El presidente argentino, Javier Milei, comenzó este 8 de septiembre una jornada de reuniones con su gabinete, tras la contundente derrota de su partido, La Libertad Avanza (LLA), frente al peronismo en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires, celebradas el domingo. Esos comicios son ampliamente considerados una prueba para la bancada oficialista y un barómetro de su desempeño en las cruciales elecciones intermedias del Congreso el próximo mes.
El presidente de Argentina atraviesa por un desafiante momento político, en medio de escándalos de presunta corrupción y tras la contundente derrota de su partido en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires.
El partido peronista opositor triunfó en los comicios y dejó al partido gobernante La Libertad Avanza (LLA) en un distante segundo lugar.
"Hemos sufrido un revés y debemos aceptarlo con responsabilidad"
Según los recuentos oficiales provisionales, los peronistas obtuvieron el 46,8% de los votos en toda la provincia, mientras que el candidato del partido de Milei obtuvo el 33,8%, con el 82,2% de los votos escrutados.
Milei admitió que la aplastante derrota de 13 puntos de su partido de derecha frente a sus rivales populistas representó "una clara derrota".
"Hemos sufrido un revés y debemos aceptarlo con responsabilidad", aseguró el mandatario argentino a sus simpatizantes en la sede del partido, con un tono reflexivo, incluso escarmentado.
“Si hemos cometido errores políticos, los asimilaremos, los procesaremos y modificaremos nuestras acciones”, recalco.
Aun así, el presidente se comprometió a mantener su profunda reforma económica, afirmando: “No habrá marcha atrás en la política gubernamental”.
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¿Cómo queda el panorama político para el presidente argentino?
Milei ve ahora amenazadas sus aspiraciones de lograr mayor presencia en el Congreso nacional en las elecciones del próximo octubre tras la revitalización del peronismo, encabezado por el gobernador provincial y exministro de Ecomomía, Axel Kicillof.
Los analistas esperaban que La Libertad Avanza perdiera por algunos puntos frente a los peronistas, pero sus aliados temían que un resultado peor de lo esperado en la provincia de Buenos Aires —que representa casi el 40% de la población del país— galvanizara a sus rivales en un momento delicado.
La líder peronista y expresidenta Cristina Fernández de Kirchner parecía sentir que estaba recibiendo una revancha tras una condena por corrupción y las críticas a su gestión económica, lo que desencadenó una crisis que Milei heredó.
"¿Viste eso, Milei? (…) Sal de tu burbuja, hermano. La cosa se está poniendo difícil", escribió la ex jefa de Estado en la plataforma de redes sociales X.
Ahora, hay más en juego para las elecciones intermedias del Congreso.
Milei necesita ampliar la pequeña minoría de su partido en el Congreso, dominado por la oposición, en las elecciones intermedias del próximo mes para implementar sus reformas radicales y cumplir su promesa de convertir al país, nueve veces moroso, en un país capaz de pagar sus deudas.
Los peronistas son ahora el bloque más grande en el fragmentado Congreso argentino y han utilizado su número para aprobar medidas de gasto social que están poniendo a prueba los esfuerzos de Milei por equilibrar el presupuesto argentino.
“Este resultado es un dato clave para comprender el estado de ánimo social: la postura de la oposición, el estado del peronismo y el nivel de apoyo al gobierno en el distrito electoral más importante de Argentina”, declaró Juan Cruz Díaz, director de Cefeidas Group, una consultora en Buenos Aires.
“Si bien no se trata de las principales elecciones nacionales de octubre, sí es una llamada de atención para el gobierno, y su reacción será crucial para comprender la evolución del panorama político”.
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Una economía en aguas turbulentas
Aunque Milei puede presumir de haber reducido la inflación de tres dígitos de Argentina en los últimos meses y de haber puesto fin al gasto desmedido de sus predecesores peronistas, los argentinos aún no han visto la recuperación económica que se suponía que seguiría a sus duras medidas de austeridad.
Su Gobierno ha desmantelado las complejas restricciones cambiarias de Argentina como parte de un rescate de 20.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero aún no se ha ganado la confianza de los inversores internacionales que podrían aportar la inversión necesaria para crear empleos e impulsar el crecimiento económico del país.
“Milei tiene una ideología muy fuerte, y su visión es que el Estado debe tener un impacto mínimo y que las inversiones deben provenir del sector privado. Pero eso aún no se ha materializado”, afirmó a la agencia de noticias AP Ana Iparraguirre, analista política argentina y socia de la firma de estrategia GBAO, con sede en Washington.
La confianza del consumidor está cayendo, el desempleo está aumentando y las tasas de interés se disparan a máximos históricos, mientras el Gobierno interviene repetidamente en el mercado cambiario para apuntalar el peso y contener la inflación con la esperanza de apaciguar a los votantes con problemas de liquidez.
Con Reuters, EFE y AP
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