Construye tu morada en nuestras vidas,

cobíjate en las casas.

Conviértenos en espacio preferido

para sentir la fuerza del amor divino.

Fortalece en nosotros la vivencia en el espíritu.

Aviva la gracia que fluye de la misericordia,

rocía con la ternura que exhalas de tu corazón.

Habítanos para ser mejores seres humanos,

anticipar la alegría del reino divino;

escuchar con respeto a las personas;

apoyar, sin reticencia;

sonreír, sin exclusiones;

trabajar con sentido;

alabar en momentos inquietantes o serenos;

asumir tu proyecto con fidelidad dinamizante.

Reside y transforma nuestro pensamiento.

Fija tu morada en la voluntad.

Anida más allá de la libertad.

Arraiga en los deseos.

Enraíza sueños.

Fija la mirada en las penas,

asienta la compasión en los dolores.

Registra tu presencia en el miedo.

Ensancha tu estancia en las angustias.

Una aspiración, ser tu domicilio, Señor.

Te ofrecemos nuestro ser como residencia permanente.

Dinorah García Romero

Educadora

Investigadora del Centro Cultural Poveda - Directora  del Proyecto: Instituto Superior de Estudios Educativos Pedro Poveda. - Titular de Formación continuada en el Centro Cultural Poveda. - Docente del  Máster en Psicología de la Educación y Desarrollo Humano en Contextos Multiculturales,  Universidad de Valencia-Universidad Autónoma de Santo Domingo. - Co-Directora de Tesis en el Programa de Doctorado en Educación, Universidad de Valencia-Universidad-Autónoma de Santo Domingo.  

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