Una votación que ha causado revuelo mundial por ser la más comprometida para apoyar que los palestinos tengan finalmente un país que los pueda defender a nivel internacional. ¿Qué tiene de diferente esta resolución a otras que se han votado en el pasado? ¿Por qué cada vez más voces presionan por un Estado palestino? Lo explicamos.
Este viernes la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que para algunos expertos es el texto más prometedor que ha impulsado la ONU para promover la solución de dos Estados en el conflicto israelí-palestino a lo largo de su historia y lo que podría ser una salida a la cruda crisis humanitaria que vive la población gazatí, asediada por los ataques del Ejército israelí hace casi dos años.
Se trata de la ‘Declaración de Nueva York’, que recibió el apoyo de 142 países miembros de la ONU; fue rechazada por diez -entre ellos Israel, Estados Unidos, Hungría y Argentina-, mientras 12 se abstuvieron.
El documento reafirma su respaldo a la creación de un Estado palestino independiente y soberano y pide el fin de la ocupación israelí en los territorios palestinos. También reclama que el futuro Estado palestino tenga garantías en cuanto a su continuidad territorial y viabilidad económica.
Leer tambiénAsamblea General de la ONU aprueba declaración sobre un Estado palestino, pero sin Hamás
Viento a favor de un Estado palestino en la diplomacia internacional
Aunque Naciones Unidas ha pedido en reiteradas ocasiones a lo largo de la historia la creación de un Estado palestino, esta vez lo hace en un contexto proclive a que el pueblo palestino tenga por fin su anhelado país.
La guerra de Israel en Gaza ha creado una crisis humanitaria sin precedentes. “La coyuntura actual ha llamado la atención de todo el mundo (…) frente a la barbarie y los efectos en la población civil” gazatí, indica Rafael A. Prieto Sanjuan, experto en Derecho Penal Internacional y profesor titular de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia a France 24.
Las imágenes de una población masacrada y muriendo de hambre vistas en los teléfonos y televisiones de todo el planeta han llevado a ciudadanos de muchos países a manifestar su apoyo a la población asediada y su rechazo a los actos de Israel. Y los dirigentes parecen haber escuchado.
Muchos gobiernos han reconocido recientemente al Estado palestino de manera oficial: España, Irlanda, Noruega y Brasil ya lo han hecho. Y ahora se suman potencias europeas y otros más: Francia, Reino Unido, Australia, Canadá y Portugal están entre los que han anunciado sus intenciones de reconocerlo en la 80ª Asamblea general de la ONU. Por otro lado, Francia y Arabia Saudita organizarán próximamente una conferencia internacional para impulsar la solución de dos Estados.
El profesor Joel Peña, doctor en Derecho y profesor de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, indicó en conversación con France 24 que "el alineamiento franco-árabe y la posibilidad de reconocimientos de Estados miembros del G-7 y la Unión Europea elevan los costos de aislamiento de aquellos Estados que optan por mantener el statu quo". Y todo ello se traduce en más presión hacia Israel y Estados Unidos. Para el experto, esta presión diplomática aumenta además en la medida que la resolución establece “una hoja de ruta con plazos y acciones específicas para garantizar que el objetivo planteado llegue a buen puerto”.
Para algunos expertos, el documento se diferencia de otras resoluciones. Para el profesor Peña, el texto contempla un plan con plazos marcados hacia la creación del Estado palestino y “un mecanismo internacional de seguimiento para garantizar su cumplimiento”, así como “una arquitectura de seguridad regional y una hoja de ruta político-institucional palestina” que no han tenido iniciativas anteriores.
Además, señala que “la declaración vincula de forma explícita dimensiones que suelen discutirse por separado”, como "el alto el fuego y la liberación de rehenes, la reforma de la Autoridad Palestina (que gobierna partes de Cisjordania), garantías de seguridad y normalización de la relación árabe-israelí" y las convierte "en condiciones que deben atenderse de manera paralela, más que como una simple secuencia de hechos", sostiene.
¿Qué obstáculos enfrenta la creación de un Estado palestino?
La resolución no declara formalmente a Palestina como un Estado miembro de la ONU ya que esto solamente puede hacerlo el Consejo de Seguridad. Sin embargo, se trata de un paso político importante.
Pero el triunfo puede quedarse en la esfera diplomática. Para el profesor Rafael Prieto, simplemente no tiene futuro. “Jurídicamente, al contar en contra el voto de uno de los miembros permanentes, la resolución no se puede adoptar”, indica, en referencia a que las resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas no son vinculantes y que cualquier miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU puede vetar la iniciativa y se espera que Estados Unidos, fiel aliado de Israel, lo haga.
“Es fundamental recordar un reto que es muy difícil de afrontar: la posibilidad de bloqueo en el Consejo de Seguridad”, remarca también Peña. Washington ha bloqueado múltiples intentos de los palestinos de ser Estado miembro de la ONU usando su poder de veto e Israel rechaza de plano la creación de un Estado palestino. Por décadas ha ignorado pedidos de la Asamblea General de la ONU para su creación y nada hace pensar que vaya a ceder aunque aliados de larga data como Francia o Reino Unido presionen ahora por ello.
La política interna en los territorios palestinos es otro punto clave. En Gaza gobierna Hamás, mientras que la Autoridad Palestina lo hace en partes de Cisjordania ocupada. Ambos llevan casi 20 años enfrentados, por lo que en un escenario de posguerra se ve difícil un frente común para crear un Estado y es incierto hasta qué punto Hamás, fuertemente arraigado en la sociedad gazatí, esté dispuesto a hacerse a un lado.
De hecho, la resolución pide explícitamente que Hamás quede al margen del nuevo Estado palestino. En ese sentido, la Autoridad Palestina, cuestionada por escándalos de corrupción e ingobernabilidad, ha estado intentando ganar legitimidad e intensificando esfuerzos para mostrarse como un actor capaz de liderar los territorios.
“Que el Gobierno palestino demuestre un nivel de gobernabilidad aceptable, propiciando el mejoramiento de la calidad de vida de la población” es uno de los elementos indispensables para que la resolución tenga éxito, sostiene Joel Peña.
El reconocimiento de Palestina como un Estado a nivel internacional le comportaría estar en igualdad jurídica de condiciones con todos los demás países del mundo, remarca el profesor Peña. Siendo un Estado, Palestina también podría optar a préstamos económicos internacionales, tener mayor poder de negociación en órganos internacionales frente a Israel en procesos de paz o tratados y tendría control de sus fronteras, a la vez que sus ciudadanos tendrían pasaporte y libertad de movimiento que ahora restringen las autoridades israelíes, entre muchos otros beneficios para los palestinos.
La resolución de este viernes evidencia una mayor presión tanto sobre Estados Unidos como sobre Israel y la Asamblea General, en la efeméride que marca sus 80 años, podría estar enviando el mensaje de que la mayoría del mundo ya no acepta las condiciones de Washington y Tel Aviv.
Compartir esta nota