Me senté con Jarul, un tipo que con un lápiz y un chiste puede hacerte reír y pensar al mismo tiempo. Entre risas y café, arrancamos la conversación.

 Oye, Jarul, cuéntame, ¿de dónde eres y cómo fueron tus inicios en el mundo del arte?

Soy de Santo Domingo Norte, Villa Mella. No tengo una formación en artes, aprendí solo, dibujando en los cuadernos que se suponían eran para estudiar. Aun así, salí con honores y luego decidí ir a la UASD a estudiar Publicidad, porque en el pensum había muchas materias de dibujo y pintura, ¡jaja!

¡Jaja, típico! Usando los cuadernos del cole para hacer arte en vez de clases. Y esa movida de meterte a Publicidad por las materias de dibujo, ¡qué estrategia! ¿Y cómo fue que no terminaste en un lienzo clásico y te fuiste por otro lado?

¿Qué estudiaste, y cómo descubriste que la caricatura política era tu camino?

Estudié Publicidad mención Creatividad y Gerencia en la UASD, pero, faltándome pocas materias, me retiré por circunstancias ajenas a mí, así que nunca la terminé. Descubrí el humor gráfico primero, que es muy diferente a la caricatura política, gracias a la obra de Bill Watterson, Calvin and Hobbes. Me enamoré de una página llamada "The War Game", donde Calvin y Hobbes juegan a la guerra, terminan "matándose" al mismo tiempo, se miran y dicen: "Qué estúpido es este juego".

Eso me hizo comprender que el humor gráfico era una herramienta muy poderosa para decir lo que quisiera, de manera sencilla, graciosa y divertida. Y comencé con mis primeros pininos… En esa búsqueda, me encontré con caricaturistas políticos como Paco Calderón (México), Manel Fontdevilla (España), Coco del Charlie Hebdo (Francia), Peter Brookes (Inglaterra) y muchos más. También con los dominicanos Harold Priego e Incomica. Probando, toqué puertas para que me cedieran un espacio. En 2014, los muchachos de Kedificil me dieron un chance en su web, donde hice mis primeras caricaturas políticas. Feísimas, por cierto, ¡no las vean, que creo que siguen ahí todavía, jaja! Y ahí descubrí que no me gusta la caricatura política, porque es muy fácil de hacer, pero también que es muy necesaria.

¡Wow, qué viaje! De Calvin and Hobbes a meterte con los peces gordos de la política. Esa página de "The War Game" suena a que te dio un clic, ¿no? Y eso de que las primeras caricaturas eran “feísimas”, ¡jaja, me muero por buscarlas!

 ¿Cómo llegaste a conectar con el equipo de Somos Pueblo y desde cuándo empezaste a colaborar con ellos?

Llegué a Somos Pueblo por una serie de situaciones que se alinearon perfectamente para que eso se diera. Primero, yo estaba en un grupo de Facebook creado por Julián Amado Ortiz, un maestro del dibujo. Ahí compartíamos arte, nos retroalimentábamos, era una vaina bien chula al principio. Yo colaboraba con medios extranjeros como La Revista Y en Paraguay, La Revista Ñ en Corea del Sur, Diario 16 en España y aquí en Acento, pero sin equipo tuve que parar. En 2019 me regalaron una laptop y volví al ruedo, haciendo caricaturas políticas en mi página de Facebook “Jarul”.

Me había jurado que si no ganaba un premio o conseguía un trabajo en caricatura política para enero de 2020, dejaba el dibujo. En eso, Rafael de los Santos, Poteleche, un tipazo, me escribe por Instagram sin conocerme en persona y me dice: “Dame tu número, necesito hablar contigo”. Yo estaba en las últimas, acababa de gastar un dineral en un evento de caricaturas en vivo y solo gané 250 pesos, ¡imagínate! Lloré, no te voy a mentir. Poteleche me llama y me dice que me recomendó a Somos Pueblo, que buscaban un caricaturista político.

Ricardo y Piro me contactaron, hablamos, me ofrecieron el doble de lo que pedí y me dieron libertad total. Les pregunté si había “vacas sagradas” y me dijeron que no. Yo dije: “Bueno, pa’lante entonces”. Empecé en noviembre de 2019 con una caricatura sobre el voto electrónico. ¡Un sueño!

¡Qué historia! Eso de Poteleche dándote ese empujón sin conocerte es de otro nivel. Y lo de los 250 pesos, ¡ay, qué dolor! Pero mira cómo Dios te alineó las cosas.

Tu estilo es súper directo, no te guardas nada. ¿Alguna vez te han amenazado o presionado por tus caricaturas? ¿Cómo lidiaste con eso?

Sí he recibido amenazas, sobre todo de fanáticos políticos. Gente con poder de este gobierno me escribía como diciendo “te estoy viendo”. Del gobierno pasado, una vez me llegó un email del despacho de la primera dama justificando por qué no tenían un botón de contacto, por una caricatura que hice. Un periodista se molestó conmigo en la pandemia por una viñeta, me llamó echando pestes, ¡de todo me dijo! Familiares de acusados en casos de corrupción querían comprarme las viñetas, pero yo no las vendí, las mandé a hablar con el medio.

Hijos y hermanos de funcionarios me escribían para “explicarme” que no dibujara a sus familiares porque “manchaba su apellido”. Faride, cuando era senadora, se molestó con una viñeta y la subió a sus stories dándole la vuelta. Hasta el equipo de un diputado, que ahora es senador, quiso que le hiciera una campaña “positiva”. Me negué. También me escribían figuras públicas en privado para felicitarme. ¿Cómo lo manejé? Nunca les di bola, la verdad.

¡Uff, qué fuerte! Eso de que te escriban desde el despacho de la primera dama o que te quieran comprar las viñetas. Pero tú, firme, sin dejarte. ¿Y no te daba miedo con tanta presión viniendo de gente pesada? ¡Eres un grande!

¿Cuál fue la caricatura que más revuelo causó o que más te marcó durante tu tiempo en Somos Pueblo?

Jarul: No sabría, ¡jaja! Son muchas. Te puedo decir que la despedida que le hice a Ruby Pérez fue sin duda la más viral, creo que con 10 mil likes y un montón de comentarios. Fue la más difícil también, porque soy fanático del merengue. Las viñetas sobre el tema haitiano siempre armaban polémica. Las de Danilo, sobre todo una donde Participación Ciudadana decía que la justicia estaba secuestrada, y yo dibujé a Danilo con la justicia amarrada en una silla, hablando por teléfono: “¿Que yo secuestré a quién?”. Esa fue de las primeras.

De Abinader, una que me gustó fue cuando dije que los popis y los wawawa tenían las mismas oportunidades, y lo dibujé como Jesús diciendo: “Dejad que los popis y los wawawa vengan a mí, porque de ellos depende mi reelección y mi reino”. De Leonel, una como Men in Black, borrándole la mente a la gente para volver al poder. También las de Jean Alain, Miriam Germán, y una de Yeni Berenice como la torre de Sauron mirando a un Danilo como Gollum. Una que me preocupó fue en la pandemia, por un “error tipográfico” del gobierno de Danilo que limitaba la libertad de expresión. Dibujé a Danilo con un cuadro de él vestido de Trujillo atrás, diciendo: “¿Cómo que no pasó? ¡Ahora voy a tener que descolgar el cuadro! ¡Inútiles!”. Me preocupó porque, si eso pasaba en el Congreso, yo no sería el primero, pero sí el segundo, ¡jaja! No podría elegir una, todas me marcaron.

¡Qué locura! Lo de Ruby Pérez viral y tú sufriendo como fan, eso me mata.

Recientemente anunciaste que te desvinculabas de Somos Pueblo para perseguir tus propios sueños. ¿Qué te motivó a tomar esa decisión?

No renuncié, no fue decisión mía. Ellos tenían unas situaciones que no me toca a mí contar, decisiones empresariales de la plataforma y la mesa directiva, y tuvieron que salir de parte de la plantilla. Yo trabajaba internamente desde enero de este año, haciendo cosas en la página, redes sociales, y en el local físico de la 27. Llevaba casi seis años colaborando en remoto, dibujando desde mi casa, pero como colaborador, lo único seguro es la puerta de salida. Aun así, tenemos una bonita amistad, les tengo un cariño enorme y agradecimiento, porque me dieron un espacio cuando nadie más lo hizo. Nunca me vi fuera de ahí, y aunque me dejaron la posibilidad de seguir publicando, sentí que era el momento de enfocarme en mis proyectos. Quiero ver si hay nuevas oportunidades, un medio tan loco como ellos que me deje dibujar sin freno. Si hay valor, ¡bienvenido sea, jaja!

Wow, qué madurez. Se nota el cariño que le tienes a Somos Pueblo, pero también esa ganas de volar solo.

¿Cuál fue tu mayor aprendizaje durante tu tiempo en Somos Pueblo?

Allá aprendí un montón. A nivel técnico, de redes sociales, ¡imagínate! Hice un segmento de YouTube llamado República DoMEMEcana, donde comentaba noticias con Ricardo de manera humorística, y al principio fue un palo. También hice la voz en off de los reels de Instagram de Somos Pueblo: buscaba el tema, hacía el guion, grababa. Supervisaba a los editores, era encargado en el local, monté la campaña cívica “Ser Nacionalista también es”, que fue idea de Ricardo, pero yo la ejecuté. Y encima dibujaba las viñetas con sus posts. Participé en un montón de cosas, así que aprendí de todo un poco.

Espejitos por oro.

¿Qué proyectos personales estás construyendo ahora? ¿Cómo visualizas tu crecimiento como creador independiente?

Como soy un inquieto y no me quedo tranquilo, decidí lanzar mi propio medio, DoMEMEcana. Es un medio satírico de información, tipo The Onion o El Mundo Today. Ya lo pueden encontrar en redes como @Domemecanard. También seguiré haciendo mis caricaturas en mi espacio @Yosoyjarul, con viñetas políticas, de actualidad y sus posts. Y si aparece un medio tan loco como Somos Pueblo, que me deje dibujar lo que quiera sin vacas sagradas, ¡que me llame! Aunque lo dudo, jaja.

¡Eso es, Jarul, a meterle fuego con DoMEMEcana! Me encanta esa vibra de no quedarte quieto y seguirle dando con tu arte.

El arte político puede ser una herramienta de resistencia. ¿Qué papel crees que juega la caricatura hoy en la sociedad dominicana?

Jarul: Históricamente, la caricatura política se ha usado para criticar al poder. Hay gente que, por ignorancia, cree que el caricaturista debe promover lo bueno que hace el gobierno, pero yo soy radical en eso: no. Los políticos tienen privilegios, buenos sueldos, inmunidad en muchos casos, poder para aplastar, y hay que señalarlos, desnudarlos delante de todos. La caricatura es una herramienta poderosísima para eso, como el humor. Hoy, con el tema de la censura y el INACOM, que será como un ministerio de la verdad por encima de los jueces, elegido por el presidente y el Congreso, eso huele a persecución política. No solo con este gobierno, sino con los que vengan. La caricatura es más necesaria que nunca.

Finalmente, ¿qué le dirías a los jóvenes artistas que quieren usar su talento para hablar de temas sociales o políticos, pero temen lasRELATIVAS consecuencias?

Que lo hagan. Que usen las redes sociales como vitrina para mostrar su arte al mundo. Yo empecé a publicar en internet en 2009, y eso me abrió puertas para participar en casi cien exposiciones de humor gráfico en más de 30 países. Mis obras llegaron al Museo de Historia de Berlín, al Museo de la Ciudad de Sisak, al Museo de Humor Gráfico Diógenes Taborda en Argentina, al Hall of Knights en Luxemburgo, al Museo de Arte Contemporáneo de Palestina en Irán, en Damasco, Siria, y más. Gané premios por ahí, di charlas en la UASD y la PUCMM, todo desde mi habitación, colgando mis dibujos en internet. Como dije en un evento en la PUCMM: “Se aprende haciendo, hay que hacer para aprender”. Dibujante, no hay camino, se hace el camino al dibujar.

***

Charlar con Jarul es como subirse a una montaña rusa: te ríes, te sorprendes y terminas con ganas de más. Este pana de Villa Mella, que empezó garabateando en cuadernos del cole, ha convertido sus viñetas en un megáfono para hablarle claro al poder. Desde sus inicios autodidactas hasta sus días en Somos Pueblo, donde le dio vida a República DoMEMEcana y viñetas que hicieron temblar a más de un político, Jarul no se guarda nada. Él sigue firme a pesar de todo. Ahora, con DoMEMEcana y su espacio @Yosoyjarul, se lanza a conquistar nuevos horizontes con el mismo humor afilado. Su mensaje a los jóvenes artistas es puro fuego: “Dibuja, publica, no tengas miedo”. Y así, entre risas y verdades, Jarul nos recuerda que un lápiz puede ser más poderoso que cualquier cargo.

Génesis Ramos

Poeta

Génesis Ramos Rodriguez, nació en Santo Domingo Este, República Dominicana, el 9 de mayo de 1997. Desde temprana edad, participó en competencias literarias y demostró su amor por la escritura, lo que la llevó a desarrollar una pasión por la poesía. Esta pasión se mantuvo a lo largo de su vida y, finalmente, la llevó a publicar su primer libro de poesía ‘‘Alma sin título’’. Es egresada de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, donde se graduó con honores en la carrera de Lengua Española y Literatura. Durante su tiempo en la universidad, también se resaltará como líder estudiantil, trabajando para mejorar la calidad de la educación y los servicios estudiantiles en el campus.Ramos es miembro del Taller Literario PUCMM dirigido por Valentín Amaro, un reconocido poeta y escritor dominicano, donde ha perfeccionado su técnica y estilo poético. A través de su obra poética, expresa sus pensamientos y emociones de manera profunda y conmovedora. Su estilo poético único ha sido aclamado por críticos y lectores por igual, y ha sido reconocido con varios premios literarios.

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