El turista no solo quiere vacacionar en una playa paradisíaca de aguas turquesas y arena blanca. También quiere, demanda y exige una oferta gastronómica de alta cocina, variedad y que se traduzca a experiencias. Un pescado frito, unas catibias, un mofongo o una mezcla entre sabores auténticos dominicanos con recetas internacionales.

En República Dominicana, esa escena no es un simple antojo: es una experiencia sensorial. Desde Santo Domingo hasta Punta Cana cada bocado celebra la esencia del Caribe y la calidez de su gente.

Y no es para menos, el 78 % de los extranjeros no residentes que visitaron el país en julio de este año indicó que la gastronomía dominicana es “atractiva”. De estos, el 84 % consumió comida local y para el 67 % superó sus experiencias gastronómicas.

Estas estadísticas hacen que ejecutivos turísticos apuesten por refinos gastronómicos para atraer un público más exigente, aportar a la diversificación turística y posicionar al país en el mercado gastronómico regional.

A lo largo de los años, Barceló Bávaro Grand Resort ha apostado por impulsar un festival gastronómico que reúne a diferentes chefs dominicanos e internacionales durante una semana para “apostar a un público que quiere nuevas experiencias”. 

La directora comercial de Barceló Bávaro Grand Resort, Zarina Montalvo, destacó la importancia de esta décima edición del Culinary Week. “Esta celebración culinaria es un punto de encuentro entre talento, cultura y pasión por el buen vivir”, expresó la ejecutiva.

Culinary Week se ha consolidado como una plataforma para descubrir “sabores, técnicas y tradiciones” de distintas partes del mundo, posicionándose como una cita “imperdible” para quienes disfrutan de la alta cocina.

Montalvo agregó que alojarse en el hotel en Punta Cana es también un viaje gastronómico. Entre bufés frente al mar, restaurantes de autor y parrilladas bajo las estrellas, la cocina dominicana despliega su alma en cada plato. 

Sus raíces, taíno, española y africana, se entrelazan en sabores que conquistan: el plátano en todas sus versiones, los tubérculos, las frutas tropicales, el toque inconfundible del orégano y el ajo. Así nacen tesoros culinarios como el mangú, el mofongo o un simple sancocho que reconforta el espíritu, combinados con una oferta internacional.

El turismo gastronómico aquí va más allá del paladar: es una inmersión cultural. Los viajeros pueden visitar productores locales, aprender los secretos de la cocina criolla en talleres o sumergirse en festivales donde cada receta cuenta una historia.

“República Dominicana invita a saborear su identidad. Dulce o salada, tradicional o contemporánea, su oferta culinaria convierte cada comida en una celebración de sabor, historia y hospitalidad tropical”, señaló la ejecutiva del Barceló durante la inauguración del Culinary Week, en Punta Cana, La Altagracia.

Pero, además, los actores del sector turístico se han propuesto diversificar el tradicional sol y playa con el desarrollo de otros renglones como la gastronomía y los negocios.

Esto hace que las demás provincias gocen del dinamismo económico del renglón de hoteles, bares y restaurantes, generen nuevos puestos de trabajo y capten inversiones extranjeras, alineándose a la definición de ONU Turismo.

El organismo internacional cita que el llamado “gastroturismo” es una actividad que se caracteriza por el hecho de que la experiencia del visitante cuando viaja está vinculada con la comida y con productos y actividades afines.

Además de experiencias gastronómicas auténticas, tradicionales o innovadoras, el turismo gastronómico puede implicar también otras actividades afines tales como la visita a productores locales, la participación en festivales y la asistencia a clases de cocina. 

Un ejemplo de esto es que la Asociación Dominicana de Restaurantes (Aderes) es que en 2022 el sector hotelero dinamizó el renglón agropecuario con compras que superaron los RD$ 7 mil millones. Esta cantidad representó el 5 % de los RD$ 139,000 millones destinados a compras.

Si se va más allá y su efecto dinamizador, el Banco Central dominicano (BC) indicó que el sector de hoteles, bares y restaurantes tuvo un crecimiento de 2.8 % entre enero y junio del 2025 e igual período del año pasado.

Explicó que la variación interanual de 2.8 % sucedió “por el desempeño de los servicios de suministro de alimentos y bebidas”, los cuales compensaron la desaceleración en el alojamiento. Y no es para menos. El 30 % del gasto turístico global es destinado a experiencias culinarias, mientras que Deloitte va más allá y señala que el 85 % de los turistas considera la gastronomía al elegir un destino.

Karla Alcántara

Periodista. Abanderada por los viajes, postres y animales. Ha escrito sobre economía, turismo y cine. Ha cursado diplomados sobre periodismo económico impartido por el Banco Central, periodismo de investigación por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, finanzas por el Ministerio de Hacienda y turismo gastronómico por la Organización Internacional Italo-Dominicano.

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