Este jueves 27 de marzo, la Fiscalía francesa pidió siete años de cárcel, 300.000 euros (o 324.000 dólares) de multa y cinco años de inhabilitación para el cargo contra el expresidente francés, Nicolas Sarkozy, en el marco del juicio por sospechas de financiación libia de su campaña presidencial de 2007.

El fiscal Sébastien de la Touanne había advertido que “sólo una pena de cárcel y una multa firme” contra Nicolas Sarkozy, expresidente francés, serían “capaces de proteger a la sociedad”.

El jueves 27 de marzo, la Fiscalía financiera pidió siete años de cárcel y una multa de 300.000 euros contra Sarkozy en el juicio por sospechas de financiación libia de la campaña presidencial del ex jefe de Estado en 2007.

También se solicitaron cinco años de inelegibilidad contra el exmandatario, que se quedó petrificado al escuchar las acusaciones. El expresidente de la República reaccionó inmediatamente publicando un comunicado en las redes sociales en el que denunciaba “la indignidad de la pena solicitada”.

El fiscal de la Touanne declaró en la recta final de los alegatos finales que, a lo largo de las 12 semanas que ha durado la investigación, “se ha dibujado un panorama muy sombrío de una parte de nuestra República”.

Atacando a Sarkozy, denunció una “frenética búsqueda de financiación” para satisfacer una “ambición política que todo lo consume”.

A su vez, el magistrado señaló que Sarkozy ha “impugnado los hechos” y “no parece apreciar la gravedad de los delitos contra la probidad” de los que se le acusa, recordando que ya ha sido condenado. Este es su quinto juicio en cinco años.

Al mismo tiempo, se pidieron seis años de cárcel y 100.000 euros (o unos 107.000 dólares) de multa contra Claude Guéant, tres años de cárcel y 150.000 euros (o unos 160.500 dólares) de multa contra Brice Hortefeux y un año de cárcel y 3.750 euros (o unos 4.012 dólares) de multa contra Éric Woerth, tesorero de la campaña.

Pacto de corrupción "indecente"

Tras una pausa, la audiencia se reanudó poco después de las 4 de la tarde (hora local) con Sarkozy presente, con la cara tapada, tomando notas.

Sarkozy había estado ausente durante la jornada en la parte del alegato final relativa a otros aspectos del caso, en particular la posible venta ficticia de cuadros flamencos de Claude Guéant y la compra de una villa en el sur de Francia a un precio inflado, supuestamente para ocultar la malversación de fondos libios.

El martes y el miércoles, los fiscales retrataron al expresidente como el "verdadero responsable" y "patrocinador" de un pacto de corrupción "inconcebible, inaudito e indecente" con el exdictador libio Muamar al Gadafi para financiar su campaña presidencial de 2007.

También detallaron las "contrapartidas" diplomáticas, jurídicas y económicas pactadas con el Gobierno libio, y afirmaron que los "rastros" de dinero en efectivo en la campaña ganada se sumaron al "acervo probatorio" del caso.

Para los jueces, todos los delitos por los que se le juzga desde el 6 de enero han quedado probados: piden al tribunal que le declare culpable de corrupción, encubrimiento de malversación de fondos públicos, financiación ilegal de campaña y conspiración criminal.

El exjefe de Estado, de 70 años, se enfrenta a penas de hasta diez años de prisión, 375.000 euros de multa y privación de derechos cívicos (es decir, inelegibilidad) durante un máximo de cinco años.

La defensa responderá el 8 de abril

"Detrás de la imagen del hombre público, las investigaciones judiciales han revelado la silueta de un hombre movido por una ambición personal desmedida, dispuesto a sacrificar en el altar del poder valores esenciales como la probidad, la honradez y la rectitud", declaró el martes por la noche Quentin Dandoy, uno de los tres fiscales.

Sarkozy ha insistido enérgicamente en su inocencia desde el principio.

El exmandatario se había enfurecido en silencio, con las rodillas temblorosas, a veces sonriendo irónicamente o incapaz de reprimir un comentario indignado, indescifrable desde los bancos de la prensa.

Su defensa tendrá lugar el último día del juicio, el 8 de abril.

Condenado definitivamente a un año de cárcel por corrupción y tráfico de influencias en el llamado asunto de las escuchas telefónicas de Bismuth, lleva una tobillera electrónica desde el 7 de febrero.

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Los detalles del caso

Además del expresidente, el Parquet National Financier (PNF, por sus siglas en francés), institución financiera francesa, también presenta cargos contra 11 acusados, entre ellos tres antiguos ministros: Claude Guéant, de 80 años, ausente por motivos de salud, Brice Hortefeux, ausente por motivos personales "legítimos", según el presidente, y Éric Woerth.

Según la acusación, en 2005, el primero, entonces director de Gabinete del Ministerio del Interior, "negoció" el pacto de corrupción "por cuenta de Nicolas Sarkozy", que fue "aplicado" por Brice Hortefeux.

En cuanto a Éric Woerth, como tesorero de la campaña, el PNF considera que debería ser condenado por complicidad en financiación ilegal, ya que supuestamente ocultó dinero en efectivo en las cuentas.

Según la acusación, se crearon dos canales de financiación, uno para transferencias y otro para dinero en efectivo, que corresponden a los dos intermediarios implicados en este caso: Ziad Takieddine (prófugo) y Alexandre Djouhri.

También están procesados un antiguo estrecho colaborador de Sarkozy, Thierry Gaubert, el jefe de gabinete de Gadafi, Bashir Saleh (prófugo), así como dos hombres de negocios saudíes, un banquero franco-yibutiano y un antiguo ejecutivo de Airbus.

Este artículo fue adaptado de su versión original en francés.

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