Un tema muy debatido, principalmente en los países latinos, es la gran cantidad de trabajadores informales en sus naciones. La informalidad laboral alude a todas las actividades económicas y ocupacionales que, en la legislación o en la práctica, no están cubiertas o están insuficientemente contempladas por sistemas formales. Este fenómeno es principalmente criticado por la elusión y evasión del pago de impuestos, así como por la nula seguridad social que tienen los empleados en dichos negocios. Ahora bien, ¿por qué un ciudadano optaría por evitar formalizar su labor?

Angel David Martinez Rodriguez, autor de este artículo

Antes que nada, es importante analizar las desventajas que la informalidad trae a la economía. Entre ellas, se encuentran una baja productividad, salarios reducidos, condiciones laborales precarias, inexistente seguridad social y laboral, entre otras consecuencias que, a largo plazo, generan crecimiento, pero en actividades menos productivas que podrían desarrollarse mejor bajo métodos convencionales.

Sin embargo, la informalidad es clave para el desarrollo de ciertos sectores económicos en el país. Por ejemplo, en el sector de la construcción, una mano de obra barata y externa, que trabajan durante largas jornadas por salarios bajos, permite acelerar las construcciones a un ritmo que sería difícil alcanzar en la formalidad en el corto plazo, aunque se pudiera alcanzar dentro de la formalidad en el mediano o largo plazo. En el sector comercio, la informalidad contribuye a reducir artificialmente los precios de los bienes al evitar el cobro del 18% de ITBIS, moviendo estas transacciones únicamente en efectivo. Esto atrae a más consumidores por los precios reducidos, convirtiéndose en una técnica anticompetitiva frente a los comerciantes formales.

Lamentablemente, obligar a todos a formalizarse creará una significativa desaceleración económica. El aumento de los costos por los impuestos obligatorios llevaría al cierre de muchos negocios y evitaría la creación de otros, lo que ocasionaría una ola de desempleo.

A pesar de todo, los ciudadanos racionales optarían por formalizarse si percibieran resultados claros provenientes de los organismos recaudadores que demuestren una correcta gestión del dinero aportado por empleadores y empleados formales. Desafortunadamente, la percepción del pueblo dominicano hacia el gobierno es mayormente negativa debido a las numerosas ocasiones en las que estos han defraudado a sus ciudadanos mediante casos de corrupción y mal manejo de recursos.

En 2023, la República Dominicana presentó una proporción de informalidad en su fuerza laboral del 55.67%, una cifra similar a la de países como Colombia (55.93%), Panamá (56.12%) y México (56.33%), según los datos de la OIT. Estos países latinos enfrentan problemas similares al abordar la informalidad, la cual se ha convertido en parte de la cultura de ciertos grupos específicos.

Un punto importante que destacar es el enorme problema que representa para el Estado la elevada evasión fiscal que persiste en la sociedad dominicana. Esta situación impide la recaudación del potencial completo de los impuestos, debilitando y empobreciendo al Estado, lo que a su vez deteriora las finanzas públicas. Se estima que la evasión tributaria total alcanza aproximadamente un 8% del PIB. La evasión está estrechamente relacionada con la informalidad, como se ha mencionado anteriormente, al no estar contempladas las actividades informales en los sistemas formales que, sumando a un complejo sistema fiscal, termina en una gran parte de la sociedad estar ajena de esta e incurrir en la evasión. Lamentablemente, esta problemática no disminuirá mientras no se implementen reformas efectivas que dificulten o incluso imposibiliten la evasión fiscal. A esto se suman múltiples factores y razones que contribuyen a perpetuar esta práctica.

Aunque la informalidad es una problemática injusta que debe ser solucionada, en nuestro país no se evidencia una lucha significativa contra ella por parte del gobierno o la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). A lo largo de los años, esta tendencia no muestra signos de reducción. No obstante, debido a la mala administración de los fondos públicos, es probable que, a mediano plazo, la informalidad esté generando oportunidades laborales y dinamizando la economía, lo que resulta en el desarrollo y crecimiento del país.

Entonces, ¿realmente no hay un incentivo en el país para evadir impuestos y mantenerse en la informalidad? Técnicamente no, ya que múltiples factores impiden que los negocios formales se pasen al ámbito informal. Sin embargo, la informalidad mantiene una relación simbiótica con el crecimiento actual del país, y será cuestión del futuro determinar si esta relación se convierte en parasitaria.

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