Ucrania dio este domingo un giro significativo en su posición estratégica frente a la OTAN, el cambio más relevante desde el inicio de la invasión rusa en 2022.
Al llegar a Berlín para nuevas conversaciones con enviados estadounidenses y aliados europeos, el presidente Volodímir Zelenski compartió un mensaje en un chat de WhatsApp de periodistas, en el que se evidenció un tono distinto respecto a sus aspiraciones con la OTAN.
Hasta ahora, Zelenski venía solicitando una adhesión formal como Estado miembro de la organización transatlántica, como lo hizo Suecia en 2024.
Sin embargo, este domingo señaló que lo que busca es una garantía de seguridad, similar a la que tienen países como Japón, lo que marca un giro importante en su narrativa.
Es decir, Ucrania estaría dispuesta, por ahora, a renunciar a su ambición de ingresar en la OTAN si a cambio obtiene garantías de seguridad sólidas y vinculantes por parte de los socios.
El planteamiento, presentado como un compromiso para poner fin a la guerra más mortífera en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, coincide con una de las exigencias centrales del Kremlin; sin embargo, no se extiende al punto territorial.
El Gobierno ucraniano mantiene su negativa a hacer concesiones territoriales, aunque esta semana se mencionó la posibilidad de crear una zona desmilitarizada de libre comercio en el Donbass, pero Kiev considera que sería difícil de aceptar, sobre todo para sus militares, si Rusia no se retira de esa área.
Zelenski insiste en que cualquier fórmula debe ser justa para ambas partes, y ese será uno de los temas que abordará en las negociaciones que sostendrá en Berlín con Estados Unidos y los aliados europeos este domingo y el lunes.
Cambio estratégico bajo presión
Desde el comienzo de la guerra, Ucrania consideró la membresía en la OTAN como la garantía de seguridad más efectiva frente a una nueva agresión rusa, hasta el punto de consagrar ese objetivo en su Constitución.
Sin embargo, Zelenski reconoció este domingo que la falta de consenso entre los aliados occidentales llevó a Kiev a explorar una vía alternativa.
"Desde el principio, el deseo de Ucrania fue unirse a la OTAN; estas son garantías de seguridad reales. Algunos socios de Estados Unidos y Europa no apoyaron esta dirección", explicó Zelenski a periodistas en un chat de WhatsApp.
En ese contexto, afirmó que las garantías bilaterales de Estados Unidos, similares al Artículo 5 de la Alianza Atlántica, podrían servir como un mecanismo disuasorio eficaz frente a futuras invasiones.
Esto significa que Ucrania no necesita necesariamente entrar de inmediato en la OTAN para estar protegida, si consigue compromisos claros y firmes de defensa por parte de Estados Unidos y otros aliados.
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Zelenski subrayó que este paso constituye una concesión por parte de Ucrania y recalcó que cualquier garantía deberá ser jurídicamente vinculante y contar con respaldo institucional, incluido el Congreso estadounidense.
La "propuesta de paz" se sigue discutiendo mientras Washington, bajo la presión del presidente Donald Trump para lograr un acuerdo rápido, intenta equilibrar las exigencias de Moscú y Kiev.
La señal de un posible avance quedó reflejada en el envío a Berlín de los enviados especiales estadounidenses Steve Witkoff y Jared Kushner, yerno de Trump, quienes se reunieron con el presidente ruso Vladimir Putin a principios de diciembre en un encuentro que el Kremlin calificó de "constructivo".
Pese al aparente gesto de flexibilidad de Kiev, los obstáculos siguen siendo profundos. Rusia exige que Ucrania renuncie formalmente a la OTAN, adopte un estatus neutral y retire sus tropas de la parte de la región de Donetsk que aún controla. Zelenski ha rechazado estas condiciones.
"Hoy, una opción justa y posible es que nos quedemos donde estamos", afirmó el presidente ucraniano el domingo, insistiendo en un congelamiento del conflicto a lo largo de la línea de contacto.
Desde Moscú, el asesor del Kremlin Yuri Ushakov advirtió que cualquier compromiso llevará tiempo y anticipó “objeciones muy fuertes” a las propuestas modificadas por Ucrania y sus aliados europeos.
Los aliados europeos califican la coyuntura como un “momento crítico” para el futuro de Ucrania y buscan reforzar su apoyo financiero mediante el uso de activos rusos congelados.
El trasfondo es un deterioro profundo de la seguridad europea. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, advirtió recientemente en Berlín que la Alianza debe prepararse para un conflicto de gran escala y alertó de que Rusia podría no detenerse en Ucrania, una afirmación rechazada con dureza por el Kremlin.
En Alemania, el canciller Friedrich Merz, anfitrión de la cumbre en Berlín, fue más allá al advertir que las décadas de la “Paz Americana” terminaron y que la caída de Ucrania podría abrir la puerta a un rediseño forzado de las fronteras europeas.
Con AP y Reuters
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