Dentro de la poesía universal parecería un lugar común escribir algún poema a las madres aun aquellos que no son escritores profesionales ya sea una oda a la exaltación de sus cualidades o una elegía por su deceso. Por tanto, esa temática a la mujer-madre como realidad vivencial o como abstracción llenaría las estanterías de cualquier biblioteca por más grande que esta sea o llegaría a la profundidad de quienes oigan si hablamos de oralidad o lean cualquier escrito sobre la maternidad.

No niego que cualquier contenido referido a las madres me lleva siempre a César Vallejo, en varios momentos, pero sobre todo a aquel texto de Trilce “Madre me voy mañana a Santiago”.  Pero ahora, hablamos de un libro singular "Los hombres que mataron a mi madre" del renombrado poeta y figura primordial dentro de su generación en esos dos hemisferios líricos que son: España e Hispanoamérica. "Los Hombres que mataron a mi madre", en la prestigiosa colección Visor de Poesía se inicia con una cita de Silvia Plath, que dice: "Moriste antes de que me diera tiempo".  Aunque no se trate en este caso de una inusual asunción del tema que nos ocupa lo fundamental está en la estructura del lenguaje que sostiene todo ese andamiaje de violencia verbal y física que comienza con el texto

NUESTRA MADRE

Una tumba sin nombre.

Alguien había escrito: NUESTRA MADRE

Pienso en ti,

pienso en el horizonte,

en la casa del mar donde soñabas

morir.

Porque la muerte podía ser hermosa,

podía haber llamado con ternura

y haber abierto el mar en tu camino,

un cambio de sustancia,

un abrazo con pena por el mundo.

Jamás volveré a verte,

trato de recordar aquella casa,

tu mirada perdida

buscando el horizonte,

el dolor en tu rostro pegado como sombra.

Busco en la soledad más solitaria

en el dolor más íntimo,

detrás de la tiniebla que me habita,

y allí descubro ahora

una tumba sin nombre:

nuestra madre,

tantas veces violada

tantas veces

rota por la obediencia.

Y de ahí nos va sumergiendo en aguas que resultan profundas cuando la mujer aprende el significado de las palabras y cada vocablo se convierte en una punzante realidad que nos retrotrae a una historia cargada de signos de sumisión, de arbitrariedad que hace que nos traslademos al texto " Madre grita en silencio desde el baño"

MADRE GRITA EN SILENCIO DESDE EL BAÑO

Pude escuchar tu muerte.

En medio del silencio

o atravesando el ruido de la lluvia

-era un día de otoño despejado

como los días tristes-

pude escuchar la vida destrozándose,

era apenas el aire

con su desesperanza y el vacío

debajo de los pies

esperando en el vientre de la tierra.

Desde entregar su cuerpo a los mercaderes, cruzar los páramos del miedo, recorrer el jardín solariego, escuchar arrodillada a los profetas, escribir en los labios un poema, sangrar una herencia, deshacer la última maleta, sobrevivir a un naufragio, entrar en el mar como en la muerte, esconder el dolor, mujer llena de escombros, perder su anillo de la suerte y se da un giro cuando la madre escribe una carta al amor.

MADRE ESCRIBE UNA CARTA AL AMOR

Puede ser que esté viva

Pero entonces

un día estuve muerta

pues este corazón

confunde  sus  latidos

con el hábito.

MUJER MIRA AL FUTURO

Voy a morir de pena.

Voy a morir de pena tras de ti.

MADRE RECIBE UN BESO

Moriste antes de que me diera tiempo

a maldecir sus nombres

a escupir en sus ojos

a escribir un poema para ponerme a salvo.

Así en este libro Fernando Valverde nos muestra a través de su pulso preciso con las palabras cómo habita una madre en un país lleno de sombras. Y ahí mismo nos damos cuenta una vez más del carácter mundial que atraviesa una obra como esta y no solo la parte terrenal, sino que a través de una historia que atraviesa todas las épocas y todos los países y que signa con el dolor todas las madres sabemos entonces que "El universo ruje como un monstruo".

Pero también nos enseña al decirlo a través de un proceso escritural cuyo símbolos y signos parecen estar en nuestros genes "MADRE APARTA EL VENENO DE MI BOCA" y ahí emerge Alfonsina Storni

Y me cayó en la boca…más veneno:

yo no he bebido nunca en otro vaso…

Alfonsina Storni

El agua, la tierra, el fuego, el aire como los elementos primigenios dan aliento para que la mujer entre en el templo.

Los lobos están listos,

ya sujetan las piedras

-sobre esta piedra, Pedro-

puedes fundar      la ira.

Salir del bosque sin conocer la lluvia nos conduce a un proceso donde la naturaleza puede devorar, interactuar en los páramos y permanecer percibiendo la sed. Y ahora cuando se aproxima el final que no es rectilíneo sino circular pues vida y muerte, muerte y vida interactúan durante todo el escenario en que se explaya esta conjunción singular dentro de nuestra literatura.

No voy a tener miedo.

Quiero morir contigo.

Quiero matarme.

El último viaje es una balsa,

un mar al fin abierto,

puedo verte en el fondo,

no vayas a salvarme,

deja que pase el viento,

que arrastre la desdicha,

que se lleve la ropa de las cuerdas.

 

No vayas a arrastrarme a nuestra casa

poblada de silencio y de culebras.

 

Han logrado matarme muchas veces.

 

Te cubría una manta

que te compré en Escocia,

ya muerta por el cielo,

ya muerta en la cocina,

te cubría mi cuerpo derritiéndose.

 

No vayas a salvarme

Quiero morir contigo

ahora que estás muerta.

La escritura de Fernando Valverde nos anuncia con sus características peculiares la riqueza inmensa de la poesía y su temática superando lo típicamente literario transformando nuestra visión a través de su forma de asumir un contenido que podrías creer casi agotado. Pues no.

"Los hombres que mataron mi madre" da vida con el lenguaje no solo por el dolor o la muerte espiritual sino acerca de los sacrificios sobre el cuerpo mismo y su materialidad ensangrentada, no sabemos si hay más dolor en lo físico que en lo mental o quizás así lo creo, es una suma de ambos que llegan multiplicadas por unas diestras manos que saben cómo zurcir para presentarnos un fresco, si fuera una pintura. Una sinfonía si fuese música o un texto que nos convida a una reflexión más profunda que la que vemos  y oímos a través de todos los medios tradicionales y las nuevas tecnologías.

Es como si extrajéramos de todos estos enunciados una nueva forma de la belleza que se hacen posible sobre todo si hacemos una relectura del poemario y en la segunda nos vamos deteniendo línea por línea hasta encontrar la madeja que debemos deshacer y volver a construir, y al final uno termina y encuentra una cita de Joseph Brodsky al referirse a Zbigniew Herbert, y extraigo porque no tengo otras que sus palabras: "Cuando uno lee sus poemas siente la mente marcada por la lucidez de hielo. Es un poeta para nuestro tiempo" expresa Joseph Brodsky. Y para referirme a "Los hombres que mataron a mi madre" de Fernando Valverde expresó exactamente lo mismo, es un poeta de y para nuestro tiempo.

Mateo Morrison

Nació en Santo Domingo, el 14 de abril de 1947. Es hijo de Egbert Morrison, jamaiquino, y Efigenia Fortunato, dominicana. En la historia de la literatura dominicana corresponde a la Generación de Posguerra. Es el primer dominicano egresado en Administración Cultural. Estudió en el Centro Latinoamericano y del Caribe para el Desarrollo Cultural. Licenciado en Derecho, Magna Cum Laude, con un diplomado en Derecho de Autor y Propiedad Intelectual y otro en Negocios Jurídicos Internacionales. Posee un Máster en Filosofía del Mundo Global por la Universidad del País Vasco. Ha sido profesor en los grados secundario y universitario. Actualmente forma parte del equipo de jurados de la maestría Industrias Culturales y Creativas de la facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. En dicha facultad también impartió la catedra de Legislación y Derechos Culturales. Ha recibido la distinción Salomé Ureña de Henríquez, que otorga la Secretaría de Estado de Educación. Así como también, por la Cámara de Diputados por su labor cultural. Más de treinta consejos municipales y ayuntamientos tanto en el país como en el exterior lo han distinguido como visitante de honor y el ayuntamiento de Santo Domingo Este (donde nació) le otorgó en forma excepcional la distinción de hijo meritísimo de dicho municipio. Ha recorrido diversos lugares del mundo (América, Europa, Asia y África), exhibiendo los valores de la identidad cultural dominicana de las diversas vertientes. Más de 40 escritores nacionales e internacionales han escrito acerca de la valoración de su obra literaria y sus aportes a la cultura. Ha recibido reconocimiento de más de 10 ferias del libro nacionales e internacionales. Es presidente fundador de Espacios Culturales y fundador de la Unión de Escritores Dominicanos, donde ostentó la Secretaría General.

Ver más