-Desde aquí, un abrazo solidario a mi amigo (hermano) de origen haitiano Hérold Jean-François, ex compañero de estudios sobre Relaciones Internaciones en el Caribe-, becados por la FLACSO-INTEC- agosto-1988/junio-1989-
Esta vez, estoy presentando mis juicios sobre el segundo tomo de la obra "Trujillo & Peña Batlle; El tirano y el sabio" -Tomo II-, del académico e investigador dominicano, Orlando Objío (Editora Universitaria de la UASD. Santo Domingo, R.D, 2019. Con 376 págs.).

Como una forma de ambientar estos razonamientos críticos, debo recordarles, amigos-as lectores-as, que la ya habíamos trabajado el Tomo I, el que, en su índice de contenidos contiene los siguientes temas:
I-Una presentación……pág. 9;
I-La etapa Pre-trujillista: 1921-1930, pág. 45; 1.-Primera Fase/ 1921/1925, pag. 45; 1.2. Segunda Fase: 1926-1930, pág.81; II-La Etapa de transición del pre-trujillismo al trujillismo: 1935-1941, pág.123; 2.1-Primera Fase: 1930-1935, pág.123;
2.2-Segunda Fase: 1936/1940, pág. 158.
Ahora, en el Tomo II, vamos a analizar los siguientes temas: I-La etapa trujillista: 1941-1954, pág. 7;
Conclusión: pág. 213; la Bibliografía, pág. 293; parte II. Anexo, pág. 337; Manuel Núñez: La defensa de Peña Batlle, pág. 337.
Estamos ante un estudio sobre uno de los episodios más neurálgicos del acontecer histórico de la República Dominicana. Nos referimos al trujillismo, como proyección del autoritarismo y las acciones de persecuciones y represalias, en contra de cualquier persona que se manifestara contra las acciones del sátrapa.
En la Bibliografía sobre el trujillismo y su historia, la lectura de esta obra se nos muestra como una necesidad cogniscitiva, sabiendo nosotros que no siempre la objetividad y la ética en el enfoque analítico, es parte de los compromisos de nuestros historiadores e historiadoras. Esa verdad, aunque no se diga, para evitar confrontaciones públicas, es una latente realidad. Ahí están los ejemplos, búsquenlos.
Desde este libro, hay una orientación clara y precisa, sobre nuestra historia contemporánea. Omitir su lectura, es seguir envuelto en la maraña de los intereses de analistas que, huyéndole a la verdad de los hechos, quieren arrastrar a otros, a su abismo ideológico y a sus despropósito, frente a nuestros jóvenes estudiantes, tanto del Sistema Educativo Nacional, como de nuestras universidades.
Es por eso que, en el cierre que hice en la primera publicación sobre el Tomo-I, hice un llamado a nuestras universidades, sobretodo, a la UASD, para que, a partir de estos libros, organice un seminario, donde historiadores dominicanos y del hermano pueblo de Haití, para, desde un enfoque crítico o analítico, podamos abordar ese tema, el cual todavía aflora en nuestro cinvivir político cotidiano. Mantengo la propuesta.
En sus posiciones ideológicas ante el trujillano, a pesar de que, inicialmente, asumía una posición conservadora ante el trujillismo, en la etapa del 1941, al 1954, es decir, en el inicio y acercándonos a los últimos años de la dictadura, Peña Batlle, se nos presenta como el consejero o estratega político de Rafael Leonidas Trujillo Molina.
No hay forma o manera de querer pintar esa realidad y la disposición de Peña Batlle de servirle a la dictadura trujillista, contra una sociedad que, de manera esquiva, creía tener en Peña Batlle, a un aliado dentro del régimen trujillista.
En política se es o no se es. No podemos estar a medias, porque, mas temprano que tarde, nuestra realidad saldrá a relucir, para bien o para mal.
En ese "asesor del trujillismo", es innegable que también tenemos al investigador, al intelectual y académico que, se vivió en un permamente enfrentamiento espiritual y afectivo, entre su conciencia y la realidad de existir, en un país que, a la fecha, no ha podido perfilar su destino político ante la realidad política y económica de la región caribeña.
Tenemos en Peña Batlle, el ejemplo vivo del intelectual arrodillado ante la dictadura trujillista; pero eso no desdice del reconocimiento que se ha ganado, como hombre de ciencia y hombre generador de acciones culturales y científicas; pero apegado a quienes arrodillaron su país, extendiendo sus acciones de persecuciones y muerte, contra el pueblo Haití y los haitianos que ocupaban espacios en República Dominicana, asumiendo que "estaban invadiendo nuestro territorio"
Esa concepción fue una falsa vulgar, porque, en el fondo, la realidad era "buscar blanquear la raza", desde una conceptualización racista-hispánica (española), negando, en los hechos nuestro origen mulatos, desde la figura de un negro y un Criollo que latía y late en nuestros genes.
La tiranía y Peña Batlle, olvidaron nuestro origen; olvidaron su propio origen de ser un pueblo multi-étnico, rebelde, cimarrón y mestizo.
El pensamiento de este estratega, ha quedado registrado como una realidad cultural y política que, hoy se nos muestra como un modelo de convivencia y de subsistencia de nuestros intelectuales, ante el poder.
La mayoría de nuestros intelectuales, se apegan de manera cuestionable, al poder de turno, y pueden ir cambiando de posición política, según sus conveniencias personales.
Esos intelectuales, hasta se disponen a justificar, lo injustificable, como ocurrió con la matanza del 1937, contra los residentes haitianos en el país, desconociendo que se trata de realidades de dependencia, a las que han estado sometidos dos pueblos hermanos que, cada uno desde su realidad política, cultural educativa y social, diferente; pero ambos, en estado de precariedad y dependencia.
Tan honda ha quedado la estrategia de Peña Batlle, en el diseño del ideal trujillista, que la mayoría de nuestros compatriotas creen que la República Dominicana no puede ser, como pueblo o como nación, sin una dictadura, lo cual es totalmente falso.
A inicio de la Era de Trujillo, con la publicación de su libro titulado "Transformaciones del pensamiento politico", prologado por el poeta Héctor Incháustegui Cabral, Peña Batlle, transita por los terrenos cenagosos de la antropología política, y nos presenta el primer estudio dominicano de la historia del pensamiento político en nuestra región.
Por más defensores que Peña Batlle pudiese encontrar, como el reconocido intelectual dominicano Dr. Manuel Núñez y su ponencia en el V Congreso Dominicano de Filosofía (Octubre/2019), ese estigma de ser el estratega político e ideológico de la dictadura trujillista, contra el convivir en democracia que merecemos los dominicanos, se le quedará estampada en la frente, ante el mundo.
La defensa a Peña Batlle, del Dr. Manuel Núñez, está contenida en este tomo II, y aparece en el anexo, abarcando desde la página 337, hasta la página 372, del tomo II de la obra que hoy estudiamos.
Respeto la posición del amigo y colega Manuel Núñez; pero no estoy de acuerdo con su posición. En otro espacio, como algún simpisio, puedo justificar mi posición.
Leer esta obra sobre la dictadura de Trujillo y la posición del intelectual Manuel Arturo Peña Batlle (Pilo) es una acción necesidad que nuestras universidades deben aprovechar, para dar a conocer esta proyección objetiva y clara, sobre un episodio imborrable de la conciencia social y política del pueblo dominicano.
Finalmente, cerrando ya estos razonamientos críticos, vemos que el sujeto-autor de este libro, en referencia directa a Peña Batlle, Balaguer, Rodríguez Demorizi "y otros" que conforman la intelectualidad trujillista, ha tildado a esa generación como la "Generación Apestosa", porque hoy sus valores apestan a todo aquel que sustente un pensamiento auténticamente democrático, apesta ver la inteligencia al servicio de la intolerancia política o religiosa".
Ahí mismo, continúa afirmando el sujeto-autor de esta obra, cito: "Peña Batlle es la estrella de esa "Generación Apestosa, pero se procura presentarlo como una "figura trágica", como lo proyecta Bernardo Vega, en su obra "La justificación intelectual de la dictadura" (2009), pág. 24.
(Ver pág. 292, obra citada).
Como se puede advertir, el sujeto-autor no se queda contemplativo al finalizar este libro, sino que, también asume posición y de manera ética, la pone en evidencia pública.
Cierro esta mirada sobre este libro, reiterando la necesidad de que la Escuela de Historia y Antropología de la UASD, asuma el compromiso académico de organizar un coloquio, debate o seminario sobre la dictadura trujillista y el papel de nuestros intelectuales ante el poder, para bien de nuestra juventud y de la sociedad dominicana.
Pongamos en debate público los contenidos de investigaciones substanciosas y orientadoras, como este estudio sobre Peña Batlle y la dictadura trujillista.
No puedo dejar de comunicarles que más de 400 libros, incluyendo documentos de archivos históricos, conforman la extensa Bibliografía de este libro (Ver págs. 293/336, obra citada).
Se trata de un substancioso estudio que está soportado por documentos verificables, lo que resguarda lo aquí planteado por el sujeto-autor, para la sociedad dominicana y el mundo, desde un enfoque metodológico objetivo, guiado por una discursividad caracterizada por la ética y la pertinencia de su análisis.

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-Contraportada de la obra "Trujillo & Peña Batlle; El tirano y el sabio"-Tomo II-, del académico e investigador dominicano, Orlando Objío (Editora Universitaria de la UASD. Santo Domingo, R.D, 2019), con foto y nota sobre los títulos de publicaciones del sujeto-autor.
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