Los Ejércitos de Rusia y Belarús iniciaron este viernes 12 de septiembre ejercicios militares conjuntos con la participación de miles de soldados, en las fronteras de un país miembro de la OTAN: Polonia. Las maniobras planeadas con anticipación preocupan a la alianza transatlántica en medio de la invasión rusa a Ucrania y tras el reciente derribo de drones de Moscú en territorio polaco, lo que eleva las alarmas de los aliados occidentales. El Kremlin desestima
Rusia y su aliado Belarús adelantan ejercicios militares conjuntos a las puertas de la OTAN en un momento de alta tensión.
La demostración de fuerza, con las maniobras denominadas "Zapad-2025″ u "Occidente 2025″, se lleva a cabo en campos de entrenamiento de las dos naciones, incluso cerca de la frontera con Polonia, miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que comparte frontera con Ucrania, país invadido por Moscú desde hace más de tres años.
Ante las maniobras militares, Polonia cerró su frontera con Belarús. Esta semana, Varsovia envió alrededor de 40.000 tropas a sus zonas limítrofes con Rusia y el territorio bielorruso tras el derribo de drones de Moscú que asegura que sobrevolaron su espacio aéreo.
¿Qué implican estos ejercicios castrenses?
Según el Ministerio de Defensa ruso, en la primera fase de las maniobras, las tropas simularían repeler un ataque contra Rusia y Belarús, cuya alianza se conoce como el Estado de la Unión.
La segunda etapa se centrará en "restaurar la integridad territorial del Estado de la Unión y aplastar al enemigo, incluyendo la participación de un grupo de fuerzas de coalición de estados amigos", según la cartera de Defensa del Kremlin.
El mayor general Pavel Muraveiko, jefe del Estado Mayor bielorruso, afirmó que todos los ejercicios se realizarían a una "distancia significativa" de las fronteras con los miembros de la OTAN y Ucrania.
Además, Muraveiko aseguró que incluirían drones, guerra electrónica y el uso de inteligencia artificial para apoyar la toma de decisiones.
Las autoridades de defensa de Belarús anunciaron inicialmente que unos 13.000 soldados participarían en los ejercicios, que se llevarían a cabo cerca de su frontera occidental. Sin embargo, el pasado mayo, el Ministerio de Defensa anunció que el número se reduciría casi a la mitad y que las principales maniobras se realizarían en zonas más al interior del país.
En Moscú, el Ministerio de Defensa anunció este viernes que parte de las maniobras se realizarán en territorio ruso y en los mares Báltico y de Bárents.
El pasado agosto, el ministro de Defensa bielorruso, Viktor Khrenin, indicó que la mayoría de los ejercicios se realizarán en los alrededores de la ciudad de Barysaw, a unos 74 kilómetros al noreste de Minsk, la capital de su país, aunque algunas "pequeñas unidades realizarán tareas prácticas para repeler a un hipotético enemigo" en zonas cercanas a la frontera con Polonia y Lituania.
Khrenin señaló que las tropas practicarán la "planificación del uso" de las armas nucleares rusas y de los nuevos misiles de alcance intermedio Oreshnik con capacidad nuclear que Moscú prometió desplegar en Bielorrusia.
En contexto: los motivos detrás de la alerta en Polonia y la OTAN
Las maniobras castrenses en las que participan miles de soldados han sido planeadas con anticipación, pero inician dos días después del derribo de drones rusos que sobrevolaban el espacio aéreo polaco, en la madrugada del pasado miércoles 10 de septiembre.
Para su derribo Varsovia recibió ayuda de otros miembros de la OTAN: Italia, Alemania y Países Bajos, según confirmó el secretario general de la organización político-militar, Mark Rutte. Se trató de la primera ocasión conocida en que un miembro de la alianza dispara contra objetivos rusos entrantes a su territorio en medio de la actual guerra rusa en suelo ucraniano.
La violación del espacio aéreo, como denuncian Varsovia y sus aliados y rechazada por Rusia, aumentó las tensiones y llevaron a Polonia a invocar el artículo 4 de la OTAN, que permite consultar a sus aliados militares en caso de amenaza.
Ese artículo puede invocarse cuando un país considera que “la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de una de las partes se ve amenazada”. Y Polonia afirma que identificó los restos de al menos siete drones rusos y un misil, tras “19 violaciones” de su espacio aéreo en esa jornada.
Los países occidentales calificaron el hecho como una provocación deliberada por parte de Rusia, algo que Moscú negó. El Ministerio de Defensa ruso afirmó que sus drones habían llevado a cabo un ataque en el oeste de Ucrania en ese momento, pero que no planeaban atacar ningún objetivo en Polonia.
Pero incluso antes del derribo de drones rusos, el primer ministro polaco, Donald Tusk, había calificado las próximas maniobras "Zapad" de "muy agresivas" y anunció que su país cerraría su frontera con Belarús a la medianoche del jueves 11 de septiembre, es decir horas antes de su inicio.
Por su parte, el viceministro de Defensa de Polonia, Cezary Tomczyk, declaró que su nación se había estado preparando durante muchos meses y que estaba realizando sus propios ejercicios, denominados "Iron Defender".
"Hay unos 30.000 soldados participando en el ejercicio Iron Defender y unos 5.000 en la frontera" con Belarús, declaró Tomczyk a la agencia de noticias británica Reuters.
Los ejercicios ruso-bielorrusos también han generado preocupación en Kiev y otros aliados occidentales: Letonia y Lituania, que al igual que Polonia limitan con Belarús.
Y es que cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó la invasión a Ucrania, el 24 de febrero de 2022, muchas de sus tropas cruzaron desde Belarús justo después de realizar maniobras conjuntas días antes de iniciar la guerra a gran escala aún en curso.
Con Reuters y AP
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