Según relatan historiadores dominicanos, periodistas y cronistas de espectáculos, así como columnistas de medios impresos y digitales del país, que durante la llamada Era de Trujillo, periodo dictatorial que se extendió desde el 1930 hasta el mes de mayo del 1961, se tomaron decisiones que en gran medida favorecieron el desarrollo de la clase y las actividades artísticas nacionales.

Confirmación de muchos de esos hechos los encontramos con total seguridad en las colecciones bibliográficas y hemerográficas del Archivo General de la Nación.

En esta segunda parte de esta serie de cinco entregas destacamos un hecho muy especial de la dictadura y su maquinara política, ocurrido como parte de la programación artística de la Feria de La Paz y el Mundo Libre, evento que se desarrolló desde el 20 de Diciembre de 1955, hasta el 31 de Diciembre de 1956.

En esa ocasión, la imagen internacional de la dictadura debía mostrar sus mejores galas ante los pueblos y gobernantes del Continente y el mundo. Por eso, la inversión económica dedicada a edificar una nueva ciudad, dentro de la que llevaba el nombre del sátrapa, fue extraordinaria. La historiografía y la hemerográfia relata que rondó los 30 millones de dólares de aquellos tiempos.

Las festividades no podían ser de bajo nivel ante tanta opulencia física. Dentro de ese fastuoso maratón de estrellas nacionales e internacionales que durante un año harían acto de presencia en los escenarios del país, no podía faltar la figura del más reconocido artista de géneros tropicales en ese tiempo: Xavier Cugat.

El célebre músico español, con cierta ascendencia cubana, no sólo se presentó con su banda, sino que fue contratado para producir, como ya externe en la entrega pasada, un álbum completo de merengues.

En este contexto resulta fundamental señalar y destacar que a quien la dictadura le encarga esa propuesta creativa, posee antecedentes biográficos y laborales muy extraordinarios y particulares como los siguientes: Francisco de Asís Javier Cugat Mingall de Bru y Deulofeu, realmente es Xavier Cugat en la vida artística. Nombre tan extenso y particular como su fructífera carrera artística.

Cugat era músico, compositor, director de orquesta, cantante, compositor de bandas sonoras para el cine, actor, director de cine, guionista, y violinista.

Su amplio repertorio musical incluía: La Conga, Mambo, Merengue, Rumba, y Samba. Su repertorio también incluyó: arreglos para canciones románticas, sobre todo en las voces de Tito Rodriguez, Miguelito Valdez, Abbe Lane, Charo Baeza, Vitin Avilés, entre otros intérpretes de esa época.

Independientemente de su versatilidad creativa, el amplio reconocimiento de Xavier Cugat llegó por sus constantes interpretaciones del mambo en clubes nocturnos, programas de televisión, y su participación en una extensa cantidad de obras cinematográficas.

Regularmente en las películas no ocupaba el rol protagónico, pero era la estrella invitada que marcaba el momento alegre, chispeante, divertido y muchas veces risible en las distintas producciones audiovisuales.

Su incursión en la vida artística la inició Cugat en 1935, diseñando las bandas sonoras de las primeras películas con sonido en el cine norteamericano y mundial. Precisamente, la primera película con sonido integrado al celuloide fue El Cantor de Jazz, producida por la Warner Brothers en 1927.

A partir de ese momento Xavier Cugat desarrolló una intensa carrera artística, fundamentada de manera extraordinaria en los ritmos tropicales de todos los países del continente, pero destacando su incursión en el mambo, a un grado tal de fama y reconocimiento, que fue imitado por otros músicos, entre los que destaca el cubano Damaso Pérez Prado.

En consecuencia y tomando en consideración su inmensa fama y profusa producción musical, no resulta extraño que los arquetipos del régimen de fuerza en el país, lo contrataran de manera extraordinaria para que produjera un álbum completo de merengues.

Lo que llama poderosamente la atención de Cugat como parte de los atractivos artísticos de La Feria de La Paz y la Confraternidad del Mundo Libre, no es el encargo contractual que aceptó para producirle a la dictadura trujillista un álbum completo de merengues en 1955, para estrenarlo dentro de ese cónclave continental y mundial, sino los temas, los músicos, y de manera particular, el intérprete del mismo.

Casi todos los interesados en los procesos históricos, sociales, políticos, económicos y culturales del país, estamos contestes en que la satrapia y sus protagonistas fundamentales gustaban mucho de hacer de manera monumental cada uno de sus actos y eventos. Sin duda alguna, para esa denominada Feria de La Paz, la figura dé Xavier Cugat en un rol destacado como ese, vendría a darle el carácter internacional al ritmo musical que por más de veinte y cinco años había acompañado todas las acciones políticas del hombre fuerte del régimen.

La contratación de Cugat para producir el álbum “Hay, Que Merengue Baila la Gente “, resulta a todas luces una estrategia mercadologica de la dictadura para dar a conocer la música del país y la preferida del jefe, tanto en el continente como en el mundo.

La producción artística diseñada y producida por Cugat y su orquesta bajo encargo, consta de doce merengues, los cuales tienen una duración conjunta de 34 minutos y 3 segundos.
La relación de los temas es la siguiente: Ay, Que Merengue, La Mucura, A Bailar Merengue, Compadre Pedro Juan, Lava Lavandera, Merengue Alegre, El Merengue, Las Chismosas, Mi Jaleo, Caballito de Madera, Marengue Flamenco, y Ritmo Tropical.

De esa producción musical destaca el hecho de que el intérprete de ocho de los temas sea el reconocido cantante de origen puertorriqueño Vitin Avilés. Resulta sumamente extraño que teniendo el país para esos años tantos intérpretes extraordinarios del ritmo, Xavier Cugat no incluyera ninguno de ellos en ese encargo creativo.

En la entrega número tres de esta serie, hablaré con rasgos particulares de la producción musical, de Cugat, Aviles y los intérpretes dominicanos de merengues en ese tiempo.

Agustín Cortés

Cineasta

Agustín Cortés Robles, nace en Santo Domingo, Capital de la República Dominicana el 23 de julio de 1957. Se graduó de Cineasta el 28 de octubre de 1983 en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, formando parte de la primera promoción universitaria de cineastas del país. Posee una maestría y una especialidad en Educación Superior (2003-2005) de la misma Alma Mater. Es miembro fundador del Colectivo Cultural ¨Generación 80¨ del país. Ocupó la Dirección de la Escuela de Cine, Televisión y Fotografía de la Facultad de Artes (UASD), durante dos periodos: 2008-2011 y 2011-2014. En esa unidad docente, además de Director, fue coordinador de las cátedras Teoría e Investigación Cinematográfica y Técnica Cinematográfica. Actualmente es profesor jubilado de la indicada Institución de Educación Superior.

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