Una llamada telefónica inesperada ocurrió aquella mañana de inicios de los noventa. Fue la única vez que hablé con Rodolfo Lama Jaar, dueño de la Cadena Fronteriza de la Dominicanidad integrada por Radio Barahona, Radio Pedernales, Radio Neiba y Radio Monte Río, todas en el suroeste.
Yo había comenzado la locución en 1977 como practicante y luego nombrado con un salario de 55 pesos en la única estación de mi pueblo, Radio Pedernales, que había salido al aire seis años antes en transmisión de prueba.
Para los días en que timbró el teléfono, ya activaba como reportero de salud en el disruptivo diario El Siglo, y locución en el primer noticiario de la época, Radio Mil Informando, en la capital.
El “turco” fue breve pero claro y preciso. Me habló como en familia, como si hubiéramos acumulado un largo historial de diálogos cotidianos entre amigos. Implícitamente, como empresario, buscaba generar un estado de opinión que resguardara sus intereses. Estaba solo en el mercado. La falta de competencia le permitía operar sin preocupación con lo mínimo, lejos de las innovaciones.
“Tony, mira, ahí anda un hombre con mucho dinero, que no es de allá, comprando todo, y me quiere comprar la emisora, si no, dice él, va a instalar una. Yo no se la voy a vender, pero ustedes, allá, tienen que evitar eso y defender la emisora porque yo he hecho mucho esfuerzo y con poco apoyo”, comentó.

Se refería a la envestida competitiva del recién llegado Moisés Marchena, llamado por los alcahuetes el doctor Marchena, quien seguido sería idolatrado en el pueblo por grandes y chiquitos deslumbrados por su derroche de billetes, excentricidades a granel y actitudes ególatras.
El hombre había comprado un local a la entrada del pueblo, en la avenida Libertad, que funcionaba como alojamiento propiedad del teniente del Ejército, Teódulo Taciano Nin Batista, e instaló una empresa de telecable que inauguró con una costosa fiesta para el pueblo amenizada por Fernando Villalona y, desde el día siguiente, ofreció servicio gratuito a la población, una estrategia mercadológica aplaudida por la mayoría y rechazada por unos cuantos.
A las personas que se negaban a la oferta porque criticaban su proceder excéntrico y dudaban sobre el origen del dinero de las súbitas inversiones, mandó a tirarles las redes por las ventanas, pero algunas familias y el cura de la parroquia Nuestra Señora de la Altagracia, Avelino Fernández, no aceptaron y las retiraron.
La empresa sería asumida desde entonces por el pedernalense Dagoberto Sena (Dago). En el presente está activo y compite con los sistemas de las poderosas telefónicas extranjeras Claro y Altice.
El médico Marchena también había comprado y había convertido en villas turísticas hileras de casas y apartamentos a ambos de la calle Duarte, camino a la playa local, donde está la sede de Radio Pedernales y los transmisores y la antena, ahora epicentro de la construcción del paseo marino. Viviendas que son parte de proyectos habitacionales de bajo costo asignadas por el Gobierno presidido por Balaguer a personas vulnerables afectadas por el huracán Inés del 29 de septiembre de 1966.
Y, unos dos kilómetros hacia el este, había instalado un furgón-vivienda entre los prohibidos manglares frente a la paradisíaca playa Bucanyé, con reflectores potentes hacia el mar Caribe.
Infraestructura que luego fue sacada con un helicóptero de la Fuerza Aérea por instrucciones del presidente, según me contó luego en nota al margen durante una entrevista periodística en su residencia el secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, Constantino Matos Villanueva.
Una emisora capital
La puesta de las ondas hertzianas de Radio Pedernales en el éter constituyó un boom desde el primer día, y luego, el 4 de marzo de 1972, en la inauguración en presencia del presidente Joaquín Balaguer, con la puesta en escena de la primera voz del locutor Ramón Pérez Carvajal, primo- hermano nativo de la provincia.
Desde ese día, en cada casa del pueblo solo se escuchaba ella, en los 1560 kilociclos de la amplitud modulada, con un transmisor análogo que rara vez alcanzó el kilo de potencia (mil vatios).
Hasta ese momento, solo algunos pedernalenses curiosos, conectando antenas rústicas a sus radios, podían escuchar con mucho ruido algunas emisoras de la capital, Venezuela y rara vez una haitiana.
El municipio cabecera de la provincia, Pedernales, colinda con Anse -a- Pitre, comuna del departamento sur de Haití muy empobrecida, sin desarrollo tecnológico y muy precaria conexión por carretera con el norte de ese país. Su interacción es mayor con las comunidades pedernalenses.
Con la primera emisora, una gran novedad se sumaba a un pueblo ya socioculturalmente vibrante como pocos que, sin embargo, se enteraba sobre los hechos y anuncios, recibía salutaciones y era complacida con canciones, a través de una bocina giratoria instalada sobre la cabina de proyección del cine-teatro Doris (de la Pupa/Leticia), en la avenida Duarte casi esquina 16 de Agosto.
Desde la década del 50 del siglo XX el pueblo ha contado con músicos virtuosos, academia y banda de música. Desde los 70, el béisbol organizado en todas las categorías cobró fuerza, el baloncesto y el campo y pista avanzaron, el activismo del contestatario Club Socio Cultural y de los Leo y Leones, entre otros; la orquesta local era muy apreciada.
No había teléfono. Los mensajes llegaban boca-oreja y si era de otros pueblos por telegramas (textos cortos, pagados) en el Correos y Telecomunicaciones, primer piso del edificio de la gobernación provincial en la calle Antonio Duvergé, frente al parque central.
La emisora impulsó dos campañas de interés colectivo. Una, orientada a la consecución de la extensión de las redes eléctricas del sistema nacional; y otra, a la instalación del “teléfono automático”.
Una planteaba: “Es imprescindible que la mal llamada Corporación Dominicana de Electricidad extienda hasta esta apartada región fronteriza, sus redes eléctricas”. Y la otra: “La instalación del teléfono automático en esta provincia es una necesidad urgente”.
Radio Pedernales recibía un precario servicio de electricidad del generador independiente del municipio y se auxiliaba de una planta de “emergencia” que a menudo presentaba fallas graves como la ruptura de las puntas de ejes del cigüeñal.
Había que esperar días para la reparación porque el mecánico debía viajar desde Barahona (124 Km) para desarmar, regresar con la pieza rota para reparar y volver al pueblo para rearmar, no siempre con resultados exitosos. En la provincia vecina operan las oficinas centrales y la matriz de la cadena radiofónica.
Los contactos con los oyentes consistían en visitas a la cabina con anotaciones en papelitos sobre salutaciones, peticiones de canciones y colocación de avisos y cuñas publicitarias.
Una escena común era la visita de oyentes para mirar, emocionados, a través del cristal a los locutores en plena acción. Se hacía una locución sin estridencias, ni expresiones hirientes. El respeto a los oyentes y la corrección eran imprescindibles.
La programación se presentaba variada con música de todas las épocas (merengues, baladas, boleros, danzones, instrumental). Desde la primera mitad de los 70 se escenificó el primer programa informativo y cultural, Horizontes Culturales, del locutor nativo, hermano, Manuel Pérez y Pérez.
Bajo la dirección de Francisco Suero, se transmitía vivo, “desde el lugar de los hechos”, actividades sociales importantes como radiomaratones, festivales de la voz, misas, jornadas de prevención sobre huracanes en la ruta, como David (1979).
En aquellos tiempos, Radio Televisión Dominicana (canales 4, 5 y 12) tenía local cercano a Radio Pedernales donde operaba un transmisor repetidor de su señal emitida desde la capital dominicana. La imagen, sin embargo, siempre fue brumosa. No se captaban canales privados.
Entrado el milenio, el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) asignó una frecuencia en FM al senador perredeista Ángel Dignócrates Pérez y Pérez (Santico) para operar la estación Jadipa (89.1 FM), mientras La Kalle/Independencia (96.3 FM), del Grupo Telemicro, emitía música variada. Y Radio Pedernales (AM) entraba a la escena con la división FM Trueno, 99.3 megahertz y en la Internet.
En general, las emisoras transmiten 24 /7 en diferido con ausencia de locutores, como si fuesen velloneras, salvo algunos programas de entrevistas y comentarios.

Los Centros Tecnológicos Comunitarios (CTC) fueron creados en 2008 e incorporados en 2010 para promover el desarrollo humano de las comunidades más remotas mediante el uso de las tecnologías de la información y la comunicación.
El proyecto fue ideado por el despacho de la primera dama Margarita Cedeño durante la gestión de gobierno de Leonel Fernández (2008-2012).
A finales de febrero de 2012 contaba a 76 emisoras en FM, con 70% de contenido educativo, con énfasis en temas como abuso y trabajo infantil, prevención de enfermedades y embarazo en adolescentes, orientación a las amas de casa, cuidado y conservación del medioambiente. En la provincia Pedernales funcionan dos: una en cada municipio.
Por exigencia de radiodifusores, las radios comunitarias nacieron sin posibilidad de competir con las privadas al ser relegadas a frecuencias perdidas al final del dial y con muy poca potencia de sus transmisores.
En el Pedernales de hoy, el impacto de la radio está muy lejos de los días brillantes de los años 70 y 80. El vínculo con la comunidad es ninguno en unos casos; en otros, mínimo. Hay cambios en el consumo de radio y escasean estrategias para sincronizar con él.
El órgano regulador del espectro radioeléctrico no ha intervenido hasta ahora en cuanto exigir compromisos de tales empresas respecto de la dinámica social y cultural cotidiana de la comunidad.
Un proyecto tecnológico
A inicios de junio de 2025, Indotel, en coordinación con los ministerios de Cultura, Defensa y Educación, ha echado a andar el proyecto Soberanía 4.0.
Quiere lograr el objetivo de “mitigar las interferencias del espectro radiofónico dominicano causadas por emisoras haitianas en las zonas fronterizas del país”.
Y pretende hacerlo “a través del fortalecimiento técnico de las estaciones locales y la promoción activa de la identidad y cultura dominicana”.
Según las autoridades, la iniciativa fortalecerá la identidad nacional y el acceso a contenidos propios en las comunidades limítrofes del país.
Durante al menos una década, radiodifusores han reclamado la intervención del Estado para evitar las interferencias de las emisoras haitianas en pueblos de la frontera y cercanos.
Para el presidente del consejo directivo de la institución de telecomunicaciones, Guido Gómez Mazara, las interferencias de emisoras extranjeras afectan la operatividad de las emisoras locales y representa una amenaza para la soberanía cultural y la identidad.
Ha dicho que la estrategia puesta en marcha es el resultado de estudios técnicos recientes según los cuales un 62 % de los residentes en las provincias fronterizas manifiesta inconformidad por la falta de acceso a emisoras nacionales.
De acuerdo al funcionario, desde el Gobierno se construye una nueva era para la radio en la frontera, para que se escuchen y sientan con orgullo con la cultura, la historia y las tradiciones criollas.
Conforme la información oficial, el plan contempla mejorar las condiciones técnicas de operación de emisoras locales de las provincias de la frontera y la línea noroeste (Pedernales, Independencia, Elías Piña, Dajabón, Montecristi y Santiago Rodríguez).
Como parte del esfuerzo por garantizar una cobertura efectiva, el órgano ha autorizado frecuencias estratégicas. Y realizará una programación especial que incluirá música, informativos y entretenimiento con sello dominicano, propuesta que será enriquecida con cápsulas educativas sobre historia a cargo del profesor Iván Gatón.
La nota destaca que el Ministerio de Cultura desarrollará un programa itinerante con presentaciones artísticas, talleres y espacios formativos en estas zonas. Dice que artistas como Pochy Familia y Ramón Orlando participarán en un innovador estudio móvil que recorrerá las provincias limítrofes, promoviendo el talento local y generando una sana competencia artística entre comunidades.
El fuerte componente tecnológico del proyecto gubernamental determinado por un reclamo empresarial; el enfoque predominante que asume las provincias de la frontera como una unidad monolítica pese a que cada una vive a su manera con sus especificadas económicas, sociales y culturales; la falta de integración de los nativos de esas regiones en el proceso de construcción de la iniciativa y la conceptualización de los públicos de esas comunidades como simples destinatarios de los productos, encajan en la planificación normativa que soslaya el diagnóstico situacional y cosifica a las personas.
Y bajo ese paradigma podrían naufragar en poco tiempo las buenas intenciones gubernamentales y, con ellas, el paquete que forman la inversión del erario en la implementación de nuevas frecuencias, mejoría de emisoras, asignación de publicidad estatal como incentivo, pago a artistas para actividades musicales itinerantes y aprovechamiento de los conocimientos de geopolítica e historia del reputado catedrático Iván Gatón.
Desde una visión de planificación a partir de y con los seres humanos, la provincia Pedernales debería ser individualizada para diagnosticarla, analizarla y diseñar estrategias cónsonas con su nueva experiencia en el proyecto de desarrollo turístico, la minería, el medioambiente y la realidad socioeconómica, cultural y radiofónica actual.
A 307 kilómetros de la capital dominicana, la Soberanía 4.0 no solo peligra por la migración irregular.
En este recodo del suroeste, el tráfico y consumo de drogas ya no constituyen novedad; se enseñorean y arruinan la vida. La promiscuidad, la contaminación sónica y visual y la falta de servicios básicos ganan terreno. Hay gran déficit de viviendas dignas y las existentes ya han cumplido su vida útil, igual que el patético edificio de oficinas públicas. Los valores tradicionales están en extinción.
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