Grupos de jóvenes ultranacionalistas israelíes marcharon por los barrios musulmanes de Jerusalén Este gritando “muerte a los árabes”, durante procesión anual del “Día de Jerusalén”. En paralelo el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben-Gvir, visitó la Explanada de las Mezquitas, lugar sagrado tanto para los musulmanes como para los judíos. Acciones que aumentan las tensiones entre las dos partes, en medio de la escalada de las hostilidades en Gaza.
Gritando "muerte a los árabes" y cantando "que arda su pueblo", grupos de jóvenes israelíes y ultranacionalistas marcharon el lunes 26 de mayo por los barrios musulmanes de la Ciudad Vieja de Jerusalén, durante una marcha anual.
La manifestación conmemora el llamado Día de Jerusalén, que recuerda la toma israelí de la parte este de la ciudad, incluida la Ciudad Vieja y sus lugares sagrados para judíos, cristianos y musulmanes, en la guerra de los Seis Días de 1967. El acto amenaza con exacerbar las tensiones que ya existen en la agitada ciudad en medio de casi 600 días de la escalada de la guerra en Gaza.
Los comerciantes palestinos habían cerrado temprano y la policía se alineó en los estrechos callejones antes de la marcha, que a menudo se convierte en una procesión ruidosa y a veces violenta de judíos ultranacionalistas. En un momento dado, un policía levantó los brazos en gesto de celebración al reconocer a un manifestante y acercarse para un abrazo.
Un pequeño grupo de manifestantes, incluido un miembro del parlamento israelí, irrumpió en un complejo en Jerusalén Oriental perteneciente a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, conocida como UNRWA.
Jerusalén se encuentra en el corazón del conflicto entre israelíes y palestinos, quienes ven la ciudad como una parte clave de su identidad nacional y religiosa. Es uno de los problemas más espinosos del conflicto y a menudo surge como un punto de fricción.
En la marcha del año pasado, que tuvo lugar durante el primer año de la guerra en Gaza, israelíes ultranacionalistas atacaron a un periodista palestino en la Ciudad Vieja y llamaron a la violencia contra los palestinos. Hace cuatro años, la marcha ayudó a desencadenar una guerra de 11 días en Gaza.
Autobuses turísticos que transportaban a jóvenes judíos ultranacionalistas se alinearon cerca de las entradas a la Ciudad Vieja con cientos de personas llegadas desde fuera de Jerusalén, incluidos asentamientos en la Cisjordania ocupada por Israel.
En un discurso pronunciado en un parque arqueológico de Jerusalén Este, situado en un barrio palestino, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió “preservar una Jerusalén unida y entera y la soberanía de Israel”. El líder del Likud aseguró que su Gobierno está incitando a las embajadas extranjeras a reconocer Jerusalén como capital de Israel e invertir miles de millones de shekels, la moneda del país, en el desarrollo de la ciudad.
Voluntarios de la organización pacifista Standing Together y del colectivo Free Jerusalem, que trabajan con palestinos en la disputada ciudad, intentaron situarse entre los manifestantes y los residentes para evitar la violencia.
Un comerciante barrió el suelo después de que los manifestantes volcaran su balde de hojas de laurel. Un grupo de jóvenes judíos israelíes también siguió a una mujer palestina por las calles, llamándola “charmouta”, “puta” en árabe.
“Este es nuestro hogar, este es nuestro Estado”, gritó un manifestante a una mujer palestina. “¡Vete de aquí!”, respondió ella, en hebreo.
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Aumento de las visitas judías a un lugar sagrado conflictivo
El ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben-Gvir, que supervisa las fuerzas policiales del país, visitó un lugar sagrado para judíos y musulmanes en la cima de una colina, donde actualmente se encuentran la mezquita de Al-Aqsa y la Cúpula de la Roca. También se pudo ver a un legislador israelí, Yitzhak Kroizer, rezando.
La percepción de que los judíos han invadido el lugar ha desencadenado una violencia generalizada en varias ocasiones desde hace décadas.
“Estamos celebrando una fiesta para Jerusalén (…) Realmente hay muchos judíos inundando el Monte del Templo. Qué bonito es ver eso”, aseguró Ben-Gvir, acompañado por otros legisladores y un rabino.
Beyadenu, un grupo activista que anima a los judíos a visitar el lugar, señaló que docenas de personas habían subido este lunes al recinto sagrado envueltas en la bandera israelí y habían rezado allí.
Desde que Israel capturó el lugar en 1967, un entendimiento tenue entre las autoridades religiosas israelíes y musulmanas en el complejo ha permitido a los judíos, que veneran el sitio como el Monte del Templo, el lugar de los templos bíblicos, visitarlo pero no rezar allí.
Ben-Gvir sostiene que está cambiando ese statu quo. Los palestinos aseveran que llevaba erosionándose durante mucho tiempo debido a un aumento en las visitas judías al sitio.
“Hoy, gracias a Dios, es posible rezar en el Monte del Templo”, señaló Ben-Gvir en el sitio, según un comunicado de su oficina.
Por su parte, la oficina de Netanyahu ha señalado que no ha habido cambios en el statu quo. La Policía indicó que la marcha de este lunes no entraría en el sitio.
Israel considera a toda Jerusalén como su capital "eterna e indivisible". Sin embargo, su anexión de Jerusalén Este no tiene reconocimiento internacional. Los palestinos, por su parte, reclaman un Estado independiente con Jerusalén Este como su capital.
Para muchos en Israel, el denominado Día de Jerusalén es una ocasión alegre que marca un momento de redención en la historia de su país, cuando se restauró el acceso al sitio sagrado judío clave del Muro Occidental y la ciudad se unificó. Pero en los últimos años, la marcha del Día de Jerusalén en la ciudad ha sido dominada por jóvenes israelíes nacionalistas y religiosos y en algunas ocasiones ha derivado en violencia.
“Este Día de Jerusalén se hace una gran declaración al mundo árabe (…) Si piensan que pueden alejar a los judíos de Jerusalén, entonces no entienden la perseverancia, no entienden la conexión y no entienden nuestra relación con Dios”, afirmó Daniel Luria, director ejecutivo de la organización de colonos Ateret Cohanim.
También aseveró que las canciones y cánticos racistas procedían de una subsección de “jóvenes exaltados” y que “no eran una tragedia”.
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Manifestantes asaltan el complejo de la ONU en Jerusalén
El coordinador de UNRWA en Cisjordania, Roland Friedrich, declaró que alrededor de una docena de manifestantes israelíes, entre ellos Yulia Malinovsky, una de las legisladoras detrás de una ley israelí que prohibió la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados palestinos (UNRWA), entraron por la fuerza en el complejo, escalando su puerta principal bajo los ojos de la policía israelí.
Los manifestantes portaban una pancarta en la que pedían que el complejo se convirtiera en un asentamiento israelí. El ministro de Vivienda del Estado de mayoría judía declaró el año pasado que había dado instrucciones al ministerio para “examinar la forma de devolver la zona al Estado de Israel y utilizarla para viviendas”.
Israel ha acusado a la agencia, el mayor proveedor de ayuda en Gaza, de estar infiltrada por Hamás, acusaciones que la ONU ha negado.
No hubo comentarios inmediatos de la policía israelí sobre el incidente.
El complejo ha permanecido prácticamente vacío desde finales de enero, después de que la UNRWA pidiera al personal que no trabajara desde allí, temiendo por su seguridad. La ONU afirma que no ha desalojado el complejo y que está protegido por el derecho internacional.
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