“Vivir en el campo es un acto de resistencia y rebeldía”. Benita (Tania) Cordero Vizcaíno, dirigente de CONAMUCA
La Confederación Nacional de Mujeres del Campo (CONAMUCA) es la mayor de las organizaciones feministas y de mujeres de República Dominicana y una de las más importantes y constantes en su lucha por “todos los derechos para todas las mujeres”, especialmente las mujeres en situación de pobreza de los campos de nuestro país. Ahora que CONAMUCA acaba de celebrar su 9no Congreso Nacional les dedico la columna de hoy para contarles un poco de esta organización impresionante y por qué es digna de mi admiración y la de mucha gente en RD y en la región.
Conocí a las compañeras de CONAMUCA poco después de haber entrado a trabajar a CIPAF, la “escuelita” del feminismo dominicano, siendo yo misma una “pichoncita” de feminista que recién estaba terminando la universidad a principios de los años ‘90. Desde entonces las admiro muchísimo porque CONAMUCA fue crucial en la organización de las consultas con las mujeres campesinas en el proceso de elaboración del Plan de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres (PIOM) que les mencioné en una columna anterior. El PIOM fue, años antes de la creación de los Planes Nacionales de Equidad de Género del Ministerio de la Mujer, el primer documento recogiendo las demandas de las mujeres en encuentros masivos en diferentes partes del país para superar problemas como la violencia contra las mujeres, el recibir menos paga por hacer el mismo trabajo, la mortalidad materna y muchas otras formas de discriminación y vulnerabilidad que todavía mucha gente ve como normales por lo que nos dicen en la familia, en los medios de comunicación o en la escuela.
Sin embargo, en esa época la situación para las mujeres era mucho más difícil todavía. Y recorrer el país con el equipo de CIPAF fue mi primera experiencia conociendo las organizaciones de mujeres que se fajan todos los días (la mayoría todavía existe) a luchar por sus derechos en medio de la precariedad, los apagones, el calor y las limitaciones con las que vive la mayoría de la gente en nuestros pueblos, barrios y campos. Y lo hacen con la alegría, la solidaridad, el buen humor y la creatividad infinita que vi en cada una de estas mujeres en organizaciones como la misma CONAMUCA, Promoción de la Mujer del Sur en Barahona, las Esclavas del Fogón, Equipo Raíces y el Grupo de Mujeres de Higüey en el Este y el Núcleo de Apoyo a la Mujer en Santiago.
El proceso de creación de lo que es hoy CONAMUCA inició en 1980 para llenar la necesidad de contar con un espacio para las mujeres de la zona rural quienes raramente tenían presencia en el liderazgo de las organizaciones campesinas. Pero su inicio formal fue en 1986 con la realización de su 1er Congreso Nacional. En esa época, tal y como destacaba Magaly Pineda, la líder histórica de CIPAF y una de las principales del movimiento de mujeres en la región, el feminismo dominicano era un feminismo de “raíces populares” por su trabajo continuo y cercano con las mujeres de los campos y barrios. CIPAF, por ejemplo, llevó a cabo una Encuesta de la Mujer Rural a inicios de dicha década implementada por un equipo de investigadoras que vivieron y colaboraron por meses con mujeres de diferentes comunidades campesinas. Ya desde entonces inicia la cooperación entre CIPAF y las compañeras de lo que sería CONAMUCA. Más tarde, uno de los factores que ayudó a la constitución de CONAMUCA fue cuando el equipo de educación de CIPAF llevó a cabo la devolución de los resultados de la encuesta compartiéndolos con dichas comunidades iniciando una colaboración que lleva más de cuatro décadas entre estas dos organizaciones pioneras.
Desde entonces CONAMUCA ha sido una de las organizaciones feministas de mayor impacto en nuestro país y es, por mucho, la de mayor tamaño con más de 11,000 socias a nivel nacional. Lo lograron con un modelo de liderazgo intergeneracional e intrafamiliar extraordinario en el que varias de las líderes más jóvenes son hijas de las líderes que iniciaron la organización y ambas generaciones (y también muchos hombres jóvenes) coexisten y se apoyan mutuamente. CONAMUCA se ha mantenido por más de cuatro décadas gracias a los sacrificios y la participación activa de sus integrantes y la forma democrática en que eligen y validan la gestión de líderes veteranas como Juana (Negrita) Ferrer Paredes, Juana Mercedes, Lidia Ferrer Paredes, Francia Lorenzo, Benita (Tania) Cordero Vizcaíno y Lucrecia Jorge y a la incorporación de líderes jóvenes como Katherine Cabrera, Vanessa Rodríguez, Daniela Javier y Ariana Garcés.
Pero como destacó Katherine Cabrera en mi conversación con ella para este artículo, la labor de las líderes “sería imposible sin el compromiso de las compañeras de la base”. La fortaleza de CONAMUCA se basa en el poder del colectivo. De hecho, es un conjunto de federaciones regionales de asociaciones locales de mujeres trabajadoras del campo en diferentes partes del país. Sus actividades incluyen apoyo a las actividades productivas de las asociadas, formación, participación activa en las marchas feministas y de mujeres y concientización sobre la realidad de las mujeres del campo. Y llevan a cabo este sinfín de actividades a pesar de los múltiples obstáculos que enfrentan las mujeres y comunidades de la zona rural y que se profundizaron durante la pandemia tal y como nos contaron en el encuentro virtual que tuvimos con ellas en junio del 2021 en la Tertulia Feminista Magaly Pineda.
También las compañeras de CONAMUCA son las primeras en las marchas por las causales igual que lo fueron en el campamento a favor de este tema que el movimiento feminista estableció frente al Palacio Nacional. Incluso una intervención de Benita (Tania) Cordero, integrante de la Dirección Nacional, en una de las vistas públicas sobre el Código Penal se hizo viral por la forma brillante y directa en que explicó la urgencia de la situación en el Congreso Nacional. Además, las compañeras de CONAMUCA son las primeras en participar en las actividades para reducir y eliminar la violencia contra las mujeres, la conmemoración del 8 de marzo y todas las iniciativas y eventos para la construcción de una sociedad más igualitaria para hombres y mujeres. También son de las organizaciones más activas en temas de economía solidaria, respeto al medio ambiente y la seguridad alimentaria nacional.
Por si fuera poco, la labor de CONAMUCA ha sido ampliamente reconocida a nivel internacional por ser el primer espacio colectivo de mujeres campesinas en América Latina y el Caribe. Además, la organización es parte de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo y de la Vía Campesina Internacional y una de sus líderes, Juanita (Negrita) Ferrer ganó el Premio Mil Mujeres para la Paz en el 2005 y fue nominada para el Premio Nobel de la Paz ese mismo año.
Todos estos logros los celebraron en su 9no Congreso Anual titulado “Todos los derechos para todas las mujeres” el fin de semana pasado en el Centro de Formación y Capacitación Mamá Tingó de la organización con la participación de más de 290 delegadas representando a 24 federaciones y 9 regiones del país. En ese encuentro también reconocieron la labor desarrollada por su Coordinadora General Juana Mercedes y compartieron tres días intensos de sesiones de trabajo, celebraciones, venta de artesanía y productos agrícolas también con la presencia de investigadoras, activistas, delegadas y delegados del resto del movimiento feminista y otras instituciones incluyendo el Foro Feminista Magaly Pineda, la Coalición por la Vida, la Salud y la Dignidad de las Mujeres, el Ministerio de la Mujer, la FAO, la Embajada de España y el alcalde del municipio de Nigua. Todo el país y especialmente todos los movimientos que luchamos por una sociedad más justa tenemos mucho que aprender de CONAMUCA y de las mujeres brillantes y valientes que la componen. ¡Muchas felicidades!