Las divergencias en la respuesta de la Unión Europea a la ofensiva arancelaria del presidente Donald Trump se pusieron de manifiesto en una reunión de los ministros de Comercio del bloque celebrada el lunes. Francia abogó por que la UE considere la posibilidad de imponer aranceles a los servicios digitales estadounidenses, lo que provocó las críticas de Irlanda, que depende en gran medida de la inversión estadounidense, especialmente en el sector tecnológico.
¿Debe la Unión Europea (UE) atacar a las grandes empresas tecnológicas y de servicios estadounidenses en respuesta a la ofensiva arancelaria del presidente Donald Trump? Las diferencias sobre esta cuestión clave se pusieron de manifiesto el lunes, mientras el club comunitario buscaba una muestra de unidad en la respuesta.
El comisario de Comercio de la UE, Maros Sefcovic, dijo que el bloque de 27 países estaba sopesando su respuesta a un “cambio de paradigma del sistema comercial mundial”, ya que los aranceles arrolladores de Trump hicieron que los mercados mundiales se desplomaran.
Los ministros de Comercio están de acuerdo en que Bruselas debe negociar con Washington para evitar una guerra comercial perjudicial.
Sin embargo, el bloque ya ha prometido fuertes contramedidas en caso de que las negociaciones con el equipo de Trump fracasen, y los ministros esperaban el lunes reducir sus diferencias sobre lo que podría implicar esa respuesta.
Antes de las negociaciones en Luxemburgo, Francia se mostró contundente e instó a la Unión Europea a no descartar una respuesta comercial “extremadamente agresiva” a Trump.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señaló la semana pasada que Bruselas tenía distintas opciones para responder a Washington, señalando que el bloque “tiene muchas cartas”.
Con el apoyo de Alemania y Austria, París ha estado presionando para que la UE considere la posibilidad de atacar los servicios estadounidenses, incluidos los digitales, lo que ha provocado las críticas de Irlanda, que depende en gran medida de la inversión estadounidense, en particular en los sectores farmacéutico y tecnológico.
El ministro irlandés de Comercio, Simon Harris, declaró a la prensa que atacar los servicios “sería una escalada extraordinaria en un momento en el que debemos trabajar para reducir la tensión”.
Pero si Trump toma el superávit de bienes del bloque con Estados Unidos -lo que significa que exporta más de lo que importa- como su razonamiento para perjudicar a la UE, los funcionarios han indicado que Bruselas podría apuntar al superávit de servicios de Washington en respuesta.
El superávit comercial de bienes del bloque de 27 países con el país norteamericano en 2023 era de 157.000 millones de euros (equivalente a 171.000 millones de dólares). Sin embargo, en servicios, donde dominan las empresas estadounidenses, el bloque europeo tenía un déficit comercial de 109.000 millones de euros con Estados Unidos.
“Bazuca” comercial
Francia y Alemania han planteado específicamente la posibilidad de desplegar una nueva herramienta denominada instrumento contra la coerción (IAC), un arma comercial que nunca se ha utilizado y que ha sido bautizada como “bazuca”.
Adoptada por primera vez en 2023, otorga a la Unión Europea mayores poderes para responder a la coerción comercial, con opciones disponibles que incluyen restringir a las empresas estadounidenses de las licitaciones públicas, limitar el comercio de servicios, así como la protección de los derechos de propiedad intelectual.
“No debemos excluir ninguna opción sobre bienes, sobre servicios… y abrir la caja de herramientas europea, que es muy completa y también puede ser extremadamente agresiva”, dijo el ministro francés de Comercio, Laurent Saint-Martin, refiriéndose explícitamente a la herramienta ACI.
El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, afirmó igualmente que Europa debe estar preparada para utilizarla.
Harris dejó claro que Irlanda se oponía. “Es en muchos sentidos la opción nuclear si se empieza a hablar del uso de los instrumentos contra la coacción y similares”, aseveró.
“Lo importante aquí es que Europa reaccione con calma y mesura”, dijo Harris, una postura respaldada por Italia y España, que no hicieron referencia a los servicios de golpeo.
El ministro español de Comercio, Carlos Cuerpo, dijo que el bloque debe “transmitir el mensaje de que no queremos escalar ningún conflicto”. Mientras que el italiano Antonio Tajani afirmó que Europa debe “evitar reacciones incontroladas que causen daños” a ambas partes.
“Esperar y ver”
Para calibrar su respuesta, un diplomático europeo dijo que la UE estaba esperando a ver cómo respondía Estados Unidos a las represalias de Beijing con aranceles más altos que entrarán en vigor a finales de esta semana.
“Nuestra primera estrategia es que China imponga aranceles a Estados Unidos, así que probablemente esperaremos a ver qué hace Washington, qué provocará esto”, dijo el diplomático.
Los ministros también discutirán las relaciones comerciales entre el club europeo y China, que requerirán un manejo cuidadoso, ya que Bruselas teme que los aranceles estadounidenses provoquen una avalancha de productos chinos en el bloque, pero también quiere evitar mayores tensiones con Beijing.
Los aranceles universales de Trump llegaron semanas después de que impusiera gravámenes más elevados a la importación de acero y aluminio, así como a los automóviles y las autopartes, que han golpeado duramente a la Unión Europea.
La Comisión, que dirige la política comercial, ha preparado una lista de productos estadounidenses a los que dirigir aranceles, que presentará a los Estados miembros a última hora del lunes, con una votación prevista para el miércoles.
Von der Leyen mantuvo conversaciones con el sector siderúrgico el lunes y el martes hablará con el sector farmacéutico, que teme verse pronto en el punto de mira de los aranceles de Trump.
Este artículo es una adaptación de su versión en inglés.
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