Washington afirmó este martes 19 de agosto que está preparado para "usar todo su poder" para frenar el "flujo de drogas hacia su país", tras conocerse el despliegue de buques destructores en aguas cercanas a las costas venezolanas. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, respondió con la movilización de millones de los conocidos como milicianos frente a las “amenazas estadounidenses”.
Tres buques con un total de 4.000 soldados a bordo, en camino para detener las toneladas de drogas saliendo del sur del Caribe para entrar a Estados Unidos. Ese es el despliegue confirmado por la Administración de Donald Trump el martes 19 de agosto, en nombre de la lucha contra el narcotráfico que afecta al país norteamericano.
Se espera que el USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson, todos equipados con el sistema de misiles guiados Aegis, con radares multifunción avanzados que detectan cualquier posible amenaza, lleguen pronto a las costas venezolanas.
Un funcionario del Departamento de Defensa, citado por la agencia Reuters pero que no estaba autorizado a comentar sobre la planificación militar, añadió que los buques serían desplegados “a lo largo de varios meses”.
Este despliegue de destructores y personal estadounidenses se produce después de que Trump presionara para usar al Ejército estadounidense para frenar a los cárteles latinoamericanos, a los que culpa del flujo de fentanilo y otras drogas ilícitas hacia las comunidades estadounidenses y de perpetuar la violencia en algunas ciudades de Estados Unidos.
En una rueda de prensa este martes, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró que Estados Unidos está preparado para "usar todo su poder" para frenar el "flujo de drogas hacia su país".
Sin mencionar los buques, el ministro de Relaciones Exteriores, Yvan Gil, reaccionó el martes, respondiendo en un comunicado a las acusaciones de narcotráfico del Gobierno estadounidense contra Venezuela.
“Las acusaciones de Washington contra Venezuela por narcotráfico revelan su falta de credibilidad y el fracaso de sus políticas en la región”, dijo Gil. “Mientras Washington amenaza, Venezuela avanza con paso firme en la paz y la soberanía, demostrando que la verdadera eficacia contra el crimen se logra respetando la independencia de sus pueblos. Cada declaración agresiva confirma la incapacidad del imperialismo para someter a un pueblo libre y soberano”.
En un comunicado publicado en Telegram, la Cancillería de Caracas también señaló: "Estas amenazas no solo afectan a Venezuela, sino que ponen en riesgo la paz y estabilidad de toda la región, incluyendo la Zona de Paz declarada por la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), espacio que promueve la soberanía y la cooperación entre los pueblos latinoamericanos".
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Un objetivo: “derrotar a los carteles latinoamericanos”
En febrero, Donald Trump designó al Tren de Aragua de Venezuela, la MS-13 de El Salvador y seis grupos con sede en México como organizaciones terroristas extranjeras. Su Administración también ha intensificado las medidas de control de la inmigración contra presuntos miembros de pandillas.
Esta designación se reserva normalmente para grupos extremistas como Al Qaeda o el Estado Islámico, que utilizan la violencia con fines políticos, y no para redes delictivas centradas en el dinero, como los cárteles latinoamericanos.
Sin embargo, la Administración Trump sostiene que las conexiones y operaciones internacionales de estos grupos —entre las que se incluyen el tráfico de drogas, el tráfico de migrantes y las violentas campañas para ampliar su territorio— justifican dicha designación, que sirvió de base legal para intensificar las acciones militares y de inteligencia. Al mismo tiempo, se reforzó la vigilancia aérea de los carteles con el fin de recopilar datos que permitieran planificar futuras operaciones.
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Maduro, un “líder de cartel fugitivo” según Estados Unidos
Este movimiento de tropas militares en el Caribe va también de la mano con la decisión estadounidense el pasado 8 de agosto de aumentar a 50 millones de dólares la recompensa ofrecida por la detención del presidente venezolano, Nicolás Maduro, al que EE. UU. acusa de tráfico de drogas, de corrupción, y de ser el líder del denominado cartel de los Soles.
"El régimen de (Nicolás) Maduro no es el Gobierno legítimo de Venezuela. Es un cartel del narcotráfico, según la opinión de esta Administración. Maduro no es un presidente legítimo. Es un líder fugitivo de este cartel, acusado en EE. UU. de tráfico de drogas al país", insistió el martes Karoline Leavitt.
En un vídeo publicado en X el 7 de agosto, la fiscal general de EE. UU., Pam Bondi, también acusaba a Maduro de colaborar con destacados grupos criminales, como el Tren de Aragua y el Cartel de Sinaloa.
En reacción al anuncio de la duplicación de la recompensa por la captura de Maduro, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yvan Gil, dijo en Telegram que el anuncio era "la cortina de humo más ridícula jamás vista".
"Mientras desacreditamos los complots terroristas orquestados desde su país, esta mujer sale con un circo mediático para complacer a la extrema derecha derrotada en Venezuela", dijo Gil. "La dignidad de nuestra patria no está en venta. Repudiamos esta burda operación de propaganda política", añadió.
Maduro fue acusado en un tribunal federal de Manhattan en 2020, durante la primera presidencia de Trump, junto con varios aliados cercanos, de cargos federales de narcoterrorismo y conspiración para importar cocaína.
En ese momento, Estados Unidos ofreció una recompensa de 15 millones de dólares por su detención. Posteriormente, la Administración del demócrata Joe Biden aumentó la recompensa a 25 millones de dólares, la misma cantidad que Estados Unidos ofreció por la captura de Osama bin Laden tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
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Despliegue de milicianos venezolanos
En respuesta a las "amenazas" estadounidenses ante el despliegue de fuerzas militares estadounidenses en el Caribe, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció el lunes el despliegue de 4,5 millones de milicianos en el país.
"Esta semana voy a activar un plan especial con más de 4,5 millones de milicianos para garantizar la cobertura de todo el territorio nacional. Milicias preparadas, activadas y armadas", declaró Maduro en la televisión pública.
La milicia venezolana fundada por el difunto presidente Hugo Chávez, cuyo sucesor es Maduro, está compuesta, según fuentes oficiales, por unos 5 millones de personas, civiles o reservistas, y está bajo el mando del Ejército.
Refiriéndose al "recalentamiento podrido de las amenazas extravagantes, rocambolescas y descabelladas" de Washington, Maduro también lanzó: "¡Armas y misiles para la fuerza campesina! Para defender el territorio, la soberanía y la paz de Venezuela (…) Misiles y armas para la clase obrera, para que defienda nuestra patria".
Con AP, EFE, AFP, Reuters y medios locales
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