“Junto con Guatemala, la R. D. pertenece al grupo de países donde la política partidista está mayormente vacía de contenidos programáticos y/o ideológicos… A lo interno del partido, el vacío programático es ocupado por liderazgos personalistas. La política partidista vertebrada en torno a personas origina estructuras internas frágiles y descohesionadas, proclives al conflicto entre facciones, la escisión y el transfuguismo de militantes y cargos electos”. (Investigación de Participación Ciudadana: Observación Electoral).
El Estado configura la sociedad políticamente organizada. El Estado es la fragua y fuente del conjunto de aparatos jurídicos-políticos donde habitan y cohabitan: la infraestructura y la superestructura. El mismo encuentra su base de legitimación a través de la Constitución, que es el conjunto de normas fundamentales que dan unidad al ordenamiento jurídico del Estado. Los componentes del Estado- Nación son:
- A) Elementos:
- Territorio
- Pueblo (ciudadanía).
- Poder
- B) Condiciones:
- Soberanía.
- Derecho
El Estado “es el poder organizado dentro de una comunidad nacional y que la dominación que impone no puede sustentarse solamente en la fuerza, sino que debe recurrir a elementos que justifiquen su derecho a mandar y a recibir obediencia”. El Estado no puede verse ni concebirse un ente abstracto, constituye parte nodal de las estructuras y procesos de una sociedad. Vale decir, Estado y sociedad se encuentran entretejidos. En la existencia de la vida social en dos esferas: privada y pública.
Rodrigo Borja en su Enciclopedia de la Política nos señala que, “caracterizado esencialmente por la ordenación jurídica y política de la sociedad, el Estado constituye el régimen de la asociación humana más amplio y complejo de cuantos ha conocido la historia del hombre. Es el último eslabón de la larga cadena de las formas de organización de la sociedad creadas por su instinto gregario y representa la primera forma propiamente política de asociación, puesto que tiene un poder institucionalizado que tiende a volverse impersonal”.
El Estado no existe en el vacío y por lo tanto no es ahistórico, está condicionado históricamente por una estructura económica, una estructura social, una acción social, una integración funcional y una cultura determinada. Se desarrolla por el grado de desarrollo de las fuerzas productivas y por las relaciones de producción dominante en cada época. El rol del Estado, como campo de lo jurídico-político, es crear las normas, las regulaciones y las condiciones generales de la producción y desarrollar la génesis de la economía de mercado, en una sociedad capitalista. Por lo tanto, el Ejecutivo, el gobierno, en una sociedad como la nuestra, ha de determinar su nivel de participación en el crecimiento y desarrollo de la economía de acuerdo al eslabón en que se encuentren las relaciones de producción.
Es tan triste, cuasi penoso, como la mayoría de los economistas enjuician y valoran la economía sin tomar en cuenta ni el contexto ni el desarrollo del capitalismo en cada momento y época. Verbalizan con una simplificación caricaturesca; maniqueísta y con relatos circunspectos, robustecidos de un dogmatismo sin par, juicios de valor sin parangón, que cuando se someten a la realidad dejan de ser los templos de axiomas de aquellos que en el camino se olvidan de que la Economía es una ciencia social. No comprenden, como decía Erich Fromm “El hombre es al mismo tiempo artista y objeto de su arte”. Somos sujeto y objeto al mismo tiempo.
Veamos como la exaltación de los datos lo quieren convertir en corolario sempiterno y no como referente a considerar y, al mismo tiempo, desconocer el rol del Estado como el tejido y mecanismo esencial de las relaciones de poder. Son economistas que en su “sabiduría” se presentan como neutros, como si la economía fuese meramente neutral y no intrínsecamente social. Quieren vincular correlativamente y concurrentemente la productividad y el crecimiento de la economía (PIB) al gasto de capital, de la inversión de una administración particular. Las evidencias empíricas destruyen esa parálisis paradigmática, esa medianía opaca, conservadora, de la economía.
¡Que Trujillo invertía 8% del PIB en gasto de capital, Balaguer el 6%, que de cada RD$100.00 pesos tomaba RD$50.00 para gasto de capital, que…! Una de las funciones del Estado es crear las condiciones generales de la producción. Trujillo vendría a encarnar el capitalismo que no teníamos, asistíamos a una sociedad típicamente precapitalista, con un capitalismo tardío, sin las instituciones de un Estado. Para ello desarrolló toda una revolución en la superestructura y en la infraestructura, creando la clase “capitalista” que estaba en pañales para los años 30 del siglo pasado. Balaguer ensancharía esa clase burguesa, con una mayor autonomía desde los ámbitos jurídicos-políticos. Esto es, Trujillo era el principal capitalista-burgués y su portaestandarte.
Momentos históricos muy diferenciados, singularizados. Es que conforme la burguesía va creciendo, se va desarrollando, cuando el peso de la economía gravita más en el sector privado, el Estado puede cimentase más en regular y controlar las reglas y normas de la sociedad. Verbigracia: Actualmente el sector privado representa el 85% de la riqueza del país. Cuando Trujillo apenas representaban un 25%. Cuando Balaguer: 40-60%. Cuando Leonel y Danilo: 60-70%.
Intervienen otros factores en el aumento de la economía, mucho más allá del gasto de capital o de inversión pública, de una administración de gobierno: choques externos, crisis económica internacional, crisis de un sector importante de la economía. De ahí que más allá del tamaño de la inversión del gasto de capital en los últimos 5 años, nunca el tamaño de la economía en dólares había crecido tanto.
Observemos:
Año | Tamaño de la economía en dólares | Ingreso per cápita |
2012 | US$60,739.9 | US$6,274.2 |
2019 | US$88,906 | US$8,331.9 |
2020 | US$78,829 | US$7,544.5 |
2021 | US$94,523.7 | US$8,971.9 |
2022 | US$114,004.6 | US$10,732.9 |
2023 | US$ 121,691.7 | US$11,361 |
2024 | US$136,520.8 (US$124,597.8) | US$11,600 |
Entre 2020 y el 2021 la economía dominicana creció US$15,694 millones de dólares. Entre 2021 y 2022 creció US$19,480 millones de dólares. Entre 2022 y 2023 solo creció US$7,687 millones de dólares. Entre 2023 y 2024 creció US$15,00 de dólares. Todo esto suma entre US$46,000 y US$57,858 millones de dólares. Leonel y Danilo la hicieron crecer en 16 años solo US$55,000 millones de dólares. Hay que buscar el hilo conductor que explicite porqué estos dos expresidentes invirtieron más en gasto de capital, sin embargo, el tamaño de la economía creció menos. El mito se derrumba de los apologistas que hablan sin el sentido de la historia.
En sociedades como la nuestra, de ingreso medio alto y bajo, el gasto de inversión de capital no es un axioma inexorable para el crecimiento de la economía. Ha de ser ineludible para la creación de más infraestructura necesaria, pues todavía tenemos rémora del Siglo XIX y del Siglo XX. Sin embargo, no significa taxativamente, insistimos, más productividad, más crecimiento. Si puede coadyuvar, en una época de bajo crecimiento, el gasto de capital a crear una dimensión contra cíclica para neutralizar los efectos negativos del choque externo. Incluso en los países altamente desarrollados, de acuerdo al grado de evolución, los Estado tienen que modernizar las infraestructuras de transportación, de carreteras modernas, de alta tecnologías, para poder concitar el desarrollo sostenible.
Veamos el cuadro anexo, que grafica e ilustra, desde el año 2000 hasta el 2024, el Crecimiento del PIB, Gasto corriente, Gasto de capital, Deuda interna, Deuda externa, Deuda total y la Deuda como porcentaje del PIB:
Año | Crecimiento del PIB (año de referencia 2007) | Gasto Corriente | Gasto de capital | Deuda Interna | Deuda Externa | Deuda Total | Deuda como % PIB |
2000 | 4.7 | 35,903.30 | 14,560.50 | 16847.20324 | 40739.97878 | 57587.182 | 46.218458 |
2001 | 2.5 | 42,165.70 | 22,146.50 | 15974.69819 | 38854.0908 | 54828.789 | 45.055488 |
2002 | 4.5 | 48,385.40 | 25,464.60 | 15496.94458 | 36357.55927 | 51854.5038 | 45.484572 |
2003 | -1.3 | 58,054.90 | 17,278.20 | 14330.87089 | 33341.33432 | 47672.2052 | 50.434141 |
2004 | 2.6 | 92,050.10 | 28,981.30 | 13919.79778 | 30702.53494 | 44622.3327 | 56.606493 |
2005 | 9.4 | 120,034.90 | 42,342.80 | 12559.33233 | 23383.15388 | 35942.4862 | 40.427469 |
2006 | 9.2 | 146,806.80 | 40,555.30 | 10593.60602 | 21564.55893 | 32158.1649 | 37.595666 |
2007 | 7.4 | 172,656.00 | 60,153.50 | 10722.34651 | 18821.273 | 29543.6195 | 36.918208 |
2008 | 3.3 | 223,346.80 | 80,848.90 | 9190.755877 | 17567.10775 | 26757.8636 | 35.319509 |
2009 | 1.0 | 218,617.60 | 60,032.50 | 7907.55602 | 16246.10214 | 24153.6582 | 33.903205 |
2010 | 8.3 | 242,149.70 | 70,373.10 | 7373.336589 | 16435.72616 | 23809.0628 | 35.401475 |
2011 | 3.1 | 270,782.60 | 68,116.10 | 8044.250863 | 15159.52799 | 23203.7789 | 36.993256 |
2012 | 2.7 | 314,016.50 | 133,215.50 | 6591.72941 | 12871.60196 | 19463.3314 | 32.043715 |
2013 | 4.9 | 349,752.00 | 88,119.00 | 4967.526625 | 11625.56298 | 16593.0896 | 28.57204 |
2014 | 7.1 | 412,647.50 | 79,263.70 | 4871.136526 | 9946.967072 | 14818.1036 | 27.497146 |
2015 | 6.9 | 431,458.30 | 86,306.90 | 5039.318799 | 8214.691577 | 13254.0104 | 27.433471 |
2016 | 6.7 | 471,242.00 | 90,753.80 | 4000.419644 | 7218.840006 | 11219.2596 | 23.2704 |
2017 | 4.7 | 498,451.60 | 125,497.00 | 1002.6 | 6555.7 | 7558.3 | 17.14199 |
2018 | 7.0 | 580,209.50 | 105,126.10 | 1111.3 | 6295.5 | 7406.8 | 19.46131 |
2019 | 5.1 | 641,268.50 | 102,998.60 | 974.9 | 5847.1 | 6822 | 18.996575 |
2020 | -6.8 | 862,097.40 | 110,964.80 | 1040.87 | 5544.11 | 6584.98 | 28.399925 |
2021 | 12.8 | 861,921.80 | 123,485.70 | 558.6 | 5185.58 | 5744.18 | 27.555677 |
2022 | 4.9 | 1,013,852.70 | 159,884.00 | 733.25 | 3669.52 | 4402.77 | 17.084759 |
2023 | 2.3 | 1,098,946.00 | 180,291.20 | 619.01 | 3338.53 | 3957.54 | 15.666523 |
2024 | 5.0 | 1,259,828.60 | 186,661.60 | 465.67 | 2777.87 | 3243.54 | 13.454763 |
Fuentes: Banco Central de la República Dominicana, Dirección General de Crédito Público, Dirección General de Presupuesto.
Como vemos, desde el 2000 hasta el 2024, la economía dominicana, a lo largo de 24 años, dejó de crecer menos de 3.5 en 9 ocasiones: 3 con Hipólito Mejía, 4 con Leonel Antonio Fernández Reyna (2008 (3.3). 2009 (1%). 2011 (3.2%). 2012 (2.6%)). Sin embargo, el promedio de inversión de gasto de capital o inversión pública osciló en un 4% del PIB. Lo mismo ocurrió en los gobiernos de Balaguer, sobre todo, en 1988 (2.2%), en 1991 (0.9%) y en 1994 (2.6%).
Me desconciertan los análisis de los economistas, la mayoría sesgados en el ámbito de la política partidistas y otros con formación meramente tecnócrata, que hablan como si fuesen de un pontificado, sin credenciales intelectuales y un desconocimiento pasmoso de la historia y la socioeconomía. La verdad ha de ser dicha, que como nos decía Platón “vamos a cazar juntos la verdad”. Los economistas nuestros no son intelectuales. Algunos ni siquiera les importa el costo social, político, institucional y el desgarramiento moral de la sociedad, la anomia social-institucional. Solo aluden sin desparpajo:” Balaguer de cada RD$100.00 pesos, RD$50.00 eran para gastos de capital”. Cuántas honduras ideológicas y visión de Estado tienen. Genuinamente ultra liberal. ¡Los summum conservadores sin decirlo!
La clase política, sin diferenciación de ideas ni programáticas, sin visión de Estado ni proyectos de nación, se desgarran, que como dice la investigación de Participación Ciudadana OBSERVACION ELECTORAL Junio del 2025, citamos “A nivel externo, las ofertas partidistas no programáticas crean una competencia electoral centrípeta o centrista, que gravita alrededor de personalidades y temas transversales. A falta de propuestas programáticas, definidas en base a políticas públicas que respondan a las necesidades y preferencias de sectores sociales amplios, el apoyo ciudadano a los partidos se sustenta en la provisión de beneficios materiales selectivos, dependientes del acceso a los recursos estatales”.
Aunque tenemos una visión delineada en la Estrategia Nacional de Desarrollo, 1-12, estamos muy lejos. Es más, los actuales directivos de la nación han creado una estrategia 2036 sin que sepamos que hicieron con la Ley 1-12, consignada incluso en la Constitución. Implicaba un nuevo modelo de desarrollo. La partitocracia nuestra no tiene visión de país. Una visión es una imagen mental de lo que es posible y deseable de cara al futuro. Es el puente entre el presente y el futuro. Es un establecer donde estamos y a donde queremos llegar. La visión es el resultado de los sueños puesto en acción; empero, la visión sin acción es un sueño, la acción sin visión carece de sentido, es ciega, no conduce a nada. Como nos decía Séneca “Si un hombre no sabe a dónde va, no le sirve ningún viento”.
Al no tener visión, la partitocracia dominicana adolece de un proyecto de nación. Es llegar al poder por el poder mismo, es la gratificación personal y todo lo que ello se deriva en una sociedad como la nuestra. Los presidentes que hemos tenido, la mayoría, no ha tenido sentido de la historia. No ha reflexionado qué querían y quieren dejar a su pueblo, a su patria, como les gustaría ser recordados. Si hubiesen reflexionado dos días de miles de días que tuvieron en el poder: 1,460 días, 2,920 y 4,380 días se hubiesen comportado como estadistas.
Un proyecto de nación hoy requiere de una nueva forma de hacer política, requiere rupturar el clientelismo visceral que nos acogota en este medrado sistema de partidos. Necesitan asumir la transparencia, la democracia interna. Urge, en nuestra sociedad, una alternativa política que desencadene la desarticulación de la atomización y arrabalización de la política que ha traído la igualación de los partidos y el conservadurismo más abyecto.
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