10,17-22: el joven rico… ¿A qué tengo, tenemos, que renunciar? Y así “caer en la cuenta” de cuál es la base de Mí, Nuestra Espiritualidad…
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