Dos hombres armados mataron al menos a 16 personas el domingo durante un evento judío celebrado en la playa de Bondi, informaron las autoridades australianas, que calificaron el hecho como un atentado terrorista. Uno de los atacantes fue abatido por la policía y el segundo fue arrestado.
De las víctimas mortales, 14 de ellas murieron en el lugar de los hechos y otras dos, incluida una niña de 10 años y un hombre de 40, fallecieron posteriormente en el hospital.
El sospechoso detenido se encontraba en estado crítico, según las autoridades, y se desplegó un amplio operativo de emergencia, con heridos trasladados en ambulancias.
Al menos 29 personas resultaron heridas, confirmó Mal Lanyon, comisionado de policía del estado de Nueva Gales del Sur, donde se encuentra Sídney. Dos de los heridos eran agentes de policía.
"Este ataque fue diseñado para atacar a la comunidad judía de Sídney", afirmó el primer ministro estatal, Chris Minns. La masacre fue declarada atentado terrorista debido al evento atacado y al tipo de armas utilizadas, explicó Lanyon.
Cientos de personas se habían congregado para un evento en la playa de Bondi llamado Chanukah by the Sea, que celebraba el inicio de la festividad judía de Janucá.
El presidente de Israel condena el "cruel ataque contra los judíos" tras el tiroteo en la playa de Bondi.
Imágenes dramáticas, aparentemente filmadas por un ciudadano y difundidas por canales de televisión australianos, mostraron a una persona que parecía abalanzarse sobre uno de los atacantes y desarmarlo, para luego apuntarle con su propia arma.
Autoridades confirman que un padre y su hijo son los autores del atentado
Horas después del tiroteo, las autoridades australianas confirmaron que los presuntos autores del atentado terrorista son “un hombre de 50 años y otro de 24, que son padre e hijo”, tal y como declaró Lanyon.
Durante la noche del domingo al lunes, los agentes llevaron a cabo dos registros, uno en Bonnyrigg y Campsie (ambos al suroeste de Sídney), el primero de donde presuntamente eran originarios los atacantes y el segundo, donde se estaban alojando al momento, detalló el comisario de Policía.
De esta manera, las autoridades informaron que ya no buscan a más sospechosos y que el atacante fallecido (el padre de 50 años) contaba con licencia de armas desde hacía una década, con al menos seis armas registradas. Dicho eso, un total de seis rifles fueron recuperados en la escena del ataque y de la vivienda de Campsie.
"Empecé a correr"
Lachlan Moran, de 32 años y oriundo de Melbourne, esperaba cerca a su familia cuando escuchó los disparos, contó a The Associated Press. Soltó la cerveza que llevaba para su hermano y salió corriendo.
"Se escucharon algunos estallidos, entré en pánico y corrí. Empecé a esprintar. Tuve esa intuición. Corrí lo más rápido que pude", relató Moran. Dijo que oyó disparos intermitentes durante unos cinco minutos.
"Todo el mundo soltó sus pertenencias y empezó a correr; la gente lloraba, fue simplemente horrible", agregó.
La policía indicó que la operación seguía "en curso" y que se estaban examinando "varios objetos sospechosos encontrados en las inmediaciones" por agentes especializados, incluido un artefacto explosivo improvisado hallado en uno de los vehículos de los sospechosos. Los servicios de emergencia acudieron a Campbell Parade alrededor de las 18:45, tras recibir informes de disparos.
Medios locales hablaron con testigos angustiados y ensangrentados. Lanyon señaló que el número de víctimas mortales era "variable" y que aún estaban llegando heridos a los hospitales.
"Nos duele el corazón por la comunidad judía de Australia esta noche", dijo Minns a los periodistas en Sídney. "Solo puedo imaginar el dolor que están sintiendo ahora al ver a sus seres queridos asesinados mientras celebraban esta antigua festividad".
"Impactante y angustiante"
El primer ministro Anthony Albanese afirmó en un comunicado que sus pensamientos estaban con todos los afectados.
"Las escenas en Bondi son impactantes y angustiosas", dijo. “La policía y los equipos de emergencia están en el lugar trabajando para salvar vidas”.
Las muertes por tiroteos masivos son extremadamente raras en Australia. Una masacre en 1996 en la localidad tasmania de Port Arthur, donde un hombre armado mató a 35 personas, llevó al gobierno a endurecer drásticamente las leyes sobre armas y a dificultar mucho la adquisición de armas de fuego.
Entre los tiroteos masivos significativos de este siglo se incluyen dos asesinatos-suicidios con cinco muertos en 2014 y siete en 2018, en los que los atacantes mataron a sus propias familias y luego se suicidaron.
En 2022, dos agentes de policía fueron abatidos por extremistas cristianos en una propiedad rural del estado de Queensland. Los tres autores de ese ataque, teóricos de la conspiración que odiaban a la policía, también murieron abatidos por agentes tras un asedio de seis horas en la región de Wieambilla, junto con uno de sus vecinos.
Este artículo es una adaptación de su original en inglés
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