En astrología, cuando los planetas generacionales —Plutón, Neptuno y Urano— cambian de signo al mismo tiempo o forman alineaciones entre sí, y cuando se encuentran con los planetas sociales —Saturno y Júpiter— se activan procesos de transformación colectiva que pueden alterar el curso de la historia. Este es uno de esos momentos.

Ya lo hemos visto antes, en años que marcaron historia

1966–1969: Encuentro entre Urano y Plutón, seguido por Júpiter tocando a ambos

Aquí se dio el primer mensaje entre computadoras (inicio del internet), la llegada a la Luna, los movimientos por los derechos civiles en EEUU y la entrada en Occidente de una espiritualidad no religiosa, impulsada por el uso masivo de psicodélicos y la apropiación de prácticas orientales. En América Latina, Salvador Allende ganaba fuerza, estalló el Cordobazo en Argentina, el asesinato del Che Guevara marcó un antes y un después en las luchas armadas del continente, y surgió el Tropicalismo en Brasil. En África, avanzaban movimientos panafricanistas y luchas de liberación anticolonial.

1988–1989: Saturno y Urano ingresan a Capricornio y forman una conjunción, seguida por otra entre Saturno y Neptuno

Fue el auge del paradigma posmoderno, con eventos como la caída del Muro de Berlín, el fin de la Guerra Fría y el Consenso de Washington, que consolidó el orden neoliberal. También nació el concepto de la World Wide Web y comenzó la expansión de la informática personal, con computadoras llegando a hogares, escuelas y oficinas, transformando radicalmente cómo trabajamos.

2020: Júpiter y Saturno tocaron a Plutón en Capricornio, seguidos por su conjunción en 0° de Acuario

La pandemia de COVID-19 colapsó sistemas sanitarios, económicos y sociales, evidenciando la fragilidad de las estructuras sobre las que se sostenía el mundo. Se aceleró la digitalización, el teletrabajo se volvió norma, y se intensificaron movimientos de protesta como Black Lives Matter tras el asesinato de George Floyd, en medio de una creciente crisis de confianza institucional y una soledad estructural cada vez más visible.

2024–2028 será otro de esos umbrales históricos, con especial énfasis en el 2025. Plutón se asentó en Acuario en noviembre pasado, tras 16 años en Capricornio. Este año, entre enero y julio, Neptuno entró en Aries tras 14 años en Piscis; Urano pasó a Géminis luego de 7 años en Tauro; y Saturno ingresó a Aries tras 3 años en Piscis. Tantos cambios de planetas lentos en apenas ocho meses no es algo común.

Además, hay un giro de fondo, con los planetas lentos saliendo de signos de tierra y agua —energías receptivas y sostenedoras— hacia signos de fuego y aire, mucho más activos, mentales y expresivos.

Salimos de una etapa de digestión emocional y transformación interna, para entrar en una fase de impulso, confrontación y acción colectiva. Pero en medio de esta aceleración, también hay fuerzas que equilibran. Júpiter, que cambia de signo cada año, acaba de entrar en Cáncer, signo de agua, y el Nodo Norte, que cambia cada 18 meses, ingresó a Piscis, también de agua.

En este tiempo de cierres que están dando paso a un futuro aún indefinible, estos tránsitos nos recuerdan que lo sensible, lo tierno y lo nutritivo también son fuerzas necesarias para sostener el cambio. En una cultura que suele asociar el progreso con la velocidad y la dominación, estos movimientos planetarios nos invitan a imaginar futuros donde lo afectivo, lo colectivo y la imaginación también sean motores de transformación.

El triángulo menor: cuando los ciclos se encuentran

Pero como si todo esto fuera poco, este año los tres planetas generacionales no solo cambian de signo casi al mismo tiempo, también se alinean entre sí, formando un triángulo menor que estará activo hasta 2028. Esta figura, lejos de ser “menor”, actúa como esquema del nuevo tiempo que estamos por atravesar.

Está formada por dos sextiles (Urano–Neptuno y Plutón–Neptuno) y un trino (Urano–Plutón), lo que en astrología se conoce como aspectos, alineaciones entre planetas que generan vínculos fluidos entre sus energías. El sextil estimula la colaboración y saca lo mejor de cada planeta. El trino permite que la energía fluya de forma armoniosa, con naturalidad y sin fricción.

Esta configuración será exacta en agosto de 2025, y nuevamente en 2026 y 2027. Lo más interesante es que marca el encuentro de tres grandes ciclos que nacieron en momentos clave de la historia. Cada vez que dos planetas generacionales se encuentran en conjunción (es decir, en el mismo grado del zodiaco), comienza un nuevo ciclo. Y ahora, esos tres ciclos están conectándose entre sí:

  • Urano y Plutón iniciaron un ciclo de 115 años en 1966, detonando los movimientos de liberación de los 60s ya mencionados al inicio del artículo. Ahora, en trino, se abre un canal para que ideas radicales se integren a procesos de transformación estructural con menos resistencia, casi como si el futuro se manifestara por sí solo. Esto puede darse a través de tecnologías disruptivas e incluir la consolidación de movimientos sociales que buscan redistribuir el poder.
  • Urano y Neptuno iniciaron un ciclo de 165 años en 1993, en continuidad con los movimientos del 88–89. En el 93 salió el primer navegador gráfico que dio origen a la web visual. Ahora, en sextil, se abre el potencial para nuevas narrativas espirituales o ideológicas y tecnologías visionarias. La interconexión como un espacio libre y democrático que soñó el nacimiento del internet puede reencontrar caminos menos centralizados y más horizontales. Al mismo tiempo, se vuelve urgente establecer comunidades que vayan más allá de lo virtual.
  • Neptuno y Plutón iniciaron un ciclo de 493 años en 1891, con el surgimiento de expresiones que buscaban revelar lo que está debajo de la superficie, como el psicoanálisis, el esoterismo moderno y nuevas formas de arte alejadas del realismo. Ahora, en sextil, este aspecto puede manifestarse en alianzas globales por causas largamente invisibilizadas; procesos de sanación colectiva que visibilicen traumas intergeneracionales e impactos en la salud mental causados por un sistema de aislamiento, hiperproductividad, sedentarismo, alimentación desconectada y sobreexposición digital. También puede dar lugar a nuevas corrientes espirituales o filosóficas que integren el cuerpo, la acción política y lo colectivo.

Recordemos que muchos de los movimientos que se han alineado con estos grandes tránsitos no nacieron en los centros de poder, sino en los márgenes, donde la vida siempre ha tenido que reinventarse.

El rol de Saturno en este primer triángulo

Durante el primer triángulo, que será exacto el mes que viene, también participa Saturno, actualmente en conjunción con Neptuno tras su ingreso en Aries en mayo.

Saturno y Neptuno representan fuerzas opuestas. Saturno es estructura, límite, realidad concreta, mientras que Neptuno es disolución, misterio y sueños. Pero cuando se unen, surge algo muy hermoso, la posibilidad de dar forma a lo imposible.

Aunque esta conjunción puede generar confusión, la sensación de estar caminando entre niebla y hacernos dudar de lo que antes dábamos por cierto, también abre un portal para materializar visiones que antes parecían inalcanzables —a nivel colectivo e individual.

Este encuentro, en el grado cero de Aries —inicio del zodíaco—, señala el nacimiento de una nueva visión colectiva. Una invitación a encarnar el futuro que soñamos, no solo imaginarlo.

Lo que viene

En los próximos artículos vamos a explorar, uno a uno, estos grandes cambios: Júpiter a Cáncer, el eje nodal a Piscis/Virgo, Saturno y Neptuno a Aries, Urano a Géminis, Plutón a Acuario, y el triángulo menor en mayor profundidad. Veremos qué estaba ocurriendo la última vez que los planetas generacionales transitaron estos signos, y cómo estos movimientos impactan tanto a nivel colectivo como individual.

Mientras tanto, recuerda: mientras el cielo cambia de piel, tú también lo haces.

Adela Dore

Artista visual y Astróloga

Artista visual y astróloga. Desde 2016 ofrece consultas, encuentros y espacios de formación en astrología como herramienta de autoconocimiento y reconexión interior. Forma parte del equipo de KnowTheZodiac como escritora y astróloga consultora.

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