Seis mil millones de pesos por la nueva cédula, equivalentes a cien millones de dólares, son una suma demasiado elevada. Y si a esto le sumamos que tiene un precio superior de más de ochenta millones de dólares con relación a la anterior, debe llamar la atención de cualquier ciudadano normal.

En el país se levantan voces autorizadas, intelectual, técnica, moral y patrióticamente ante el proyecto altamente costoso y lesivo al interés nacional, relativo a la posible adquisición del nuevo documento de identidad.

De aprobarse y ejecutarse ese proyecto —de la Cédula de Identidad y Electoral— el pueblo dominicano cargaría sobre sus hombros con el peso de 6,000 mil millones de pesos por un documento de identificación a un precio fuera de mercado. Mientras esto ocurre, estamos utilizando la actual cédula para los fines correspondientes.

De aceptar dicha oferta, estaríamos cometiendo una acción impropia del Estado, como garante del bien común y el racional uso de los fondos públicos.

Hay que contrastar el pretendido uso ahora de esos 6,000 mil millones de pesos, que gastaríamos innecesariamente, con su utilización en obras de desarrollo y promoción humana.

Con esos recursos económicos, pudiéramos capacitar en emprendimiento acerca de un millón de jóvenes de las diferentes comunidades del país y proporcionarles fondos “semilla” para que se conviertan en emprendedores empresariales, a fin de que transformen la realidad y la vida de la gente de sus respectivas comunidades.

Lo anunciado anteriormente pudiera no ser solamente un proyecto de un amplio programa de desarrollo de impacto social a nivel nacional, sino que tenemos un abanico de posibilidades para la inversión de estos fondos.

En este sentido, podemos mencionar muchas instituciones nacionales cuyas acciones impactan significativamente en el desarrollo nacional, como el Centro para el Desarrollo Agropecuario y Forestal (CEDAF), creado en el año 1987, con la visión de contribuir con la expansión de estos sectores, mediante la innovación.

De igual forma, pudiéramos referirnos al Instituto Tecnológico de Las Américas (ITLA), que según la voz de los expertos, en el actual contexto de cambios globales, es la institución más importante de la República Dominicana.

No nos oponemos a que se realice la inversión, pero sí que ésta sea pertinente. Debemos esperar un tiempo adecuado y valorar en una discusión en democracia, y a fondo, este tema técnico y financiero de la nueva Cédula de Identidad y Electoral de la República Dominicana.

Rafael Nino Féliz

Educador

Nacido en El Cachón, Barahona. Graduado de Licenciado en Educación con mención en Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD. Se desempeñó como técnico de varios departamentos del Ministerio de Educación. Director de Organización de la Oficina de Desarrollo de la Comunidad (ODC). Director de la Dirección de Bienestar Estudiantil; Tesorero General y dos veces Vicerrector de Extensión. Actualmente docente en las cátedras de Teorías y Crítica de la Literatura y Letras Básicas. Ha publicado más de diez libro de poesía.

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