El gobierno de los Estados Unidos, desde la llegada por segunda ocasión a la Casa Blanca, del presidente Donald Trump, representa el medio para todo el que tiene negocios, inveersiones, relaciones, acuerdos o familiares en ese país.
Trump y su equipo infunden mucho miedo.
Establecieron el inglés como único idioma en un país con características multiculturales como pocos en el mundo. Antes de Trump el gobierno americano ofrecía servicios de salud, de educación, de atención en las oficinas públicas y en los programas de ayuda, en numerosas lenguas. Ya solo se atienden personas en inglés.
El gobierno de Estados Unidos cerró muchas oficinas de investigación y de apoyo internacional norteamericano, para impulsar políticas de reducción de pobreza, alimetación, salud, impulsar legislaciones de derechos humanos, empuje de la democracia, lucha contra la corrupción y la impunidad. Y de paso, cerró los pactos de amistad y alianza con gobiernos de todo el mundo, algunos de ellos estratégicos en la lucha contra la violencia, el terrorismo, las infecciones y la propagación de epidemias.
Estados Unidos cerró los acuerdos de investigaciones con entidades y universidades en áreas científicas. Miles de científicos, investigadores, académicos de los Estados Unidos y de otros países, están saliendo y buscando refugios en otros lugares donde sea posible completar sus proyectos.
Programas esenciales de seguridad, protección de ciudadanos de los Estados Unidos, fueron cerrados, para reducir costos. Algunos han tenido que reabrirse porque no era posible que se desprotegiera del modo en que se ha hecho programas que han tenido éxito y que protegen a millones de personas.
Los tribunales norteamericanos han tomado medidas de rectificación de órdenes ejecutivas del presidente Donald Trump, como los relacionados con la eliminación de los programas de protección temporales para venezolanos, haitianos y centroamericanos, pero el poder amenazante de la presidente ha obligado a la Corte Suprema a dar marcha atrás de decisiones de tribunales de menor jerarquía. Una vergüenza en un gobierno pretendidamente democrático con división de poderes.
Las deportaciones masivas de ciudadanos de todo el mundo, que spuestamente tienen documentación incompleta o irregular, ha sido acompañada de una violencia jamás vista en Estados Unidos. Los deportados van a cárceles en diversos lugares, como El Salvador, en donde se les trata como criminales.
Las deportaciones han sido tan frecuentes y abusivas que la agricutlura de los Estados Unidos ha quedado sin mano de obra. Y luego de muchos ruegos y explicaciones, Trump ha ordenado no continuar con las deportaciones de trabajadores agrícolas, que son necesarios para los campos productivos del país.
Algunos universidades importantes de los Estados Unidos han caído en serias crisis de gobernanza, por la renuncia de sus autoridades, luego de ser embestidas por el gobierno y ser despojadas de fondos pactados entre el gobierno y esas academias. Los programas de becas en cesado, las deportaciones de estudiantes universitarios ha sido autorizada, y el terror es la marca distintiva en la que era la mayor y más prestigiosa red de universidades de todo el mundo.
Trump decidió amenazar a México, Canadá y China por ser los responsables del fentanilo que se utiliza en los Estados Unidos. No es cierto, no hay constancia de que esa denuncia se haya comprobado. Las relaciones con esos países están en franco deterioro. Igual que las relaciones con Unión Europea, y con la República Popular China.
Trump dispuso a inicio de abril un plan de aranceles a todo el mundo, como castigo por haber abusado de los Estados Unidos. E insiste en que el anterior presidente Joe Biden fue un tonto que permitió la burla de los demás países. Algunos de los tratados comerciales fueron ratificados por el primer gobierno de Trump.
Los aranceles tumbaron los mercados de capitales de todo el mundo. La incertidumbre afectó especialmente a las grandes empresas norteamericanas, y disparó la inflación. Ya se habla de una recesión en la economía de Estados Unidos. Donald Trump insiste en que su plan es inteligente provocará que todos los países acudan a besarle el culo al presidente, así como ese término.
Todas las agresiones de Trump han irritado a todo el mundo. Estados Unidos infunde miedo, irrespeta a todas las naciones, y se pavonea burlándose de todas las instancias serias del mundo. Abandonó la Organización Mundial de la Salud, la UNESCO, abandonó y se burló de forma humillante del gobierno de Ucrania, invadido por Vladimir Putin y Rusia. Sus aranceles no tocaron a Rusia.
La inflación en Estados Unidos mantiene un gran temor sobre todas las familias de ese país que requieren viviendas y productos provenientes de otros países a los que su gobierno está castigando. Trump es un autócrata que se pavonea de ser inteligente, de tener su propio método de negociación, e insulta a diestra y siniestra sobre los errores que él comete, y que se atribuyen a terceros. Ya ha pasado con Peter Navarro, su asesor de materia de comercio y con Elon Musk, su estratega de reducción de costos.
Una semana después de declarar la liberación de los Estados Unidos, por los nuevos aranceles, decide pausarlos por tres meses, excepto a la República Popular China, porque respondió a su política imponiendo aranceles a los productos norteamericanos.
Luego estableció más aranceles a China. Primero 104 por ciento, y luego 145 por ciento.
El presidente Trump ha eliminado derechos establecidos durante los últimos 50 años en los Estados Unidos. Ha decidido sobre temas migratorios y de nacionalidad, que corresponden a la Constitución del país. Ha influenciado al personal de servicio en los aeropuertos, y ciudadanos de Unión Europea, Canadá, y otras naciones con acuerdos de exención de visados con Estados Unidos han sido llevados a prisión.
En los aeropuertos de los Estados Unidos se revisan los teléfonos celulares de las personas, en forma aleatoria, y quienes son encontrados con críticas o con posiciones adversas al presidente del país resultan impedidos de moverse, llevados a prisión o deportados. La reducción de pasajeros en las líneas aéreas es notoria para viajar a los Estados Unidos.
Entre el 2024 y 2025, el número de pasajeros de países europeos (Austria, Dinamarca, Noruega, Alemania, España, Suecia, Irlanda y Reino Unido), se ha reducido sobre el 35 por ciento entre un año y otro, y todo ello se debe a la administración Trump y el temor que genera. Habría que revisar las cancelaciones de vuelos hacia los Estados unidos, que seguro resultarían alarmantes.
Trump, sin embargo, se siente contento. Sabe que ya no hay presión de migrantes para entrar por la frontera mexicana. La intención es dañar la economía de México, mientras devuelve a millones de deportados, reduce las remesas, y también presiona las fábricas de automóviles para que retornen a los Estados Unidos, con lo cual aumenta el desempleo en el país vecino.
Es muy evidente que Estados Unidos está en crisis. El imperio se debilita. Trump intenta mostrar una solución. En 1960 Estados Unidos tenía 5 millones de empleados civiles y militares. En la actualidad tiene 2.5 millones de civiles y 2.5 millones de militares. Eso es eficiencia, porque su población ha crecido. Pero deuda es de 35 trillones de dólares. Su PIB es menor que su deuda, de 25 trillones. La deuda interna es muy alta, en familias, en tarjetas de crédito, con la industria inmobiliaria, deudas estudiantiles. Todo es crítico, y con los enemigos que Trump está ganando para Estados Unidos, todo será peor. Mucho peor. Los zigzagueos de su gobierno lo ponen muy en evidencia.
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