Donald Trump confirmó el inédito ataque del martes 2 de septiembre a una embarcación, que, según indicó, transportaba droga y a miembros de la banda criminal transnacional Tren De Aragua. El Gobierno venezolano denuncia que el video del ataque es una creación de inteligencia artificial. Analistas aseguran que Trump apunta a desestabilizar a Nicolás Maduro. ¿Pero, también está en riesgo la soberanía latinoamericana?
El ataque de Estados Unidos a una embarcación en el Caribe, en la que según Trump murieron "11 terroristas" del Tren de Aragua, fue desestimado por Venezuela, que ya dijo que las imágenes difundidas por el republicano eran hechas con inteligencia artificial. El inédito episodio abre un debate en torno a los reales objetivos del presidente de EE. UU. en la región y de si existe un peligro inminente de invasión del país caribeño y su soberanía.
Expertos que dialogaron con France 24 señalaron que con el despliegue cerca a aguas venezolanas y ahora con el ataque Trump busca aumentar la presión sobre Caracas y satisfacer a la oposición venezolana, pero desestiman la posibilidad de una “invasión militar”, como había dicho el presidente Nicolás Maduro.
“Trump cumplió con su anuncio de que iba a utilizar la fuerza naval -que está hecha para otra cosa- en una acción contra el narcotráfico; en segundo lugar, así envía un mensaje muy fuerte de que va a utilizar esa fuerza descomunal y desproporcionada para lo que él determine; tercero, le está diciendo a Maduro que lo que podría venir después será más fuerte”, sostuvo el analista en defensa y temas militares Luis Alberto Villamarín a France 24.
El mandatario republicano parece volver a su estrategia de “máxima presión” sobre Venezuela, política que buscó aplicar durante su primera estadía en la Casa Blanca (2017-2021) y con la que buscaba provocar un cambio de régimen en el país caribeño.
Villamarín da por descontado que Maduro no se sostendrá en el poder y aseguró que el ataque de Trump “es una forma de demostrarle a Venezuela que Maduro se va a caer”.
Estimó que esto se producirá porque desde EE. UU. “están gestando, de manera paralela, moverle el piso al Gobierno venezolano. Eso va a generar un levantamiento popular muy fuerte porque ante esa amenaza de fuerza de Trump, Caracas le dice ‘si usted ataca al pueblo venezolano sacaremos todas las organizaciones, los llamados ‘colectivos’ [grupos armados], a reprimir al que esté en contra. Y ante eso, el mensaje de Trump es para la oposición venezolana, es un espaldarazo”.
Sin embargo, el horizonte de una invasión militar es descartado por los analistas que ven las amenazas y ataques de Trump más como un elemento para forzar a negociaciones más favorables al actual líder de Washington.
En esta línea, Luis Montes, analista político y experto en asuntos de Estados Unidos, valoró:
“Trump está queriendo hacer ruido. Como ya nos tiene acostumbrados, hace amenazas, hace un par de movimientos pero que en realidad no tienen mayor sustancia, es parte de la negociación y de su forma de negociar”
Agregó además que si bien no cree que “la soberanía latinoamericana esté comprometida”, Trump “va a tratar de manosear el asunto como lo está haciendo en Brasil con el caso [del expresidente Jair] Bolsonaro y va a tratar de hacer otro par de movimientos, aunque no lo veo en un proceso expansivo”.
El especialista dijo en diálogo con France 24 que no cree “que haya una intención verdadera de invadir militarmente a Venezuela”, y consideró que con el aumento de la recompensa a 50 millones de dólares para quien aporte información que permita capturar al mandatario venezolano, lo que busca el republicano es “generar una tensión dentro de las filas de Maduro para provocar, quizás, una traición dentro de su círculo”.
Villamarín agregó que la experiencia de EE. UU. en lugares como Afganistán e Irak demuestra que “las invasiones terrestres nunca son efectivas para ningún ejército”, ya que estos deben “enfrentar una guerra irregular” y Washington sabe que “eso no les conviene”. Aun más si se tiene en cuenta la situación que se está viviendo en otros escenarios” bélicos. Entonces no se van a comprometer en una guerra, pero sí usan la amenaza y la fuerza”.
A eso se suma que, para el especialista, aun cuando la de Maduro sea metafóricamente “una muerte anunciada”, a EE. UU. le tocará “la reconstrucción de Venezuela porque ellos no tienen con qué. Y una cosa es la amenaza del uso de la fuerza y otra es reconstruir el país, por eso tienen que manejar las cosas con mucho tacto”.
El factor interno en EE. UU. : "amenaza vacía"
El factor interno de la política estadounidense, tanto en las filas del Gobierno como en los electores republicanos, es parte de la ecuación a la hora de analizar las acciones de Trump.
Para Montes, las decisiones del mandatario y empresario “muchas veces son cortinas de humo que él tira cuando tiene crisis domésticas”. En las filas del Gobierno, existen diferencias entre, por ejemplo, el secretario de Estado, Marco Rubio, a quien el analista definió como “una parte más ideológica y con aspiraciones políticas de llegar más lejos”, y el enviado especial de Trump para Venezuela, Richard Grenell, “que representa más los intereses corporativos”.
Además, a nivel doméstico, el rivalizar con Venezuela “a Trump le suben los puntos”. Por ejemplo, “en el sur de la Florida, donde particularmente hay más población venezolana y cubana, esto es carne roja para esa base”, estimó Montes y, en suma, dijo que cree que toda esta rivalidad “va a quedar en una amenaza vacía”.
Para Villamarín, la decisión de Trump “está desatando una tormenta interna porque allá las organizaciones de Derechos Humanos se le van a ir encima cuestionando cómo va a utilizar semejante poder militar contra una embarcación” pequeña que no puede llevar mucho”, a la vez que estimó que “esto va a dilatarse y los demócratas lo van a aprovechar en campañas políticas”.
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¿Cartel o “sistema de corrupción generalizada”?
El Gobierno de Trump, además del ataque del martes, advirtió el despliegue de buques destructores, con alrededor de 4.500 soldados a bordo. Según la Administración republicana, de este modo buscan frenar el paso de drogas hacia el territorio estadounidense y apuntan de forma directa al Cartel de los Soles, al que vincula con el Gobierno de Maduro, algo que Caracas niega.
Este punto suscitó otro debate, ya que si el objetivo de la Casa Blanca es luchar contra el narcotráfico que, en sus palabras, “contamina” a EE. UU., cabe preguntarse por qué decidió rivalizar con Venezuela antes que con países como Colombia, considerado mayor productor de cocaína a nivel global.
Para Villamarín, “como el régimen de Maduro no es reconocido, le es rentable a Trump para su audiencia interna atacar a un dictador, además de que este apoya a los terroristas de Hezbolá, y como el narcotráfico sigue saliendo por toneladas y porque en México relatan muchas relaciones con Caracas, además de que en el futuro en Venezuela hay un negocio grande con el petróleo”.
Previo al ataque y despliegue en el Caribe, la Administración Trump duplicó a 50 millones de dólares la recompensa por quien aporte información que permita la captura del mandatario venezolano, a la vez que declaró al Tren de Aragua y el Cartel de los Soles como organizaciones terroristas.
“Trump quiere tener la reputación de un mandatario duro en contra del crimen y de los gobiernos de izquierda o antiestadounidenses, entonces creo que esto es parte de la creación de esa imagen. Pero si el despliegue militar en aguas del Caribe es un intento de presionar al Gobierno de Maduro, el ataque de la lancha es parte de la misma estrategia aunque a la vez es algo distinto, porque no fue en contra del régimen en sí, fue en contra de un grupo”, dijo a France 24 Mike LaSusa, subdirector de contenido de la plataforma de investigación InSight Crime.
LaSusa asegura que las definiciones de Trump respecto al Cartel de los Soles -grupo delictivo que comenzó a conocerse en 2004, cuando el periodista y concejal Mauro Marcano (asesinado en 2004) acusó al entonces jefe de la Guardia Nacional de Venezuela, Alexis Maneiro, y a otros oficiales de estar involucrados en el narcotráfico- son “inexactas”.
“La manera en que el Gobierno de Trump está hablando del Cartel de los Soles y el Tren de Aragua es inexacta. Desde nuestro punto de vista, el primero de estos no existe como grupo cohesionado, es más bien un sistema de corrupción generalizada, no dirigida por Maduro, muy descentralizado. Y la idea de conexiones con el Tren de Aragua tampoco es realista”, explicó.
InSight Crime define a este grupo como un conglomerado de "oscuros grupos dentro del Ejército de Venezuela implicados en una amplia gama de actividades criminales", desde contrabando de gasolina, la minería ilegal y otros esquemas de corrupción.
Para LaSusa, las acciones de Trump no necesariamente van a persuadir a los grupos criminales ya que considera que estos “son muy adaptativos; si cierran una ruta, como esta a través del Caribe, van a encontrar otras para llegar a los consumidores”. De todos, indicó que habrá que prestar atención a los pasos que siguen ya que “Trump dijo que habrá más ataques” como los del martes.
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Recursos naturales ¿en la mira?
Nicolás Maduro declaró el martes que EE. UU. busca hacerse con el petróleo, el gas y los recursos venezolanos. También en este punto los especialistas ven más que el accionar de Trump podría ser el de buscar mejores condiciones para las empresas estadounidenses antes que una ocupación o toma directa de los mismos.
“Cualquier país rico en minerales como petróleo y gas tienden a generar interés por parte de las potencias, pero no veo que Trump pueda hacerse de ellos. Quizás más bien le puede dar una ventaja a las petroleras de EE. UU. para extraer más petróleo, cosa que de momento no se puede como lo hemos visto con la licencia de Chevron y demás”, evaluó Montes y agregó que no es ningún secreto el hecho de que “Venezuela no generaría el interés que genera si fuera un país con menos recursos”.
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Sin embargo, de esto no dedujo que la presencia de valiosos recursos naturales “sea suficiente para que Trump llegue a una invasión”.
Para Villamarín, “es algo que lo necesitan ambos. Estados Unidos, que tiene refinerías de (la estatal venezolana) PDVSA, a través de Citgo, que están paralizadas, y Venezuela, que sin esos recursos no tiene nada en el escenario. Sus hidrocarburos y todo el arco minero son un tesoro sobre el que está sentado”.
Pero, según el analista, “el Estado no está recibiendo nada y la que se está enriqueciendo es la mafia” que los comercializa.
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