La región de América Latina y el Caribe no lograría erradicar por completo el trabajo infantil antes del año 2060 si no se intensifican de manera urgente las acciones y compromisos actuales, según una advertencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Esta proyección, presentada durante la vigésima Reunión Regional Americana, ensombrece los avances logrados en los últimos 16 años, donde la cifra de menores en situación de trabajo se redujo casi a la mitad, pasando de 14,1 millones en 2008 a 7,3 millones en 2024.

La desaceleración en el ritmo de reducción y la persistencia de desafíos estructurales son las causas principales de esta preocupante previsión.

Actualmente, de los 7,3 millones de casos, 4,7 millones de niños y adolescentes realizan trabajos peligrosos, y cerca de 3,9 millones de jóvenes de entre 15 y 17 años están fuera del sistema escolar, según los datos presentados.

La OIT identifica "núcleos persistentes" del problema en zonas rurales, comunidades indígenas y contextos de alta informalidad laboral, donde la falta de protección social y de ingresos familiares suficientes perpetúa el ciclo.

A estos factores se suman formas emergentes de explotación vinculadas a la economía digital, que escapan a la regulación tradicional y plantean nuevos retos para la inspección y la protección de derechos.

La Iniciativa Regional América Latina y el Caribe Libre de Trabajo Infantil, que cumple una década, sigue siendo la principal plataforma de diálogo social para coordinar la respuesta entre gobiernos, empleadores y trabajadores.

El llamado a la acción es contundente: se requiere reforzar la coherencia de las políticas públicas, fortalecer la inspección laboral y movilizar recursos para evitar que la meta de una región libre de trabajo infantil se postergue por décadas.

Julio Solano

Periodista y poeta

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