Este viernes 31 de octubre, cuatro personas murieron, entre ellas una niña de siete años, como consecuencia de nuevos bombardeos rusos contra objetivos de la red energética de Ucrania, que según el Gobierno de Kiev persiguen crear una “crisis humanitaria”. Drones ucranianos también han causado daños en instalaciones eléctricas rusas en las últimas horas. Entretanto, un jefe de los servicios de inteligencia ucranianos reveló que en 2023 su país logró desactivar un misil Oreshnik, que Vladimir Putin ha calificado como indetectable.
Una niña de siete años murió durante un ataque ruso en la región de Vinnytsia, en el centro occidente de Ucrania, durante una de las ofensivas ejecutadas este 31 de octubre por el Ejército ruso, dirigidas a afectar la red energética del país.
Fue una de las cuatro víctimas de una jornada en la que Rusia lanzó 653 drones y 52 misiles balísticos y de crucero, dirigidos a afectar objetivos del sistema eléctrico ucraniano, en momentos en que comienzan a registrarse descensos de temperatura en vísperas del invierno.
Ucrania aseguró que logró derribar 592 aviones no tripulados y 21 misiles, pero no pudo evitar ni los cortes de electricidad en varias regiones por parte del operador público Ukrenergo, ni lo que el mayor proveedor privado de energía, DTEK, calificó de “graves daños” en sus centrales térmicas.
Los bombardeos incluyeron a Zaporizhia, en el sur, que alberga la central nuclear más grande de Europa, donde edificios residenciales fueron alcanzados por las bombas, causando la muerte de dos personas y heridas a decenas, entre ellas cinco niños, según denunció el presidente Volodímir Zelenski en la plataforma X.
La cuarta víctima se registró durante ataques con “artillería, morteros y drones de varios tipos” en Jersón, de acuerdo con un comunicado de la fiscalía de esa región.
Servicios de emergencia reportaron una ofensiva nocturna con drones y misiles sobre la región de Sumy, fronteriza con Rusia, donde 11 personas resultaron heridas, entre ellas cuatro niños. Las detonaciones estuvieron dirigidas a infraestructura pública, como un depósito ferroviario, pero también afectaron edificios residenciales y casas privadas.
Rusia aseguró que su “ataque masivo” tuvo como objetivo “empresas militares e industriales”, “infraestructuras energéticas” que las alimentan y “aeródromos militares” y que como consecuencia de la operación habían sido capturados otros tres pueblos: Sadove en Járkiv, Krasnogirske en Zaporizhia y Novooleksandrivka en Dnipro.
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Buscando crear una “crisis humanitaria”
La ministra de Energía de Ucrania, Svitlana Hrynchuk, denunció la intención de Rusia de crear una “crisis humanitaria” con sus ataques contra la infraestructura de generación, en momentos en que se aproxima el invierno.
"Están atacando directamente infraestructura civil y lo saben muy bien. Lo que quieren es dejar a Ucrania en la oscuridad, quieren congelar a Ucrania y quieren crear una crisis humanitaria", aseguró Hrynchuk durante su participación en una reunión de ministros de Energía del G-7 en Toronto.
La funcionaria agregó que las ofensivas rusas han inutilizado "una enorme capacidad de producción doméstica de gas natural", usado para calentar 70% de las viviendas del país durante el invierno.
Pero Ucrania también ha infligido daños a instalaciones energéticas rusas. Sus drones impactaron objetivos eléctricos en las regiones de Oriol, Vladímir y Yaroslavl, lo que ocasionó cortes de servicio en parte de esos territorios, y obligó a recurrir a conexiones de reserva.
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Armamento ruso bajo la lupa
Rusia habría usado 23 veces en los últimos dos meses misiles 9M729, un armamento que causó el retiro de Estados Unidos del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio en 2019.
La denuncia fue hecha por el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andréi Sibiga, y por otro funcionario que habló con la agencia Reuters, y constituyen la primera confirmación del uso de este tipo de proyectiles lanzados desde tierra.
Estados Unidos argumenta que el 9M729 viola el Tratado, que fue alcanzado durante la Guerra Fría, en 1987, ya que es capaz de viajar más allá del límite de 500 km por hora que establece dicho pacto.
Consultado al respecto durante su habitual conferencia de prensa, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, eludió responder y pidió a los periodistas dirigir la pregunta “a los militares".
"Qué misiles, sistemas de lanzamiento y armas específicos se están utilizando. Esto debería preguntarse al Ministerio de Defensa", puntualizó.
De confirmarse el uso de este tipo de misiles, se sumaría a una escalada armamentista por parte de Rusia, que en los últimos días aseguró haber probado con éxito su misil de crucero Burevestnik y un torpedo llamado Poseidón, ambos proyectiles de propulsión nuclear.
Por otra parte, el jefe del servicio de seguridad de Ucrania (SBU),Vasyl Maliuk, sostuvo frente a la prensa que una operación de tres agencias de espionaje de su país permitió destruir en 2023 uno de los misiles Oreshnik de alcance intermedio de Rusia, que ha sido presentado por Putin como “indetectable”.
La novedad, que fue compartida durante una sesión informativa con el presidente Zelenski, no pudo ser validada de forma independiente por agencias de noticias.
De confirmarse, supondría un revés para la industria armamentista rusa, que ha presumido de los misiles Oreshnik por tener “poder destructivo comparable al de un arma nuclear” (algo que expertos han puesto en duda) y ser imposibles de detectar.
Según Maliuk, el Oreshnik fue “destruido con éxito en su territorio (ruso) en Kapustin Yar”, en una operación en la que participaron la agencia de inteligencia ucraniana y aliados extranjeros.
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Con AFP, Reuters y EFE
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