Berlín se prepara para ser escenario de un intento más por conseguir un alto el fuego en Ucrania, que sufrió nuevos ataques a su red energética, los cuales han dejado a más de un millón personas sin electricidad en momentos en que las temperaturas se acercan al punto de congelación.
Un funcionario de la Casa Blanca que habló con la agencia AP bajo condición de anonimato confirmó que el enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, y el yerno del presidente Donald Trump, Jared Kushner, encabezan la comitiva que espera avanzar en el plan de paz propuesto por Washington para Ucrania.
La confirmación del viaje de Witkoff y Kushner a Berlín puede ser interpretada como una señal de que Estados Unidos cree que es posible lograr progresos, pues la Casa Blanca había anunciado el 11 de diciembre que solo enviaría una delegación si consideraba que se podía avanzar en un acuerdo.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, por su parte, ratificó su asistencia al encuentro en Alemania, destacando que la discusión sobre los “fundamentos de la paz” también reuniría a aliados europeos.
We are currently preparing for meetings with the U.S. side and our European friends in the coming days. Berlin will host many events.
There will be a briefing from Secretary Umerov and our negotiating team on their contacts that have already taken place. General Hnatov and… pic.twitter.com/pqn9p646YJ
— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) December 13, 2025
En un discurso a la nación el 13 de diciembre, Zelenski insistió en la importancia de alcanzar una paz “digna” y las garantías de que Rusia “no volverá a Ucrania para una tercera invasión”.
"Lo más importante es que me reuniré con los enviados del presidente Trump, y también habrá reuniones con nuestros socios europeos, con muchos líderes, sobre la base de la paz, un acuerdo político para poner fin a la guerra", afirmó Zelenski.
Europa se blinda para una nueva era
El canciller alemán Friedrich Merz, anfitrión del evento, pronunció un agresivo discurso ante un congreso de su partido en Múnich, en el que advirtió que Europa debía prepararse para una nueva relación con Estados Unidos, a medida que crece la amenaza que representa Rusia para el continente.
“Las décadas de la Pax Americana han terminado en gran medida para nosotros en Europa, y para nosotros también en Alemania. Ya no existe como lo conocíamos”, apuntó Merz.
“Los estadounidenses ahora persiguen muy, muy agresivamente sus propios intereses. Y eso solo puede significar una cosa: que nosotros también debemos ahora perseguir nuestros propios intereses”, agregó el canciller alemán.
Reino Unido, Francia y Alemania han estado tratando activamente de introducir modificaciones al plan propuesto por Washington, que prevé cesión de territorios a Rusia (incluyendo varios que aún no controla), el abandono del plan de adhesión de Ucrania a la OTAN y la imposición de límites a sus fuerzas armadas.
El primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, conversó con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sobre el plan de paz presentado por Estados Unidos.
De acuerdo con un comunicado oficial de Downing Street, ambos líderes coincidieron en que Europa estará al lado de Ucrania “durante todo el tiempo necesario para lograr una paz justa y duradera”, un lenguaje que parece salir al paso a la presión de Trump para que Zelenski dé una respuesta rápida a sus planes.
Fuego, frío y oscuridad
Mientras continúan los esfuerzos diplomáticos, la guerra sigue su curso con fuertes ofensivas por parte de Rusia contra la infraestructura energética enemiga.
Ataques nocturnos que involucraron más de 450 drones y 30 misiles, de acuerdo con Zelenski, dejaron sin electricidad a más de un millón de personas en cinco regiones ucranianas, que ahora quedan sin calefacción en momentos en los que las temperaturas se acercan al punto de congelación.
Kiev, por su parte, realizó un ataque con drones contra la ciudad rusa de Saratov, dejando dos víctimas mortales en un edifico residencial, y según sus fuerzas militares recuperó la parte norte de Pokrovsk, lo cual representaría un nuevo revés contra el ejército ruso, que el 2 de diciembre había dicho que tenía control total de la estratégica ciudad.
Ucrania ya había avergonzado a Moscú el 12 de diciembre, cuando el presidente Zelenski apareció haciendo una transmisión desde Kupiansk, una localidad de Járkiv que Rusia aseguró tener bajo su poder desde el 21 de noviembre.
La marina ucraniana acusó a Rusia de haber atacado deliberadamente un buque civil turco, que se sumaría a otros tres de la misma bandera que fueron dañados por fuego ruso el 12 de noviembre, en medio de la ofensiva contra puertos ucranianos.
El Kremlin amenazó a Ucrania con aislarla del mar, luego de que Kiev causara daños a tres buques de la flota con la que Rusia intenta evadir las sanciones contra su petróleo.
La embarcación turca atacada este 13 de diciembre en un puerto ucraniano sufrió daños menores, y pudo continuar vía a Egipto con su carga de aceite de girasol.
Kiev denunció que la ofensiva tuvo lugar “en mar abierto, en la zona económica exclusiva de Ucrania, fuera del alcance de los sistemas de defensa aérea ucranianos”. En el mismo comunicado, aseguró que Rusia estaba violando las leyes marítimas con este tipo de acciones.
Con AP y Reuters
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