El domingo 25 de mayo, Washington y Bruselas acordaron extender hasta el 9 de julio las negociaciones para evitar una guerra comercial. El viernes, el jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, había amenazado con aranceles del 50% para los bienes europeos en vista de la falta de avances. Y, aunque aún hay tiempo para llegar a un acuerdo, las exigencias de Trump ponen contra las cuerdas a la UE.
Aunque Estados Unidos y la Unión Europea (UE) extendieron las negociaciones comerciales, el bloque de los Veintisiete sigue en apuros.
El 25 de mayo, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, aceptó en una llamada con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, una propuesta de Bruselas de extender la fecha límite hasta el 9 de julio para alcanzar un acuerdo sobre los aranceles.
La conversación tuvo lugar dos días después de que el republicano amenazara con imponer un impuesto del 50% a las importaciones de la UE, luego de afirmar que las negociaciones sobre el futuro de los aranceles —que comenzaron tras el anuncio de Trump de una tregua de 90 días a los gravámenes— “no están yendo a ninguna parte”.
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No obstante, la UE se ha mostrado optimista frente a la extensión del plazo. Este lunes, un portavoz del bloque europeo aseguró que “ahora hay un nuevo impulso para las negociaciones” y que estas seguirán “adelante a partir de ahí”.
En ese sentido, los representantes comerciales de Bruselas y la Casa Blanca mantuvieron conversaciones el lunes.
El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, describió como unas "buenas conversaciones" el diálogo telefónico sostenido con el secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick.
La Comisión Europea "mantiene su firme compromiso con los esfuerzos constructivos y enfocados para avanzar hacia un acuerdo con EE. UU. Mantenemos un contacto constante", sostuvo Sefcovic en un mensaje en redes sociales.
Y, aunque la pausa le da un respiro a los 27 Estados, los recientes cambios de opinión de Trump ha generado más zozobra sobre su política comercial. Mientras, del otro lado, aún no está claro cómo la UE materializará este nuevo “impulso” en un acuerdo comercial mutuamente beneficioso, con Washington presionando con pedidos de grandes concesiones.
Michael Pfister, estratega del banco alemán Commerzbank, aseguró este lunes que “es cuestionable qué ha cambiado en términos de los problemas fundamentales” después de la llamada de Trump y Von der Leyen.
El grupo de los Veintisiete ya enfrenta aranceles estadounidenses del 25% sobre las importaciones de acero, aluminio y automóviles, y los llamados aranceles “recíprocos” del 10% para casi todos los demás bienes, un gravamen que debía aumentar al 20% luego de que expire la pausa de 90 días de Trump en julio.
Y la disputa comercial no termina. El impuesto comercial podría aumentar a 50% si no se llega a un acuerdo, lo que podría incrementar los precios al consumidor en la mayoría de bienes europeos, desde los vehículos como los BMW y Porsche, hasta el aceite de oliva italiano.
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¿En qué van las negociaciones?
Estados Unidos quiere reducir su déficit comercial de bienes con la Unión Europea, que el año pasado fue de casi 228.000 millones de dólares, a pesar de que tiene un superávit considerable en el comercio de servicios.
La Casa Blanca ha enviado a Bruselas una lista de exigencias, que incluye las llamadas barreras no arancelarias que quiere que se aborden; entre ellas está el impuesto sobre el valor añadido, las normas de seguridad alimentaria de la UE y los impuestos nacionales sobre los servicios digitales.
Una fuente conocida por Reuters, familiarizada con las negociaciones, aseguró que Trump quería un acuerdo rápido con una mezcla de victorias tangibles y simbólicas, aunque le estaba pidiendo al grupo de los 27 concesiones mucho más allá de lo que estaba dispuesto o era capaz.
Por ejemplo, los impuestos son competencia de cada Estado miembro de la UE, por lo que la Comisión no puede simplemente negociarlos.
Bernd Lange, presidente de la Comisión de Comercio del Parlamento Europeo, que encabeza un grupo de legisladores que negociará esta semana con la Administración republicana, dijo que Estados Unidos veía barreras comerciales donde no las hay.
“Se trata de nuestras normas, nuestra normativa sobre productos químicos y nuestra normativa digital”, aseguró Lange.
En ese sentido, el funcionario europeo subrayó que “no se trata de barreras arancelarias”, agregando que eso “no está en la mesa de negociaciones”.
Tras llamada con Von der Leyen, Trump dice que EE. UU. está volviendo a ser “respetado”
Luego de la conversación con la funcionaria europea, el presidente estadounidense aseguró que “todo el mundo” quiere negociar con su país. El republicano dijo que “pronto”, Estados Unidos experimentará “un crecimiento tremendo y será más fuerte que nunca!".
En paralelo, agregó: “en tan solo cuatro meses volvemos a ser respetados, respetados como nunca antes, y solo esperen, con billones de dólares invertidos en plantas y fábricas, a ver las cifras de CRECIMIENTO”.
En los cuatro meses que menciona el presidente estadounidense, el comercio mundial ha sufrido las consecuencias de la política comercial del jefe de la Casa Blanca, con registros récord en los indicadores económicos y un cambio de rumbo con relación a la primera potencia mundial.
Los mercados sonríen
La sensibilidad comercial ante las negociaciones con la Casa Blanca es tal que, este lunes, el índice bursátil paneuropeo STOXX recuperó el nivel en el que cotizaba antes de la amenaza arancelaria de Trump del viernes pasado y el euro subió a su nivel más alto desde finales de abril.
Por su parte, las acciones en el sector automovilístico europeo, sensible a las presiones arancelarias, registraron un aumento junto con los índices de los bienes de lujo.
Emmanuel Macron, presidente de Francia, ha dicho que tiene "confianza" tras la llamada de Von der Leyen y Trump.
"¿Cuál es nuestro objetivo? Tener un marco de inversiones y de intercambios con EE. UU. y que se sea lo más leal y justo posible", afirmó el mandatario francés este lunes desde Hanói.
En paralelo, Macron subrayó la postura de su país: "Pensamos que los desequilibrios comerciales, cuando existen, no se arreglan con tarifas".
Con Reuters y EFE
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